sábado, 15 de noviembre de 2025

Síndrome 2010

 Alianzas globales

Síndrome 2010


Más allá del acuerdo puntual con los Estados Unidos, el foco debe ponerse en lo ideológico.


Pablo Helman


Diario Perfil


sábado 15 de noviembre de 2025


Javier Milei es Mileistein por Pablo Temes


1.Comencemos con una cita. Es del libro Personalidad y poder de Ian Kershaw, quien, entre otras cosas es el principal biógrafo de Adolf Hitler. En Personalidad… el historiador inglés se mete en una cuestión desdeñada muchas veces por sus colegas, especialmente por los que llegan de la izquierda: ¿cuánto incide la psicología de los protagonistas en los grandes cambios de la humanidad? ¿Dónde termina la ideología y se juegan cuestiones más pasionales? Kershaw, en la introducción de texto esencial sostiene que “La historia ofrece muy pocas recetas, por no decir ninguna, para el futuro. Lo que sí sugiere, sin embargo, es que la perspectiva de dejar la política en manos de personalidades poderosas que afirman conocer la panacea llamada a curar los males presentes y que ofrecen un cambio global destinado a generar una drástica mejoría rara vez resulta deseable”.


2. Casi el mismo día en que se anunció el acuerdo comercial entre Estados Unidos y Argentina (dicho en el orden de importancia en que se presentaron a los firmantes del acuerdo) fue un aniversario de la muerte de Hegel. El 14 de noviembre de 1831 murió un pensador que consideraba que personajes como Napoleón representaban el espíritu de la época. La pregunta sigue siendo vigente: ¿cómo explicar las afinidades selectivas de Donald Trump? ¿Cómo definir la estrategia en materia de política global de Javier Milei y su equipo económico, el que el lidera Luis Caputo y tiene entre sus miembros al canciller Pablo Quirno?


3. Distintos analistas definieron al pensamiento económico de Trump como simplista. Para el presidente estadounidense se trataría de una suma mínima: aranceles y el aporte de diferentes think tanks, más las ideas que sostienen los megamillonarios, especialmente el mundo de Silicon Valley que rodea a Peter Thiel y llega al vicepresidente Vance. Ideas simples, mucha geopolítica y un afán imperial para solucionar dos crisis de su país: por un lado un abultado déficit fiscal –sí, déficit fiscal– y por el otro revitalizar a una industria alicaída cuanto menos. Según el economista Federico Fubini, “Estados Unidos se ve obligado a encontrar compradores cada año para al menos 2 mil billones de dólares adicionales en bonos del Tesoro –una cantidad ligeramente inferior al PIB de Francia– que debe colocar en los mercados con la esperanza de no tener que aumentar las tasas de interés ofrecidas para atraer a los inversores. Un aumento de este tipo podría desencadenar una espiral recesiva en Estados Unidos y resultar insostenible desde el punto de vista financiero a medio y largo plazo.


4. Un personaje clave de esta historia, para entender la necesidad de una nueva Pax Americana, lo que implica el avance sobre el patio trasero de nuestra región, es el Stephen Miran, casi como la continuidad de Scott Bessent en la Reserva Federal. Mirán dijo que “dado que el presidente Trump ha sido reelegido con un fuerte mandato democrático, es razonable esperar que su administración emprenda una importante reforma de los sistemas comerciales y financieros internacionales. Este ensayo revisa algunas de las herramientas disponibles para lograrlo. Contrario a gran parte del discurso de Wall Street y de los académicos, existen poderosas herramientas que pueden ser utilizadas por una administración para influir en los términos de intercambio, el valor de las divisas y la estructura de las relaciones económicas internacionales”.


5. Estados Unidos anuncia los acuerdos en el mismo momento que su ministro de Guerra Pete Hegseth dice que su país está en “En una situación 1933”: es decir, preparándose para una confrontación global. ¿Con China? En un discurso en la Escuela Nacional de Guerra, glosado por revista Le Grand Continent, da una respuesta más sofisticada: “Tampoco me refiero al Partido Comunista Chino. El adversario al que me refiero está mucho más cerca de nosotros. Se trata de la burocracia del Pentágono. No las personas que la integran, sino el procedimiento. No los civiles, sino el sistema; no los hombres y mujeres de uniforme, sino la uniformidad de pensamiento y acción que con demasiada frecuencia se les impone”.


6. Aquí llegamos a la contracara de los acuerdos: la Argentina o, más precisamente, el gobierno de Javier Milei, que recibió el aporte de administración Trump previo a las elecciones. El gobierno que acepta aliarse con una gestión que está dispuesta a transformar sistemas de gobernanza globales.


7. Esta semana, el periodista afín (cabe más el adjetivo que el sustantivo) Alejandro Fantino habló de que en Gobierno están empezando a pensar en una reforma constitucional cuyo efecto sería la eternización en el poder del actual presidente. Aquello de “Milei emperador” no es ni un chiste ni una estrategia de marketing. Es un proyecto político. 


8. Cabe recordar aquí que Viktor Orbán asumió el 29 de mayo de 2010 en Hungría y aún está en el poder. Cuando se cumplieron los 12 años de esta gestión de Fidesz Infobae publicó una serie de retratos que mostraban cómo el antiguo ultraliberal se tornó en el autócrata de hoy: la censura, el romper con antiguos aliados, el alinearse, en su caso con Vladimir Putir, son parte de un camino. Quizás no se trate de volver a leer el libro Síndrome 1933 de Siegmund Ginzberg y sus perturbadoras analogías con el momento actual, sino de pensar cuánto de la sociedad argentina de hoy tiene analogías con la húngara de hace 15 años. Se trata de atenciones convenientes, especialmente en cuanto a la institucionalidad, a las reglas.


9. Si resulta eficaz el uso del término “comunista” para referirse a la oposición que usa Luis Caputo continuamente también se debería pensar en la eficacia de la palabra “fascismo” o “neofascismo” para describir al mundo actual.


10. Como dice el propio Kershaw, hay analogías útiles (y posibles) entre ciertas actitudes de los dictadores de otras épocas y la política de hoy. Cerremos con otra cita del historiador: “Por lo que a mí respecta, me contentaría con evitar por completo la intervención de personalidades ‘carismáticas’ y favorecer la de aquellos líderes que, aunque menos intensos y vibrantes, se hallen en condiciones de ofrecer una gobernanza competente y eficaz, basada en la deliberación colectiva y las decisiones racionales orientadas a mejorar la vida de todos los ciudadanos”.

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