jueves, 4 de septiembre de 2025

"Aliens Platinum"

miércoles, 3 de septiembre de 2025

Ahí lo tenés al "experto en crecimiento": Argentina pierde negocios millonarios con China por los delirios de Milei

 Economía y Empresas


"Combatiendo el capital"


Ahí lo tenés al "experto en crecimiento": Argentina pierde negocios millonarios con China por los delirios de Milei




La mentalidad de Javier Milei, que parece estancada en la época de la Guerra Fría, hace que Argentina quede relegada en el comercio con el gigante asiático. 

(Dibujo: Fernando Rocchia para AGENCIA NOVA)





El “experto en crecimiento económico” Javier Milei resultó ser una verdadera piedra para el desarrollo de nuestro país, y bajo su mandato, la Argentina pierde terreno en el ámbito del comercio internacional a causa de su anacrónica visión del mundo, la cual se basa en una mentalidad que parece estancada en época de la Guerra Fría.


Como resultado de esta mirada obtusa y poco pragmática, la carne vacuna argentina, uno de los sectores estratégicos para la generación de divisas, atraviesa un retroceso en su principal destino de exportación: China, el gigante asiático al que el loquito de la motosierra desdeñó por "comunista" y ahora está pasando facturas.


En julio, las ventas al gigante asiático totalizaron 44.842 toneladas peso producto, lo que implica una caída del 7 por ciento respecto de junio y anticipa una tendencia negativa que podría profundizarse en agosto.


El dato no es menor: China concentró el 59,9 por ciento del volumen y el 43,2 del valor de las exportaciones argentinas en el primer semestre del año. Sin embargo, la combinación de factores externos e internos amenaza con deteriorar la relación comercial más importante para el país.


Lula está feliz


Mientras las exportaciones argentinas se contraen, Brasil, bajo la batuta del “comunista” Lula Da Silva consolida su liderazgo. En julio, sus envíos de carne a China crecieron un 18 por ciento respecto del mes anterior, acumulando en el primer semestre un incremento del 15 frente a 2024, con un total de 790 mil toneladas.


La situación se agudizó desde agosto, cuando el país vecino comenzó a enfrentar un arancel final del 76,4 por ciento para ingresar al mercado estadounidense, lo que lo obliga a redireccionar gran parte de su producción hacia China y otros destinos asiáticos. Así, la disputa comercial entre Washington y Pekín se convierte en una oportunidad para Brasil, pero en un obstáculo para la Argentina.


Lejos de aprovechar el contexto global, el Gobierno de “Jamoncito” eligió el camino de la confrontación con los principales socios comerciales de la Argentina. Desde la campaña electoral y en sus primeros meses de gestión, el prescindente denostó públicamente a China y a Brasil, debilitando los vínculos diplomáticos y comerciales.


El resultado está a la vista: cuando más se necesitan los dólares del comercio exterior, la Argentina pierde participación en su mercado más importante, mientras su principal competidor regional expande negocios.


Una tras otra, como cachetada de loco


A los problemas de posicionamiento internacional se suman condicionantes internos. Un dólar atrasado encarece las exportaciones argentinas, limitando la competitividad frente a Brasil. Además, los precios de los cortes exportados a China cayeron entre 1,7 y 2,1 porcentual en agosto, reflejando la saturación de un mercado que ya acumula mayores stocks de carne importada.


La consultora OIG+X reporta que los inventarios en depósitos chinos crecieron en 10 puntos en lo que va del año, alcanzando un índice del 85%, lo que anticipa un freno adicional a las compras.


El informe del Mercado Ganadero Rosgan advierte que el período septiembre-noviembre es históricamente el de mayor actividad comercial con China. El desempeño de estos meses será determinante para equilibrar el balance anual de exportaciones de carne vacuna.


Pero con un mercado internacional adverso y una estrategia oficial marcada más por la ideología que por el pragmatismo, la Argentina corre el riesgo de ceder terreno estratégico en el comercio global de alimentos.


En palabras de un analista del sector, “cuando la oportunidad se presenta, Brasil la aprovecha; Argentina, en cambio, la desperdicia”.

El escándalo también complica directamente a Javier Milei





















COLUMNISTAS 

OPINION

El escándalo también complica directamente a Javier Milei

El Gobierno se muestra impactado por una serie de sucesos inesperados, como el tembladeral de las escuchas de Spagnuolo, justo antes de su principal desafío electoral.

Nelson Castro

Diario Perfil

Javier Milei por Pablo Temes


El escándalo de los audios que involucran a Karina Milei no cesa. Eso complica directamente a su hermano, el Presidente. El tenor de las grabaciones difundidas primariamente por el periodista Mauro Federico en Carnaval Stream es muy comprometedor. Vale aclarar que dicho canal es financiado por el tesorero de la Asociación del Fútbol Argentino. Pablo Toviggino pertenece al entorno directísimo del mandamás de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia. Todo muy llamativo y sugerente. Por un lado, están las grabaciones atribuidas a David Orlando Spagnuolo, extitular de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) y –hasta ayer nomás– abogado de Javier Milei. En ellas se habla con precisión del pago de coimas en el cual están supuestamente involucrados la potente droguería Suizo Argentina, de la familia Kovalivker, y la hermana del Presidente. El caso también toca de lleno a los hermanos Menem. Un revival de la década de los 90, pero recargado.


En cambio, en las grabaciones difundidas el viernes por la tarde atribuidas a Karina Milei se habla de vaguedades. Sin embargo, estas últimas han producido al interior del Gobierno tanto impacto como las anteriores. Es lo que refleja el comunicado del vocero presidencial Manuel Adorni, emitido por la red social X a las 19.26 del viernes último, en el que escribió: “Si los audios son verdaderos, estamos ante un escándalo sin precedentes. Sería la primera vez en la historia argentina que se graba a un funcionario dentro de la Casa Rosada”. Por supuesto que si se confirmase que la voz es la de Karina Milei y que la grabación fue realizada en la Casa Rosada, el hecho sería terrible para un gobierno que está impactado por toda esta sucesión de episodios importunos. Por si alguien no tomó dimensión del hecho, hay que decir que son muy pocas las personas que tienen acceso a hablar con Karina Milei en su despacho de Balcarce 50. Y esa gente es mayoritariamente de la confianza absoluta de “el Jefe”. Esta deducción –que es la que también se hace al interior del círculo de Javier y Karina– dispara la paranoia de los hermanos Milei y alimenta los pensamientos conspirativos. Karina Milei es temida por muchos funcionarios. Diego Spagnuolo era y es uno de ellos. Pero Spagnuolo no era ni es el único. El mensaje que subyace es claro: advertir a los Milei que ya no están solos. Una vigilancia de alcances desconocidos en la medida en que sigan apareciendo audios y nuevas grabaciones. Por si esto fuera poco, la amenaza del video está latente. Es por eso que, desde un principio, el Gobierno quedó atónito y demoró en reaccionar con alguna declaración pública: “Hay que ser muy cautos, porque sea quien sea quien esté detrás de todo ha demostrado tener capacidad de daño”, dijo una calificada fuente libertaria, que añadió: “Confiamos en que la Justicia actúe, no tenemos nada que esconder, pero el Estado es tan vasto que puede haber algún díscolo que intente beneficiarse de su cercanía con el poder”. Pero vale resaltar que, si el “díscolo” está cerca de la cima, es otra la historia.


En Casa Rosada están atónitos y demoran en reaccionar con una declaración pública: "Hay que ser cautos"


Mientras en la cúpula de hierro del Gobierno se intenta reducir todo a una “opereta política”, la causa por las denuncias del pago de coimas avanza. Qué esconden los celulares de Emmanuel, Jonatan y Eduardo Kovaliker? En el oficialismo, el único que parece mostrar algo de templanza es el imperturbable Guillermo Francos, uno de los pocos con alguna muñeca política. Casualmente –o no–, la diputada Marcela Pagano que en la semana volvió a protagonizar un hecho bochornoso en el palacio legislativo en su riña con Lilia Lemoine, señaló directamente a Francos como la tercera pata en las internas del Gobierno. Las otras dos, claro está, son las referenciadas en la hermana Karina y Santiago Caputo. Es difícil de imaginar que la puja por ganar espacios pueda escalar tanto a días del primer round electoral nada menos que en la provincia de Buenos Aires, pero nada es sano en las disputas de Balcarce. El Presidente debería tomar nota de lo caro que le salió repartir cargos y bancas sin un filtro razonable. Hasta aquí, las figuras seleccionadas para competir en las listas a nivel nacional no han demostrado demasiada preparación política. El hombre es el único animal capaz de cometer el mismo error dos veces.


En el oficialismo el único que puede demostrar algo de templanza es el imperturbable Francos


La violencia política es otra de las notas tristes de la semana. La caravana de campaña del Presidente por el conurbano bonaerense terminó el miércoles por los graves incidentes protagonizados por simpatizantes kirchneristas que arrojaron piedras al paso de la camioneta que lo transportaba. En Corrientes, la caminata libertaria que encabezaron Karina Milei y


Martín Menem terminó suspendida tras los enfrentamientos entre militantes en la peatonal de la ciudad. También hubo violencia desmedida entre jóvenes simpatizantes de LLA y el peronismo en la Facultad de Derecho. Al menos dos cosas son seguras: el primer mandatario y las principales figuras del Gobierno han decidido ponerse al frente de la campaña para potenciar a sus candidatos. Por otro lado, la verborragia y la andanada de insultos que repartió Javier Milei hasta que se autoimpuso el cambio de modales –un maquillaje poco creíble– no ha sido gratis. La respuesta está a la vista. La política argentina tiene la mala costumbre de sostener la gobernabilidad con tres ejes o pilares que sirven de medida: la inflación, los vaivenes del dólar y la pulseada en las calles. Es hora de que, de una vez por todas, la clase dirigente entienda que ese cóctel explosivo no puede seguir siendo alimentado artificialmente por quienes luchan por el poder.

HUMOR DIARIO

La aberración de la censura previa





















La aberración de la censura previa

Los funcionarios deben tolerar, les guste o no, un mayor nivel de escrutinio público; el poder, cualquier poder, no puede decidir qué se puede informar y qué no.

3 septiembre, 2025

Joaquín Morales Solá

LA NACION



Karina Milei por Alfredo Sabat


Jueces y fiscales corrieron para no perderse el protagonismo del espectáculo y, así, tomaron decisiones jurídicamente inexplicables. Para un lado o para el otro. Con todo, nada es tan claramente inconstitucional como la decisión del juez en lo Civil y Comercial Alejandro Maraniello, quien ordenó la censura previa de supuestos audios, no conocidos aún, de Karina Milei. La Constitución consagra el derecho a publicar ideas “sin censura previa” y hasta le prohíbe al Congreso el dictado de leyes que restrinjan la libertad de prensa (“libertad de imprenta”, dice con el lenguaje de la época, en la que solo había diarios). Muy pocas cosas son tan graves para la democracia como la censura previa, además, desde cualquier punto de vista.


Pocas veces en 40 años de la nueva democracia argentina se le ocurrió a un juez aplicar la censura previa, que es la peor de las censuras, aunque todas sean muy malas. Y es la peor porque se está negando al conocimiento público algo que nadie conoce en una suerte de tutelaje que los ciudadanos de una república no necesitan. No se trata de un privilegio de los periodistas, porque la ley no deja impune al periodismo de eventuales estragos que podría cometer con el honor de las personas, pero las sanciones legales sucederán, si suceden, después de conocidos los hechos. Nunca antes. Karina Milei dice que los audios anunciados (los difusores de las filtraciones aseguran tener 50 horas de grabaciones de conversaciones de la secretaria general de la Presidencia) podrían afectar su “honor” y la “seguridad nacional”, pero no precisa, ni describe de manera global, esa probable afectación a su honor y a la seguridad del país.


Es cierto que la Constitución protege también la inviolabilidad de la correspondencia, que podría aplicarse a las conversaciones privadas o a los mensajes de audios si existieron, y el derecho a la intimidad. Pero los funcionarios públicos deben tolerar, les guste o no (generalmente no les gusta), un mayor nivel de escrutinio, siempre que la información tenga relevancia para el interés público. En síntesis, el poder, cualquier poder, no puede decidir qué se puede informar y qué no.


Como si fuera poco, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, pidió el allanamiento del canal de streaming Carnaval, desde donde se difunden los distintos audios, y de las casas particulares de los periodistas Jorge Rial y Mauro Federico, además de uno de los dueños de ese canal, Pablo Toviggino, tesorero de la AFA y hombre de confianza del caudillo de la organización del fútbol argentino, Claudio “Chiqui” Tapia, y del abogado Franco Bindi. Bindi es la pareja actual de la diputada Marcela Pagano, que militó en el mileísmo hasta que consiguió la banca en el Congreso y se convirtió luego en una brutal adversaria del Gobierno; el letrado tiene viejos nexos con los servicios de inteligencia, está muy cerca del kirchnerismo y es, también, un simpatizante de la dictadura venezolana de Nicolás Maduro.


Una versión no confirmada indica que la primera grabación de una conversación de Diego Spagnuolo, hecha en una confitería o restaurante por los ruidos cercanos que se perciben, fue precisamente con Bindi en su calidad de abogado. Spagnuolo, también abogado, habría consultado con Bindi, entonces ya pareja de Pagano y cuando esta militaba todavía en La Libertad Avanza, las consecuencias de presuntos delitos de funcionarios en conocimiento de él. Si fue así, la filtración es más grave todavía porque rompió el deber de confidencialidad que cualquier abogado tiene con su cliente o eventual cliente.


Decantan dos novedades inexplicables. Una consiste en que nadie puede responder qué hace Bullrich, responsable de la seguridad de los argentinos, metida en un escándalo que hurga en conversaciones o mensajes de funcionarios. ¿De dónde sacó que esas conversaciones podrían afectar la seguridad de los argentinos más que lo que ya lo hacen los motochorros o los sicarios del narcotráfico? En todo caso, podría haber actuado el Ministerio de Justicia, aunque su titular, Mariano Cúneo Libarona, está en Londres participando de un seminario. O el Procurador del Tesoro, jefe de todos los abogados del Estado, podría haber interpuesto un recurso. La presentación de Bullrich solo se explica en su permanente sobreactuación como militante mileísta, después de haber militado contra Milei.


La otra novedad refiere a una pretensión de la ministra, que ya no tiene explicación alguna, y es la que pide el allanamiento de las casas particulares de dos periodistas y de uno de los dueños de un medio para buscar las fuentes de información. Esas fuentes están protegidas particularmente por la Constitución argentina después de la reforma de 1994. Uno de los párrafos de su artículo 43 dice textualmente: “No podrá afectarse el secreto de las fuentes de información periodísticas”. Para muchos, los periodistas cuestionados por Bullrich no son un ejemplo profesional, pero las garantías están hechas para protegerlos a ellos, no a los que cumplen con todas las normas éticas y morales. De cualquier forma, sobresale una pregunta elemental: ¿por qué hay casi una obsesión del gobierno en impedir que se conozcan más audios, sean de Spagnuolo o de Karina Milei? ¿Qué se quiere ocultar? ¿Cuál es el temor sobre el contenido de esos audios presuntos?


El fiscal Carlos Stornelli puso ayer las cosas en su lugar. Le pidió al juez Julián Ercolini, quien tiene en sus manos la presentación de Bullrich, investigar la denuncia de la ministra, pero reclamó expresamente respetar las fuentes de información de los periodistas y no allanar sus domicilios ni los de los medios que difundieron las grabaciones. El periodista Daniel Santoro contrastó ayer la actitud de Stornelli con la del entonces juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla (ahora es juez federal de La Plata), quien escarbó en 2019 en los teléfonos de los periodistas Nicolás Wiñazki, Luis Majul y del propio Santoro en el marco del operativo “puf”. Así se llamó a una operación del kirchnerismo para abatir definitivamente a Stornelli y al juez Claudio Bonadio, que venían de investigar el caso de los cuadernos.


De todos modos, Stornelli considera ahora verosímil la denuncia del Gobierno de que habría una intención destituyente en la difusión de esos audios. No se detiene, eso sí, en quienes difundieron los audios, sino en quienes entregaron las grabaciones para su difusión. En la “génesis” del escándalo, como él califica al comienzo de todo. Al fiscal le llamó especialmente la atención que los audios hayan trascendido a pocos días de elecciones cruciales en la provincia de Buenos Aires y de las elecciones legislativas nacionales; es un aval implícito a la posición del Gobierno que sostiene que se trató de una “operación” destinada a perjudicar electoralmente al Presidente. Pero Stornelli no hizo lugar al pedido de Bullrich de allanar las casas de periodistas o la sede de un medio periodístico, “merezcan el concepto que merezcan”, subrayó el magistrado. Una cosa es el delito; otra cosa es cómo llegar a sus autores.


Stornelli puso especial énfasis en que todo lo que se conoció pudo tratarse de una operación de inteligencia, de los “sótanos” del Estado, y, sin decirlo, echa luz sobre lo que parece también una intensa trifulca entre distintos sectores de los servicios de inteligencia. Si bien Bindi fue parte de esos servicios, su pareja, Pagano, oficializó en el recinto de la Cámara de Diputados el presunto papel que también habría jugado José Luis Vila, un viejo espía de la SIDE que tiene como jefe político al dirigente radical Enrique “Coti” Nosiglia.


Un exfuncionario del gobierno de Mauricio Macri recordó que el entonces presidente debió darle un cargo a Vila para no ceder en lo que pretendía Nosiglia: que Vila fuera el jefe de la SIDE. Fuentes del gobierno de Milei dicen que ahora sucedió lo mismo: Vila es actualmente un funcionario menor de la Jefatura de Gabinete; de esa manera, evitaron que recalara como titular de los servicios de inteligencia. ¿Hubo competencia entre Bindi y Vila, como dicen algunos, o hubo complicidad entre ellos, porque uno lo grabó a Spagnuolo y el otro contribuyó a la difusión de la grabación, como sostienen otros funcionarios? Quién lo sabe. Siempre es mejor estar lejos de esos personajes.


En el mientras tanto, también se discute en los tribunales si la decisión del juez Sebastián Casanello de allanar rápidamente las oficinas y las casas de la familia Kovalivker, dueña de la droguería Suizo Argentina mencionada por Spagnuolo como la que pagaba los sobornos, y pedir sus teléfonos celulares no fue una medida apresurada. Llama la atención no solo el apresuramiento del juez, sino también que no haya incluido en la incautación de teléfonos celulares al del subsecretario de Karina Milei, Eduardo “Lule” Menem, tan mencionado como la familia Kovalivker en las grabaciones de Spagnuolo.


Casanello es respetado en los tribunales como persona y como juez, pero él delegó la investigación en el fiscal Franco Picardi, que estuvo cerca del kirchnerismo. Siempre, de todos modos, es el juez quien debe autorizar los allanamientos. La privación de la libertad y los allanamientos son las decisiones más graves que puede tomar un juez. Los magistrados son los únicos argentinos que pueden meterse en la intimidad de una casa particular o quitarles la libertad a las personas.


Los primeros allanamientos de Casanello se hicieron respaldados por un audio, el de Spagnuolo, cuando todavía no se sabía si eran verdaderos, pero sí se sabía que no habían sido autorizados por un juez y eran, por lo tanto, de escasa o nula legalidad. Otra vertiente de funcionarios judiciales argumenta que los audios no son ilegales, salvo que los haya hecho clandestinamente el servicio de inteligencia, y que el juez puede usarlos como indicios de un delito. Podría, inclusive, apoyarse en ellos para salir a buscar nuevas pruebas y testimonios. Nunca podría, en cambio, usar esos audios clandestinos como prueba de nada, agregan. El debate tiene una especial envergadura porque si la Cámara Federal considerara ilegal el primer audio de Spagnuolo, podría declarar la nulidad de la causa iniciada por Casanello. A cuatro días de las elecciones bonaerenses, que tomaron una monumental dimensión política, la paranoia de la dirigencia descarta ya que exista la neutralidad.