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COLUMNISTA
Viene Tiririca
La política no determina a la economía, pero lo que ocurrió este domingo va a afectar al programa económico. Fue un comicio provincial para elegir diputados locales que normalmente no tiene importancia, pero la Casa Rosada cometió el error de convertirla en un plebiscito sobre su desempeño. Para ganarlas hay que saber trabajar en elecciones y en estas La Libertad Avanza hizo todo tan mal, que solo podía obtener esta grave derrota. El resultado fue contundente, pero no significa que el peronismo tiene pavimentada la vía para ganar en 2027: todavía hay una gran demanda de cambio que sigue vacante.
Jaime Duran Barba
Diario Perfil
Se ha instalado en la Argentina que la política depende de la economía. La mayoría cree que, si se llega a la inflación cero, Milei ganaría las elecciones en la provincia de Buenos Aires, y si se duplica, ganará el peronismo. Hay también un análisis inmediatista: en cuanto ocurre algo, se averigua sobre su impacto en las próximas elecciones. Pero ni los seres humanos son hojas de Excel del Ministerio de Finanzas, ni viven dedicados a la política.
Existe una correlación entre las variables económicas y las políticas, pero no es una relación de causalidad. Si se llega a la inflación cero, bajando todavía más las jubilaciones y cerrando los hospitales, seguramente el gobierno tendría una derrota mayor a la de este domingo. En las últimas presidenciales había la sensación de que la economía estaba destruida, pero Sergio Massa estuvo a dos puntos de ganar la presidencia en la primera vuelta. Trump y Bolsonaro tuvieron éxito en el manejo económico, pero no lograron la reelección.
La política no determina a la economía, pero lo que ocurrió en estas elecciones va a afectar al programa económico. En el extranjero circulan pocas noticias sobre Argentina, pero en estos días se vio a Milei y a sus candidatos huyendo de una caravana en la que participaban, con un candidato que se hizo conocido en el mundo por escapar ridículamente en una moto. En otra noticia, el presidente salía del cierre de campaña en medio de una lluvia de piedras. Algunos funcionarios no tuvieron mejor idea que decir que se había producido un atentado y existía un plan para matar a Milei.
La siguiente noticia llegará mañana: La Libertad Avanza fue derrotada estrepitosamente en las elecciones. ¿Habrá alguien que, con todo esto, quiera invertir en el país? Va a repetirse lo que hemos visto en otras ocasiones: los inversores dirán “esto está difícil, para decidir si invertimos esperaremos las siguientes presidenciales”. Aunque parezca una verdad de perogrullo, para ganar las elecciones hay que saber trabajar en elecciones.
Con el 33,85% de los votos, La Libertad Avanza solo se impuso en la quinta y sexta sección electoral
En las presidenciales dijimos repetidamente que Milei hacía una campaña moderna, bien armada, con estrategia, y fuimos de los primeros en hablar de la posibilidad de su triunfo. En estas elecciones hicieron todo tan mal, que solo podían obtener esta grave derrota. No supieron manejar la crisis que se armó con los precios de los medicamentos para discapacitados, o más bien, como analizamos en el curso sobre crisis que dictamos en la Universidad del Sur de Buenos Aires (USBA), hicieron todo lo contrario a lo que aconseja la academia para esas ocasiones.
“Si se llega a la inflación cero bajando todavía más las jubilaciones y cerrando los hospitales, seguramente el gobierno tendría una derrota mayor a la de este domingo"
El tránsito de un partido moderno que vive en la red a un partido tradicional es difícil. Empezó a lograrlo el PRO en 2017 con una campaña meticulosa, en la que un buen candidato, Esteban Bullrich, derrotó a Cristina Fernández en la provincia de Buenos Aires. Si la campaña bonaerense estaba pensada y dirigida por los que llevaron a Milei a la presidencia, otro pudo ser el resultado. Los viejos punteros de la política no estaban en capacidad de dirigir a los mileístas que buscaban un cambio para construir una Argentina sin corrupción.
Esta es una elección de diputados locales que normalmente no tiene importancia. El gobierno cometió el error de convertirla en un plebiscito sobre su desempeño. Es poco probable que Milei pueda repetir la hazaña de Macri en 2019, cuando logró subir, entre las PASO y la primera vuelta, varios millones de votos con una estrategia de manifestaciones autoconvocadas, como explicamos en nuestros cursos. Es algo que no pueden entender los punteros y políticos que han manejado las elecciones en la provincia en esta ocasión.
El resultado de hoy es contundente, pero no significa que el peronismo tenga pavimentada la vía para ganar las próximas elecciones presidenciales. Los estudios siguen registrando que la mayoría de los argentinos reclama un cambio radical que no se realiza volviendo al pasado. Esa demanda de cambio fue la que impulsó a Milei y ahora se ha frustrado con lo que ha pasado con su gobierno. El espacio del cambio está abierto.
Kicillof desafió a Milei a que lo llame este mismo lunes y celebró la victoria: "Es un triunfo de los bonaerenses para todo el país"
¿Puede recuperarse Milei? Tal vez pueda mejorar en octubre si cambia los equipos que manejaron la campaña en la provincia de Buenos Aires. En política es necesario ser objetivos: los resultados obtenidos son un desastre. Hay que comprender que los electores son seres humanos y no cuadros estadísticos. Tal vez se ahorre mucho cerrando hospitales para niños y quitando los servicios a los discapacitados, pero eso conduce a un desastre político que cuesta muchos millones.
En América Latina un año fue siempre demasiado tiempo para saber lo que ocurrirá en la política. Con la velocidad que adquirió la comunicación en la sociedad interconectada, es una eternidad. Lo que está claro, como lo estuvo en los demás países que han tenido elecciones en los últimos años, es que, ante una polarización que rechaza, la gente arma nuevas alternativas que a veces tienen sentido y a veces son simplemente improvisaciones. Si esto se cierra entre Cristina y Milei, puede ganar Tiririca.
LA NACION > Política
Elecciones en Buenos Aires: ganadores y perdedores de una noche que marca un punto de inflexión
Cómo quedaron los distintos actores políticos después del inesperado resultado en la provincia, con más de 13 puntos de distancia en favor de Fuerza Patria
LA NACION
Damián Nabot
La contundente victoria de Fuerza Patria en la provincia de Buenos Aires, que rompió todos los pronósticos, desató una nueva dinámica política en el escenario nacional y trazó una clara línea divisoria entre ganadores y perdedores. Muy pocos oficialistas se salvaron de la debacle libertaria, mientras que en el peronismo, aun en el festejo, se viven coletazos de la interna por el liderazgo vacante desde que Cristina Kirchner quedó en prisión domiciliaria.
Los ganadores
Axel Kicillof
Impuso su decisión de desdoblar la elección bonaerense de la pulseada nacional, en contra del deseo de Cristina Kirchner, Máximo Kirchner y Sergio Massa. El resultado le dio la razón: logró un triunfo del kirchnerismo y revalidó su lugar en la interna del PJ. La elección solidifica sus aspiraciones para una candidatura nacional en 2027.
Gabriel Katopodis
El ministro de Infraestructura y Servicios Públicos de la provincia, alineado con el gobernador, se impuso en la primera sección electoral. Logró ganarle a Diego Valenzuela, que aparecía como uno de los postulantes más competitivos de La Libertad Avanza. De esa forma, Katopodis logró reforzar el triunfo de Kicillof en la interna peronista.
Verónica Magario
Logró el triunfo más amplio del peronismo en las secciones electorales. Fue la expresión del poder de los intendentes del PJ. Confirmó el eje que estableció Kicillof con los jefes comunales, muchos de los cuales lograron amplios triunfos en sus distritos, como Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mario Secco (Ensenada) y Julio Alak (La Plata).
Intendentes
Intendentes ganadores, en el conurbano: Fernando Espinoza, Mario Secco, Mario Ishii, Jorge Ferraresi, Gustavo Menéndez, Mayra Mendoza, Mariano Cascallares, Fernando Gray, Juan José Mussi, Federico de Achával
Fueron los grandes ganadores de la elección. En 85 de los 135 municipios ganó en el tramo provincial la alianza que apoyaba el intendente. En 45 perdió y cinco fueron con boleta corta.
Guillermo Montenegro
El intendente de Mar del Plata encabezó las listas libertarias en la quinta sección electoral. Fue uno de los pocos candidatos de La Libertad Avanza que lograron salir victoriosos de una elección desfavorable. Había pasado de Pro a las filas libertarias. Demostró la debilidad del resto de los candidatos, con poco arraigo territorial en la provincia.
Los perdedores
Karina Milei
Fue la ideóloga de la estrategia libertaria en la provincia de Buenos Aires y tuvo el poder de veto de los candidatos. Eligió como armador a Sebastián Pareja, un operador político que había estado cerca de Emilio Monzó. Respondió a la dupla que la hermana presidencial formó con Eduardo “Lule” Menem, principales responsables del armado.
Javier Milei
Apostó a nacionalizar la campaña y polarizar. Por eso, la contundencia de la derrota transformó el resultado electoral también en un mensaje para el gobierno nacional. Deberá enfrentar los próximos meses de gestión con la presión de una oposición revalidada, que ya había dado golpes legislativos en el Congreso.
Cristian Ritondo
Fue el dirigente macrista que impulsó la alianza de Pro con La Libertad Avanza. Aceptó la estrategia del trío conformado por Karina Milei, Sebastián Pareja y Lule Menem. La derrota diluyó la presencia de Pro en la provincia, sin lograr el éxito de sus candidatos.
Máximo Kirchner
Fue el primer opositor interno a Axel Kicillof, se resistió a desdoblar las elecciones e incluso en la campaña cuestionó al gobernador. Al final, el triunfo de la estrategia de Kicillof lo dejó del lado de los perdedores internos y debilitó el poder de su agrupación, La Cámpora.
Por Damián Nabot