El dólar asoma como fuerte delator de la mala praxis del Gobierno

Vergüenza debería darles a los referentes de este Gobierno reírse a carcajadas sobre la suba del dólar en ciclos de streaming donde se dedican a perder el tiempo mientras crece la pobreza, hunden a los jubilados en la miseria y cientos de pymes siguen cerrando sus puertas, acrecentando la tasa de desempleo.
La semana pasada, Javier Milei interrumpió repentinamente su sarasa virtual durante la mencionada transmisión, para avisarle al conductor del programa que antes de las 00 horas tenía que firmar un decreto, trámite que finalmente formalizó al aire entre risas y chistes. No era Cenicienta apurada antes de que la carroza se convierta en calabaza; era el jefe de Estado de un país en crisis, cuyos habitantes siguen esperando que demuestre las señales de prosperidad que prometió en campaña.
"Y si, man, soy Presidente, loco", dijo al aire, exaltado, justificando que se había olvidado de estampar la firma. Sin embargo, el mes pasado, cuando intentó defenderse de las acusaciones del caso $LIBRA, usó un argumento totalmente opuesto.
Recordemos que la Oficina Anticorrupción intentó eximirlo de culpas afirmando que cuando posteó el tweet del escándalo incitando a invertir en la criptomoneda -invitación que derivó en una megaestafa sin precedentes- no actuaba como presidente sino como “un ciudadano que ejerce sus derechos civiles y políticos garantizados por la Constitución”. La misma que se ha dedicado a pisotear de manera sistemática desde que asumió. ¿En qué quedamos, Milei? ¿Es presidente solo cuando le conviene?
En esta nueva entrega del circo mediático libertario, Milei, el ministro Toto Caputo y compañía festejaban que ahora el dólar “flota”. No obstante, previamente denunciaron que había un complot para que se dispare la divisa, por el cual culparon a los bancos y a la oposición, entre otros actores políticos y económicos. “Ante el riesgo kuka o la incertidumbre política, algunos deciden cubrirse”, señaló el ex aliado de Mauricio Macri, en clara referencia a la amenaza del retorno del kirchernismo al poder.
No solo son cínicos e inoperantes, sino que además, se burlan de indicadores económicos alarmantes, síntomas del fracaso de un modelo económico que a 19 meses del inicio de la gestión libertaria, sigue sin funcionar.
La Libertad Avanza sigue haciendo agua en sus intentos de resolver una coyuntura cada vez más desastrosa, a pesar de que a principios de año “Jamoncito” aseguraba que “el dólar podría estar a 600”. Otro diagnóstico errado del experto en crecimiento.
En cuanto a los dólares del colchón que tanto esperó Caputo con los colmillos afuera, siguen sin aparecer. Después de tantas décadas de gobiernos inútiles, la gente no come vidrio. Mantiene sus ahorros verdes bajo llave, los usa para pagar deudas, los invierte en un auto más nuevo, o los pone en tickets aéreos para ver si, al menos por un rato, logran disfrutar de una cuota de felicidad.
Entonces, el actual preferido de Milei que en la administración amarilla endeudó al país a cien años, mete mano otra vez, revienta la guita de las reservas y tira millones al tacho para tratar de contener al dólar, con el objetivo de mantener la inflación en un piso que les permita salir bien parados en las elecciones legislativas. Históricamente, la devaluación de la moneda se ha trasladado a precios, y es precisamente lo que el Gobierno quiere evitar.
En este escenario de profunda recesión económica y volatilidad cambiaria, parece que nada es negocio, excepto comprar dólares. Así lo confirmó el experto en la timba cuando arengó al público a adquirir la divisa norteamericana, fomentando de este modo el agrandamiento de una economía especulativa. Ahora que está caro, “comprá, campeón”, expresó en una conferencia.
En declaraciones recientes, el analista Carlos Maslatón salió al cruce de los dichos de Caputo, a quien calificó como un “jugador de mesa de dinero con plata ajena. En este modelo, solo gana el especulador que esta entongado con el Estado”. Y agregó que “con intervención permanente no hay flotación. Esto es corrupción. Se la llevan los meseros de la city adscriptos al Gobierno”.
Casi en simultáneo al debate acerca del comportamiento del mercado cambiario, se concretaba otra polémica medida en el orden legislativo: el veto del Ejecutivo a los proyectos que buscan incrementar los haberes jubilatorios y declarar la emergencia en discapacidad. “Aquellos que no acompañen el veto son unos genocidas, estarían haciendo una matanza sobre nuestros jóvenes y nuestro futuro”, había dicho Milei. Cabe preguntarle si su Gobierno acaso no está ejecutando un genocidio contra los abuelos, a quienes está matando de hambre.
Por más que intenten vender espejitos de colores, hay una clara mala praxis de LLA, con un modelo que no cierra por ningún costado. La sigla que tanto le gusta usar a Javo (TMAP – “Todo Marcha de Acuerdo al Plan”) es otra de las mentiras que intenta hacerle creer a un electorado que ya le sacó la ficha, y que en los próximos comicios seguramente le dará un frío baño de realidad.
A pesar de estos fracasos permanentes, el Gobierno insiste en menospreciar a los que no coinciden con su diagnóstico. Desde Casa Rosada no muestran evidencias de crecimiento, solo las dibujan, y se enojan si alguien contradice los datos falaces que pretenden mostrar.
Mientras tanto, un variopinto ganado peronista se sigue reagrupando en Fuerza Patria a lo ancho y a lo largo de todo el país, bajo el slogan “Sumar Fuerzas”, con énfasis en una palabra: “Votá”.
El reloj de arena ya está dado vuelta.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario