martes, 7 de octubre de 2025

Hermetismo libertario: cómo opera el comando de campaña de Santi Caputo y Karina


















Editorial

Análisis

Hermetismo libertario: cómo opera el comando de campaña de Santi Caputo y Karina


El "arquitecto" de La Libertad Avanza (LLA), Santiago Caputo, junto al prescindente Javier Milei y su hermana Karina Milei. (Dibujo: Fernando Rocchia para AGENCIA NOVA)

La Libertad Avanza (LLA) atraviesa una nueva etapa de su vida política: la del poder y la reelección. Pero detrás del discurso de la “casta afuera” y la épica libertaria, el engranaje interno del oficialismo muestra un funcionamiento cada vez más cerrado, verticalista y dominado por un puñado de nombres.

En el corazón de ese esquema se ubican Karina Milei y Santiago Caputo, los verdaderos arquitectos del aparato electoral que intenta sostener la popularidad presidencial rumbo a las legislativas de 2025.

Karina Milei, la hermana del prescindente Javier Milei, concentra las decisiones políticas, los armados territoriales y las alianzas.

Sin cargo formal en el Ejecutivo, actúa como jefa de campaña, operadora partidaria y filtro absoluto de accesos al mandatario.

Su influencia es total: define reuniones, autoriza candidatos y determina el tono de la comunicación. Su círculo más estrecho incluye a Sebastián Pareja y Eduardo “Lule” Menem, responsables de la estructura bonaerense de LLA, y a Pilar Ramírez, que coordina el trabajo con las provincias.

Santiago Caputo, el estratega en la sombra, volvió al centro de la escena luego de un período de tensiones con el equipo karinista.

Caputo diseña la estrategia proselitista y los mensajes de campaña, además de controlar los ejes comunicacionales. Se mueve como un publicista de laboratorio: frases cortas, símbolos emocionales, enemigos claros y escaso contacto con la estructura partidaria.

Su trabajo no pasa por la política tradicional, sino por la manipulación del relato y la segmentación digital.

El esquema operativo de LLA gira en torno a una “mesa política” en la que se concentran todas las decisiones. Allí, Caputo y Karina Milei definen los mensajes, los actos, los candidatos y las apariciones de Javier Milei.

Las reuniones se realizan con frecuencia, sin actas ni registro público, y las directivas bajan verticalmente hacia los equipos locales. El objetivo es evitar filtraciones y mantener la disciplina interna, aunque a costa de desplazar a dirigentes que piden mayor participación.

La estrategia electoral se apoya en la polarización extrema. La consigna “kirchnerismo o libertad” sigue siendo el eje del relato, acompañado por una retórica de confrontación y una narrativa de crisis permanente.

Desde el comando libertario se busca repetir el modelo de campaña digital de 2023: comunicación emocional, construcción de enemigos y control total de las redes sociales, donde figuras como Fernando Cerimedo siguen siendo clave.

Sin embargo, bajo la superficie triunfalista persisten las tensiones. Los armadores territoriales, especialmente en la provincia de Buenos Aires, cuestionan la falta de coordinación y el manejo cerrado de las listas.

La pulseada entre los “caputistas” y los “karinistas” se intensificó en los últimos meses, con acusaciones cruzadas por el control del aparato electoral y por el reparto de espacios de poder.

En definitiva, la campaña de La Libertad Avanza no parece un proyecto colectivo, sino una maquinaria diseñada para blindar al liderazgo presidencial y a su núcleo íntimo. Con una estructura cada vez más opaca, centralizada y comunicacionalmente agresiva, el libertarismo repite los vicios que alguna vez prometió erradicar.

La “nueva política” libertaria, en los hechos, opera con los mismos mecanismos de control, marketing y obediencia vertical que los viejos aparatos de poder que tanto critica.

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