viernes, 26 de septiembre de 2025

No es la nave, es el piloto: mientras Milei se refugia en Olivos, Karina y "Caputito" toman el mando en la Rosada

 Política

Mesa de campaña

No es la nave, es el piloto: mientras Milei se refugia en Olivos, Karina y "Caputito" toman el mando en la Rosada

Mientras el prescindente Javier Milei se esconde en Olivos luego de su gira estadounidense, Karina Milei y Santiago Caputo se reúnen en la Casa Rosada para poner los puntos sobre las íes. (Dibujo: Fernando Rocchia para AGENCIA NOVA)

Luego de su gira por Estados Unidos, Javier Milei eligió la comodidad de la Quinta de Olivos antes que enfrentar la realidad del país. Apenas aterrizó, “partió directo desde el aeropuerto Jorge Newbery hacia Olivos”.

La postal es clara: un prescindente replegado en su búnker privado, mientras las urgencias sociales esperan respuesta.

En paralelo, la coimera Karina Milei se plantó en la Casa Rosada para encabezar la mesa de campaña junto a Santiago Caputo. El hermano mayor brilla por su ausencia, y el poder real se acomoda en un triángulo incómodo: la hermana, el asesor todoterreno y un gabinete que se limita a seguir órdenes. Que la “estrategia” se decida en una mesa chica mientras el país se incendia es, al menos, un síntoma de prioridades trastocadas.

La influencia de Caputo crece a pasos agigantados. Ya no es solo el “consultor” de confianza, sino quien coordina el diseño político de la campaña y se convierte en interlocutor privilegiado cuando el Presidente se borra del mapa. Este corrimiento de Milei alimenta la sensación de que gobiernan los que nadie votó. El “karinismo” manda, y Caputo administra la letra chica de la gestión.

Mientras tanto, la escena se repite: Milei no aparece en público y se refugia en Olivos, marcando una rutina peligrosa. No es un hecho aislado. El propio artículo de Infobae reconoce que durante la ausencia del mandatario “los planes de la campaña nacional siguieron pergeñándose” con Karina al frente. La pregunta es si el Presidente piensa gobernar desde la sombra o si esto ya se transformó en el nuevo modo de ejercer el poder.

En definitiva, lo que debería ser conducción política se convierte en estrategia de campaña permanente, diseñada por asesores y familiares. Milei se esconde, Karina conduce y Caputo reparte las cartas. El resultado es un Gobierno que se muestra más preocupado por la rosca interna que por resolver la inflación, el desempleo o la inseguridad. Un país entero espera decisiones, pero en Olivos lo único que se escucha es silencio.

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