OPINIóN
MENSAJE EN UNA BOTELLA
No se duerma, el domingo vaya a botar
A casi dos años de gestión, Javier Milei enfrenta una economía en recesión, endeudamiento externo y denuncias de corrupción.
A poner cruces!!! | Juan Domingo Peron por Pablo Temes
Daniel Capalbo
Diario Perfil
Nada de lo que usted lea a continuación será una novedad. Debo aclarar, estoy obligado a hacerlo, que el texto que sigue fue escrito con la intención de explicarles a mis hijas, que emigraron en busca de oxígeno y realización, las razones de por qué ellas están “allá” a punto de votar y yo acá, tratando de describir un panorama que parece distópico; un panorama que derivó de la búsqueda desesperada de una sociedad sumida en el hartazgo.
Valga el paisaje político que sigue de elemental radiografía en vísperas de decisiones tan importantes.
Hace casi dos años hubo un presidente que llegó con la motosierra ideológica, prometiendo liberar al país de las cadenas del Estado, de la negligencia y de la corrupción. Mientras blandía la sierra de su motosierra, la gente se quedó sin pan, sin bolsillo y sin paciencia. A casi dos años de gestión, lo que era épica de cambio se convirtió en estrategias de supervivencia. La promesa de la libertad que avanzaba se transformó en un ajuste interminable, dependencia externa e internismo salvaje en medio de crecientes denuncias de corrupción en el más alto estamento de administración, en un festival de timba con criptomonedas, coimas y vínculos amigables con el narcotráfico.
Milei prometió gloria fiscal, pero el ajuste que supuestamente debía equilibrar las cuentas dejó facturas de los servicios impagas y tarjetas de crédito extenuadas, al servicio de comprar comida. El déficit cero se convirtió en mantra, mientras el consumo caía y la recesión se consolidaba. El propio Presidente reconoció: “La estructuración de un swap es un intercambio de monedas… nosotros tenemos un crédito por 20 mil millones de dólares y ellos tienen crédito en pesos… en caso de no poder salir al mercado de capitales… haremos los pagos de 2026 utilizando la línea de swap; eso significa tomar deuda para pagar deuda”. Ajuste, endeudamiento y auxilio externo: lejos del libre mercado autónomo que prometía.
La actividad económica se desplomó. Las pymes agonizan, el comercio resiste como puede y puede poco a esta altura, los asalariados hacen malabares. Como dijo Axel Kicillof, la macro de Milei le viene bárbaro a J.P. Morgan. Ni el Citi, ni J.P. Morgan, ni el Tesoro de EE.UU. son sociedades de beneficencia… Si ponen, después sacan.
La consecuencia más directa de esta gestión es la precarización de la vida. No se trata solo de salarios que no alcanzan o alquileres imposibles, sino de una degradación cotidiana que atraviesa el cuerpo y el ánimo. Las familias recortan comidas; los jubilados, a quienes las huestes de Patricia Bullrich apalean todos los miércoles en el Congreso, eligen entre remedios o abrigo, los jóvenes viven en la informalidad o se van. La vida social se deshilacha: el trabajo pierde sentido, los vínculos se tensan, el futuro se vuelve cálculo. La libertad que se prometía se transformó en una carrera individual para no caer del todo, mientras el Estado se retira y el mercado no aparece.
Y ojo: si el outsider se parece a la casta que vino a reemplazar, el riesgo es doble. Cristina Fernández de Kirchner advirtió: “El experimento libertario fracasó… la gente no llega a fin de mes… mientras los ganadores del modelo fugan las enormes ganancias que obtuvieron con la timba financiera. Milei terminó rogando un salvataje en EE.UU. Salvataje que de solución no tiene nada, y de humillación, todo”. A Cristina le sobra sentido común, pero le falta autocrítica.
Lo cierto es que el gobierno firmó un acuerdo de hasta 20 mil millones de dólares con el Tesoro norteamericano. Para la oposición, significa dependencia y pérdida de soberanía. Para el ciudadano de a pie, lo mismo (es tan obvio). El electorado toma nota (¿toma nota?). El peronismo, la izquierda, los restos de la UCR, los cívicos insisten en que la gente no llega a fin de mes y se endeuda, y ese desgaste abre espacio para una oposición que se creía sin aire. Hay que recordar que este salvataje es el segundo en pocos meses. Por una cifra similar, el FMI le dio una mano a Milei y su trader Caputo en abril de este año.
La estrategia de shock funcionó para bajar la inflación a un costo incalculable. Guillermo Francos resumió: “Bajo la premisa del déficit cero, se han sentado las bases de un verdadero cambio de paradigma… la solución no está en hacer las cosas rápido, sino en hacerlas bien”. Pero “sentar bases” se siente muchas veces como “esperar resultados”, y la paciencia se agota.
Milei anunció que reacomodará el gabinete para lograr los objetivos de las reformas de segunda generación y que, con todos los números en mano, verá qué tipo de entramado necesita. Reconocer que necesita otro equipo se lee como la admisión implícita de sus limitaciones. Salidas de carteras muestran un gabinete sensible al resultado electoral. Incluso antes de que se produzca, como lo demuestran los cambios que ya está haciendo.
Es tan obvio que el relato mileísta berreta se resquebraja… Su coherencia política se diluye ante la dependencia externa y los problemas de gestión. Y, vale recalcarlo, los problemitas de corrupción.
El tablero legislativo tampoco le garantiza tranquilidad, como señala en su columna Javier Calvo. En el Senado, de los ocho distritos que eligen tres bancas –dos para el ganador y una para el segundo–, La Libertad Avanza quedaría sin representación en Santiago del Estero; en CABA, Entre Ríos (con el PJ fragmentado) y Chaco sumaría dos senadores cada uno; y en Tierra del Fuego, Río Negro, Neuquén y Salta, al menos uno. Pongamos que pasarían de siete a 17 bancas, más del doble, pero aun así están lejos de controlar la Cámara.
En Diputados, varios aliados funcionales del oficialismo, aunque no sean violetas, dejarían su banca, y un bloque propio equivalente a un tercio del total parece ser el límite de la estrategia oficial (si les va bien el domingo), suficiente apenas para asegurar los vetos presidenciales. La derrota bonaerense dejó huella. Mientras tanto, en el peronismo se estima la pérdida de algunas bancas, aunque seguiría siendo la primera minoría.
El saldo de casi dos años de administración es paradójico: Milei acumula señales de vulnerabilidad: recesión, dependencia externa, desgaste electoral. Sin embargo, mantiene el monopolio de la narrativa con la ayuda de periodistas venales. Su público, aunque reducido, sigue creyendo que detrás del caos hay método y que detrás del ajuste hay promesa de redención. Si logra recuperar algo de fe entre los votantes, ¿el león domesticado podría rugir otra vez? Eso piensa el núcleo de votantes fieles, aunque hoy cueste encontrarlos.
Por todo esto y volviendo al asunto, queridas hijas, ustedes deberían cumplir con su obligación democrática aunque vivan en ese país que les da trabajo y horizonte y que no es el nuestro.
Es el momento de botar.

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