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La elección bonaerense pone a prueba el futuro del Gobierno y de Kicillof
Por primera vez en 20 años, se elegirá de forma separada a la contienda nacional; inquietud en los mercados
LA NACION
7 Sep 2025
Matías Moreno
El Presidente, Karina Milei, Cristina Kirchner y Axel Kicillof
Más de catorce millones de ciudadanos están convocados a participar hoy de las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires. Si bien solo se pondrán en juego cargos provinciales y locales, la competencia se convirtió en una escala crucial para el gobierno de Javier Milei y para el gobernador Axel Kicillof y el peronismo en la carrera hacia octubre.
Los comicios bonaerenses mantienen en vilo a la política y a los mercados, que aguardan conocer el resultado para saber si el kirchnerismo ostenta posibilidades de resurgir y qué márgenes de respaldo tiene el Presidente en el distrito más decisivo del país.
La batalla en Buenos Aires será inédita por varias razones. Por primera vez en los últimos veinte años, la elección de medio término en la provincia irá despegada de la contienda nacional. No habrá candidatos nacionales que empujen al resto. Tampoco habrá una competencia a nivel de voto a gobernador que oriente las preferencias.
Por lo tanto, la clave local tendrá mucho peso y se esperan disputas disímiles en las ocho secciones y en los 135 municipios de Buenos Aires, donde se elegirán legisladores provinciales, concejales y consejeros escolares. El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, espera mostrar que puede doblegar a Milei en el primer test que atravesarán libertarios en el emblemático bastión del PJ. Está claro que Kicillof no solo se juega su poder, sino también su proyecto político con vistas a 2027. La elección por cargos provinciales y municipales se convirtió en una prueba de fuego para su liderazgo, en medio de su encarnizada interna con Cristina Kirchner y La Cámpora.
Golpeado por el escándalo del caso Spagnuolo y las peleas en la cúpula, el Gobierno moderó sus expectativas de cara a la pulseada con el PJ en la provincia. A pesar de que selló una alianza con Pro para fortalecer su despliegue territorial,
Milei vaticinó un “empate técnico” con el peronismo.
En la Casa Rosada admiten que el escenario quedó abierto y que el kirchnerismo parte con ventaja, aunque no descartan una remontada o perder por una diferencia pequeña, que no complique el programa económico.
En definitiva, la elección bonaerense será el preámbulo de las legislativas nacionales de octubre, en las que surgirá qué cuota de poder podrá tener Milei en el Congreso en la segunda mitad de su mandato.
¿Cuántos irán a votar?
Tanto en el PJ como en LLA admiten que llegaron a la elección bonaerense a ciegas, sin pronósticos claros sobre las preferencias de los electores. Dirigentes territoriales de las principales fuerzas que animarán los comicios en Buenos Aires están sumidos en la incertidumbre, porque desconocen cuál será el grado de abstención.
En las últimas cuatro elecciones de medio término en Buenos Aires -las simultáneas de 2009, 2013, 2017 y 2021- la participación estuvo en torno al 76%.
En el Gobierno descuentan que el PJ podría beneficiarse si la participación es baja, por el peso del aparato.
Fuerza Patria controla 83 de los 135 municipios de Buenos Aires, lo que representa el 74% del padrón.
La organización de la elección estará a cargo de la administración de Kicillof, una experiencia sin precedentes. Es que durante los últimos años, los comicios de medios término de Buenos Aires siempre se realizaron de manera solapada con la nacional, por lo que la logística quedaba a cargo de la justicia federal y el Ejecutivo nacional.
El jefe de la Policía Bonaerense, Javier Carlos Villar, estará al frente del comando electoral y será el responsable de la seguridad. En tanto, Kicillof contrató a la empresa Indra para el escrutinio provisorio.
Las grandes batallas
La mayor disputa entre el PJ y LLA se dará en la primera y la tercera sección de la provincia, donde votan más de diez millones de bonaerenses. El Gobierno apuesta a que buena performance del intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, candidato a senador provincial por la primera, apuntale un triunfo libertario en Buenos Aires. Valenzuela se medirá con el ministro bonaerense Gabriel Katopodis (Fuerza Patria) en esta circunscripción del oeste y norte del conurbano, que tiene mayor peso en el padrón. En ambos bandos auguraran una pulseada reñida. Somos, en tanto, postula al jefe municipal de Tigre, Julio Zamora, quien procura colarse la discusión.
Kicillof concentra sus expectativas en la chance de obtener una amplia diferencia sobre Milei en la tercera sección, el gran bastión del kirchnerismo, que le permita inclinar el resultado global de la provincia a favor del PJ. Dado la incidencia que tiene en el mapa de Buenos Aires, Verónica Magario, vicegobernadora de Kicillof y referente de La Matanza, se anotó como cabeza de la lista de diputados de Fuerza Patria. Varios intendentes de peso irán como candidatos testimoniales para potenciar la oferta de sus frentes y fomentar el efecto arrastre en sus municipios del sur del conurbano.
En LLA, que apostó al excomisario Maximiliano Bondarenko, admiten que jugarán allí la partida más difícil. Es que el PJ es imbatible en la tercera desde el retorno de la democracia.
La izquierda intentará hacerse notar: ancla sus esperanzas en verse beneficiada por los desencantados con el kirchnerismo.
Clarín
7 Sep 2025
Ricardo Kirschbaum
rkirschbaum@clarin.com
Ilustración: Agustín Sciammarella
En la larga lista de frases disparatadas que se dicen en el país hay que anotar otra, parangonable con aquella famosa de Amado Boudou, quien llamaba reacomodamiento de precios a la inflación para no violar así la prohibición de Cristina Kirchner de usar esa palabra maldita. Pasó aquel aterrorizado “me quiero ir” de Hernán Lorenzino cuando una periodista griega le preguntó sobre el costo de vida, y pasó por el “compra, campeón” de Luis Caputo, entre otros lemas para el frontispicio de la soberbia y la tontera política.
Ahora rige tácitamente otra prohibición: admitir que el Gobierno está interviniendo activamente para controlar al dólar. El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, eligió un atajo semántico para no usar esa otra palabra maldita y prefirió reemplazarla por proveer “liquidez para que no se generen precios artificiales del dólar”.
La vigencia de aquella frase de Groucho Marx – “Estos son mis principios, si no les gustan tengo otros”- se mantiene firme. A pesar de esos gambeteos, la realidad se impone. Así como había inflación en la “década ganada” kirchnerista, también hay hoy intervención en el dólar. El viernes el Banco Central, aquel que Javier Milei había prometido dinamitar, vendió 650 millones de dólares para darle “liquidez” al mercado.
Los embajadores acreditados en Buenos Aires deben hacer esfuerzos para explicar a sus Cancillerías lo que aquí ocurre. ¿Cómo describir seriamente un presunto complot ruso-chino para perjudicar al gobierno de Milei como el que denunciaron funcionarios del gobierno? Solo faltó que agreguen que esa conspiración figuró en la agenda de la cumbre de Xi Jinping y Vladimir Putin, para ratificar la endogamia argentina. La embajada rusa desmintió la acusación. No podía dejarla pasar.
Tampoco la presencia en estos días en Buenos Aires de Juan González, ex responsable de América Latina del gobierno de Biden, debe ser leída con significado político sino de negocios, aunque el ex diplomático seguramente tendrá algunos diálogos con conocidos de todo el arco partidario aquí.
En el vale todo para sacar de la escena los audios donde se confesaría un sistema corrupto que salpicaría al Gobierno, no sobresalió la imaginación sino que también asomó el ridículo. Más allá de esas torpezas quedó claro que el gobierno no supo o no pudo administrar la crisis y que uno de los pilares en los que se basaba la administración libertaria, el de la transparencia, fue dañado visiblemente. Y ese daño llegó para quedarse.
Los esfuerzos por encontrar una fuente externa al estallido del escándalo han sido notorios pero insuficientes para invalidar la pertenencia de Diego Spagnuolo, el lenguaraz de los audios, al corazón del poder. Dato central. También lo es que una de las diputadas acusadas de haber facilitado la grabación, que perteneció al núcleo inicial de La Libertad Avanza, sea atacada principalmente por uno de los dos sectores en que está dividido el gobierno. Otro detalle.
Quizá las “Fuerzas del Cielo”, que comanda Santiago Caputo, apliquen aquello de que el “enemigo de mi enemigo es mi amigo”, porque las esquirlas del caso Spagnuolo golpean al clan Menem y a su jefa, Karina Milei. De esos datos, la oposición, haciéndose la inocente, concluye en que el escándalo surgió de la propia y feroz interna oficialista.
Las elecciones de hoy en la provincia de Buenos Aires son locales, dato que no es menor porque la influencia comarcal será superior a la disputa nacional. Por esa razón, las mediciones pre electorales, que ya han demostrado su incerteza, son difíciles de precisar. Los pronósticos, que en diferente grado favorecen globalmente al peronismo, deben comprobarse en la práctica y dependerán también del nivel de concurrencia. A mayor abstención, pueden prevalecer los esquemas locales de gobierno.
La dinámica desmesurada de la política argentina, sin embargo, les ha dado jerarquía de primera vuelta electoral. Aunque el partido principal se juegue en octubre, el resultado de hoy impactará dentro y fuera del gobierno, y acentuará también las líneas internas en el desorganizado peronismo, aún preso de viejos reflejos.
Para avanzar en las reformas centrales, por ejemplo las del mundo laboral, el oficialismo precisa de otro tipo de política de alianzas que la que ha tenido hasta aquí. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, es acusado internamente por impulsar incorporaciones de dirigentes que representen a sectores importantes de la sociedad. Se menciona a Nicolás Pino, el presidente de la Sociedad Rural y amigo de Milei. Pino es solo un ejemplo de otros que han despertado la resistencia interna de quienes, como las Fuerzas del Cielo, quieren “pureza” libertaria de origen, aunque digan públicamente lo contrario. El obsceno ataque a Luis Juez es solo una muestra grosera del pensamiento del “brazo armado” digital de Milei.
Por eso, Francos también está bajo la mira de la crítica. Con poco, el jefe de Gabinete muestra que no aprendió política de grande, como otros personajes debutantes del elenco oficial.
Si el resultado bonaerense de hoy no es bueno, alguien pagará por ello. Y la mecha retardada del escándalo Spagnuolo puede acelerar su cuenta atrás sobre los fusibles
El resultado de hoy impactará dentro y fuera del Gobierno.
que, se supone, tiene Karina Milei.
Y lo que digan hoy las urnas bonaerenses será importante como efecto para otros distritos y sobre todo para uno: Córdoba. Allí las amplias diferencias de la LLA sobre la oposición han comenzado a estrecharse: una combinación entre malas candidaturas, ataques encarnizados a aliados (caso Juez) y el peso de Schiaretti, está emparejando la elección que se suponía sería un paseo mileista. Entre Ríos y Rio Negro, además, muestran una singular paridad en las encuestas previas.
El resultado para Axel Kicillof es también muy importante. Si triunfa en el conteo final podrá decir que su estrategia de dividir los comicios, división a la que se negaba Cristina y La Cámpora, fue acertada. El “enano soviético” -un arcaísmo de la guerra fría que utiliza como insulto Milei para referirse al gobernador- sabe que está jugándose su futuro. Quienes conocen en profundidad la selva peronista de la Provincia dicen que el camporismo, salvo en lugares determinados, no invirtió mucho entusiasmo en esta campaña.
Por eso, ya hay quienes dicen con ironía que el 26 de octubre, si gana, el gobernador declararía el “día de la liberación”, de su liberación de Cristina.
¿Hay futuro?
La confianza en el Gobierno de Milei cayó casi 14 puntos antes del escándalo Spagnuolo. Por qué crece la tensión política y social.
El nivel de descalabro a días de la crucial elección bonaerense está generando el peor de los mundos.
Carlos Fara
Diario Perfil
Caricatura de Pablo Temes
La semana anterior ya hubo una señal de alerta en el Índice de Confianza del Consumidor (UTDT). Este último lunes el fastidio social se expresó en el Índice de Confianza en el Gobierno (ICG): también cayó casi 14 puntos, marcando el peor descenso en 20 meses de la era La Libertad Avanza. Pero con una alarma: la medición concluyó antes de que escalara el "Spagnuologate". Todo lo que pasó en los últimos 15 días fue para peor.
El índice de este mes contiene algunos datos complicados para el oficialismo.
En primer lugar, de los cinco indicadores que lo componen, la mayor caída fue en el aspecto "Preocupación por el interés general" (18%). Como ya lo hemos señalado en varias oportunidades en esta columna, dicho atributo siempre fue el menos valorado de esta Presidencia, y expresa lo que en los estudios de opinión los ciudadanos refieren como falta de sensibilidad social / empatía. Los temas jubilaciones, discapacidad o Garrahan han recibido una reacción poco feliz por parte de LLA.
En segundo lugar, debería prestar mucha atención el Javo a la baja en los menores de 29 años, el segmento donde se supone que el gobierno debería estar más fuerte: ahí se cayó 24 puntos, poniéndose al mismo nivel del resto de la pirámide etárea. Por otro lado, el AMBA es mucho más crítico que el interior, al igual que el público femenino y el segmento de estudios primarios.
Con este marco social -que percibe y comparte el amplio círculo rojo- es lógico que todos los demonios se desaten en un efecto cascada inmanejable. Se multiplican las operaciones de prensa e inteligencia, todos los involucrados empiezan a perder el miedo y las denuncias afloran, potenciadas por las internas del gobierno. Un clásico.
Como siempre el punto es qué hace la conducción política con estos escenarios de alta tensión. Si se tratase de una simulación en un curso de manejo de crisis, el alumno Javier Milei ya hubiese sido reprobado. Evidentemente no leyó el manual preventivo: la única vez que se salió del discurso escrito...se le disparó un lapsus. "Afanando los choreos" sonó a mexicaneada entre bandas. Perdón Freud.
A esta altura, ya es poco importante quién grabó y quién filtró. Un proyecto que apuesta al extremo individualismo tiene elementales consecuencias en época de tormenta: nadie le presta un paraguas al que está al lado. La endogamia verticalista no contempla piedad, ni contención alguna. La rigidez es la mejor receta para que se generen quebraduras sistemáticas. Quizá nadie cayó en la cuenta que un sistema de acumulación de dinero non sancto, también necesita de una conducción política adecuada para que todo no salte por los aires. Ya que hay tanta fascinación por la liturgia del Imperio Romano, podrían irse aún más atrás y refrescar una sentencia de Platón en La República: la justicia también debe primar entre los delincuentes para que exista una adecuada armonía.
Este nivel de descalabro a 7 días de la crucial elección bonaerense está generando el peor de los mundos. Más allá de las repudiables agresiones a las principales figuras de LLA -el kirchnerismo parece que siempre trabaja para beneficiar al oficialismo- se cuentan variadas anécdotas en el conurbano de militantes libertarios que han recibido un repudio encendido por parte de votantes comunes cuando intentaron repartir folletos o visitar barrios en estos últimos días. Les endilgan que son más de lo mismo: la peor noticia para el mileísmo. El caso de las supuestas coimas caló ampliamente y con mirada negativa. Ahora el interrogante es si los decepcionados se quedan en casa o se toman venganza con alguna opción que no sea K.
Que LLA pierda el 7 de septiembre no será una gran novedad. El problema es por cuánto. Ya sea vía abstención o traslado de votos a otras fuerzas, lo que junte el oficialismo nacional significará una reducción de su participación en la torta. Si la derrota excede los cinco puntos, se hablará de un triunfo claro de Fuerza Patria y eso generará turbulencias financieras en el tramo de los 50 días siguientes hasta fin de octubre.
A dos meses de la elección nacional, circulan entre especialistas dos aseveraciones: 1) con los demonios desatados, el gobierno llegará políticamente complicado al 26 de octubre, y 2) la economía ya no dará señales de recuperación, con lo cual ahondará un clima de menor optimismo. A propósito, otro informe de la UTDT indica que las expectativas sobre el nivel de inflación van en ascenso.
dolar
Los dólares en el colchón, lejos de salir del sommier, lo van engordando. Quizá esta sea la dolarización endógena -los verdes se acumulan por fuera del circuito financiero-, aunque diferente a la que imaginaba el león. Entonces suben los encajes en pesos, casi obligaron a los bancos a renovar vencimientos, y (dejando las convicciones en la puerta de la Rosada) aplicaron un cepo a la posesión de dólares de las entidades financieras. Sumatoria de indicadores de que lo que está escaseando en la Argentina es la confianza en las decisiones de la administración Milei. Dada la incertidumbre en ascenso y las inquietudes sobre qué hará el presidente post elección nacional, el rumor de que la Argentina deberá pedir "a little help from the Federal Reserve" pos 26 de octubre se va consolidando.
¿Se reinventará el gobierno pos octubre, como parece que le pide el establishment, si eso implica otra política económica y otro team? El "gatito mimoso" presume de bilardista, ergo pragmático. Alguna evolución había mostrado en ese sentido durante 2024. Pero desde el discurso de Davos para acá, los que han evolucionado son los dolores de cabeza. Suponiendo que haga dichos cambios, no es lo único que debería cambiar, porque un punto sustantivo es cómo juegan las expectativas de la sociedad y el efecto simbólico de las cosas que hace / haría.
Hace 38 años Los Intocables cantaban con ritmo de ska, "el Estado te domina / no hay futuro / y estamos bajo vigilancia, nuestras acciones están controladas basta de joder / no quiero morir insatisfecho, no hay futuro".
Diego Spagnuolo. Del “mejor amigo” al “hombre bomba”
Por Hugo Alconada Mon
LA NACION
Caricatura de Alfredo Sábat
Diego Orlando Spagnuolo quiso ser legislador nacional. Quedó a un paso. Le prometieron la Secretaría General de la Cámara de Diputados de la Nación. Le fallaron. Se ilusionó con la presidencia de Aerolíneas Argentinas, pero Javier Milei, ya presidente electo, le replicó que sería “mandarlo al muere” porque quería “romperla” para privatizarla. Y terminó al frente de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis). Hoy, mide sus primeros pasos en los tribunales. Escogió a un abogado que ya tuvo a un “arrepentido” como cliente. Y podría, también, ir por un habeas data. ¿Para qué? Para que la Justicia determine si lo espiaron desde el Estado.
“Acelerado”, “laburador”, “bocón”, “responsable”, “desbocado”, “cumplidor, “desaforado”. Spagnuolo acumula definiciones de aquellos que lo tratan desde hace años. Aquellos que conocen sus gestos de desprendimiento –como ser capaz de subirse a un auto y manejar durante horas para ayudar a un amigo-, pero también sus zonas más arduas, entre la ansiedad, las fobias, los ataques de pánico y otras cuestiones más oscuras.
Cumplió 51 años el 23. Pero no llegó a festejarlo. Tres días antes, le arruinó los planes “Carnaval”, el canal de streaming donde mellan Jorge Rial y Pablo Toviggino, la mano derecha de Claudio “Chiqui” Tapia. Comenzó a difundir audios suyos recortados que desataron el mayor escándalo que afrontan los hermanos Milei desde que llegaron al poder.
Spagnuolo, vale la aclaración, es “team Javier” desde que José Luis Espert los presentó, años atrás. El diputado prefiere ahora negarlo ante la consulta de LA NACION, aunque en Twitter le dedica mensajes arrobados a @Rainer_Wolf, como en 2020, cuando lo saludó por su cumpleaños, con una foto posando juntos frente a una torta (https://x.com/jlespert/status/1297688283640737792). Acaso porque cuando Espert y Milei se distanciaron antes de las elecciones de 2021, Spagnuolo se fue con “Peluca”.
Pronto fueron inseparables. Almorzaban juntos, circulaban juntos, cenaban juntos. Milei lo presentaba como su “mejor amigo”, recuerda Marcela Pagano, y luego como su abogado, para terminar como su apoderado general en octubre de 2024. Años, aquellos, en que Spagnuolo lo trasladaba en su auto y dirimía gratis sus cuitas en los tribunales. Ya fuera contra el entonces presidente Alberto Fernández –como denunciante o denunciado- o contra periodistas varios.
A la hermana Karina, sin embargo, Spagnuolo no le caía demasiado en gracia, cuentan desde La Libertad Avanza. Buscó insertar una cuña entre ambos o, según sus acólitos, un grado –o dos también- de separación. Y ya fuera por eso o por decisión propia, Javier comenzó a pedirle a algunos allegados que le ayudaran con Spagnuolo. Lo definía como “un tipazo”, aunque algo “tímido”, sin experiencia en la política.
Así fue como el abogado calvo quedó bajo el ala del luego diputado nacional Oscar Zago. Pero también pasó por Ramiro Marra, por Victoria Villarruel, por Carlos Kikuchi, por Carolina Píparo, por Sandra Pettovello y por Pagano, entre otros, sin terminar de forjar vínculos consistentes con ninguno. Algunos de ellos lo vieron como una oportunidad para acercarse a -o sumar puntos con- Milei; otros como un dolor de cabeza.
“Es un muchacho muy ansioso, con dificultades para manejar el stress, que tiende a reaccionar como un ‘polvorita’ o un nene cuando algo no le gusta”, dice Osvaldo Marasco, quien le abrió los brazos a Spagnuolo a pedido de Zago. Le dedicó horas en la confitería Zoo de Ituzaingó, donde hablaron de yoga y de fobias, y hasta llegó a regalarle un libro de un psiquiatra. Terminaron distanciados.
Quienes lo quieren a Spagnuolo y lo acompañan por estas horas insisten que es un buen tipo, puro corazón, que está solo –sin pareja y lejos de su madre, que vive en Bahía Blanca- y que avanzó en la vida por mérito propio. Como letrado laboralista y dedicado a los reclamos por “daños y perjuicios” construyó su casa en un country, y trabajó también para las municipalidades de José C. Paz, de Tigre y de Pilar, donde asesoró a Carlos Kambourian en la Secretaría de Salud durante la intendencia de Nicolás Ducoté.
Pero el ruedo político, coinciden los doce interlocutores consultados por LA NACION, no era lo suyo. ¿Ejemplo? “Se fue con Victoria [Villarruel] cuando Karina ya la tenía entre ceja y ceja. ¡Fue lo peor que pudo hacer!”, recuerda uno de ellos.
Insistente como pocos, coinciden también los consultados, Spagnuolo logró preservar el vínculo con “Javo” y figuró entre los que ingresaron al hotel Sheraton Libertador, una y otra vez, tras el triunfo en el balotaje, cuando el Gobierno libertario comenzó a tomar forma. “Acordate que quedó a la puerta de ser diputado nacional. Si alguno renunciaba, entraba, pero no entró”, cuenta uno de sus otrora sherpas. “Lo fue ver a Javier. Y le debe haber roto las pelotas hasta que le dieron ese cargo en la Andis”, estima.
En rigor, a Spagnuolo también lo habían ilusionado con un cargo alto y relevante en el Congreso, pero la promesa se diluyó en el aire. Y fue a pedirle la presidencia de Aerolíneas Argentinas, pero Milei le replicó que enviarlo allí sería darle un caramelo amargo, que quería desfinanciar la empresa y romperla para privatizarla en dos años. Entonces medió Pettovello, que le planteó al Presidente electo colocarlo al frente de la Andis. ¿Quién mejor que alguien de máxima confianza para depurar las pensiones por discapacidad que había otorgado el kirchnerismo?
Y allí fue Spagnuolo. El 28 de diciembre se confirmó su designación como director ejecutivo de la Agencia Nacional de Discapacidad. Y entró como elefante en un bazar. Su primera tormenta se desató en enero, cuando la resolución 187 de la Andis incluyó términos vetustos y ofensivos —“idiota”, “imbécil” y “retardado mental”— para clasificar distintos grados de discapacidad intelectual. Previsible, cosechó el rechazo inmediato de asociaciones, familiares y especialistas, y debió dar marcha atrás.
Esos y otros traspiés no le restaron acceso al Presidente. Hasta su despido, era el funcionario con más ingresos registrados (38) a la Quinta de Olivos desde diciembre de 2023, donde compartió veladas dominicales de ópera con el economista Juan Carlos de Pablo, por ejemplo, pero también al menos un encuentro con Mauricio Novelli, uno de los protagonistas del lanzamiento y derrumbe de la “memecoin” $LIBRA.
¿Le informó Spagnuolo a Milei los desmanejos que detectó en la Andis con las droguerías? ¿Señaló a Eduardo “Lule” Menem en algún momento?
Sus íntimos dicen que sí.
Los voceros oficiales y oficiosos del Gobierno juran que no.
Por lo pronto, tres diputados del espacio libertario confirmaron por separado a LA NACION que Spagnuolo venía quejándose de la situación desde hacía al menos seis meses, lo que también confirmaron, on the record, el consultor Fernando Cerimedo –dueño del portal “La Derecha Diario”- y la diputada nacional Marcela Pagano.
Los dichos de Alejandro Fantino en el canal “Neura” de streaming, en julio de 2024, alientan esa hipótesis. Con Spagnuolo a su lado, el conducto alertó sobre “gente genéticamente voraz” que podía usarlo “como forro”, para luego tirarlo a la basura. “Tenés que tener cuidado. Hay que tener cuidado que no pase ni en Totora, Santa Fe, ni en Lule, Tucumán”. El nombre correcto de la localidad es Lules, pero Fantino omitió la “s”. ¿Error o mensaje?
No son pocos los que, en esas circunstancias, le recomendaron a Spagnuolo que juntara evidencias y alertara a Milei. O que renunciara, como el diputado nacional Guillermo Montenegro. Pero, al parecer, el momento de la verdad no llegó por iniciativa propia, sino de un tercero. O, en este caso, de una tercera: Pettovello.
“Diego se quejó con Sandra, que le fue con el cuento a Milei, que lo llamó a Diego, que le contó sobre ‘Lule’ y al parecer sobre Karina también”, cuentan junto al ahora exfuncionario.
- ¿Y qué pasó?
-Karina lo llamó después para comunicarle que él no iba a hablar más con Javier.
El final comenzaba a escribirse.
Hugo Alconada Mon