Judiciales y Policiales
¡Se matan entre ellos!
El Gobierno de Javier “Jamoncito” Milei empezó con miedo la última semana antes de las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, cuyo resultado podría ser una bisagra que condicione los comicios nacionales, y ensayó una burda jugada judicial para tratar de tapar el escándalo de las coimas de ANDIS, denunciando una filtración de audios de la “primera hermana” Karina Milei en la mismísima Casa Rosada.
El material que circuló en los medios de comunicación en los últimos días de la semana pasada, en el marco del destape de las presuntas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), generó un terremoto en el Gobierno y no precisamente por lo que se escucha en los audios, sino porque revela que el “topo” que filtra la información está realmente cerca de los círculos más íntimos del prescindente.
Si bien por ahora los audios en los que se escucha a Karina no contienen información comprometedora, según las versiones de los medios, los fragmentos difundidos hasta ahora serían solamente una parte de una grabación más extensa y que podría resultar fulminante en caso de salir a la luz.
Con la bomba de tiempo a punto de estallar, el Gobierno de “Jamoncito” se apuró a intentar ponerle paños fríos al escándalo. Según las malas lenguas, habrían intentado incluso ofrecer dinero para que no se difundan las grabaciones. Pero como aparentemente el soborno no habría sido suficiente, finalmente recurrieron a la vía judicial en un intento no solo por evitar más filtraciones, sino también de recuperar la agenda mediática.
Este lunes, el “bobocero” presidencial Manuel Adorni, confirmó desde su cuenta de X (Twitter) que el Ejecutivo denunció la filtración de audios ante la Justicia Federal, considerando que se trató de “una operación de inteligencia ilegal con el fin de desestabilizar al país en plena campaña electoral”.
“Se grabaron conversaciones privadas de Karina Milei y otros funcionarios, las que fueron manipuladas y difundidas para condicionar al Poder Ejecutivo. No fue una filtración. Fue un ataque ilegal, planificado y dirigido”, sentenció el funcionario con cara de huevo duro.
El adorno presidencial ya venía haciendo alaracas por la filtración de las conversaciones de Karina desde el final de la semana pasada: “En cuanto a los supuestos audios de Karina Milei: - Si los audios son verdaderos estamos ante un escándalo sin precedentes. Sería la primera vez en la historia Argentina que se graba a un funcionario dentro de la Casa Rosada”, publicó en sus redes sociales el 29 de agosto.
“La difusión de estos audios, a 10 días de la elección de la provincia de Buenos Aires, confirma que todo lo que viene ocurriendo es una operación orquestada y diagramada de desinformación, con el evidente objetivo de desestabilizar al gobierno e influir maliciosamente en el proceso electoral”, insistió en aquella ocasión, tratando de enmarcar la filtración de los audios de Karina con la misma estrategia de la “operación del kirchnerismo” para ensuciar al Gobierno.
Sin embargo, por ahora el problema del Gobierno sigue siendo el mismo: la persona que grabó a Karina y al ex titular de Andis Diego Spagnuolo tiene que ser un funcionario o dirigente con mucha llegada a los círculos de confianza más altos del prescindente.
En este sentido, corre en las redes el rumor de que la maniobra no sería una treta opositora, sino de un pase de facturas internas del sector de Santiago Caputo, que está abiertamente enemistado con el ala de Karina.
Si bien las pruebas de que Caputín haya estado detrás de las filtraciones brillan por su ausencia, las especulaciones tienen sentido:
Existe un móvil para el pase de facturas: el cierre de listas en el que Karina desplazó a las Fuerzas del Cielo habría sido la gota que derramó el vaso en una guerra que llevaba tiempo sucediendo en silencio
El modus operandi encaja con el de Caputito: bien sabido es que el “infante mejorado con cirugía” es adepto a actuar como si fuera un gánster de Netflix y a mover hilos en redes sociales que hacen caer figuras como piezas de dominó.
Tiene los medios para operar a piacere: los vínculos de Caputo con la SIDE, de la cual es el presunto jefe en las sombras, le darían acceso al personal y artilugios necesarios para grabar a figuras como Spagnuolo y Karina.
Sea como fuera el asunto, sin importar quién realmente esté detrás, la denuncia del Ejecutivo parece más un manotazo de ahogado para intentar desacreditar o directamente impedir nuevas filtraciones en el futuro, que un intento por descubrir realmente al “topo” que está detrás de la maniobra.
En definitiva, la jugada de “Jamoncito” no hace más que remover el avispero y más aún, podría generar un terremoto aún mayor en el Gobierno si la Justicia se toma las cosas con seriedad y comienza a investigar con lupa lo que ocurre dentro de Casa Rosada.
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