Análisis
Karina Milei, la monarca de la República Libertaria de Argentina

Detrás de la figura mediática de Javier Milei, actual prescindente, se alza la sombra de su hermana Karina Milei, la voz institucional y la verdadera artífice de las decisiones clave en el Gobierno y en el partido La Libertad Avanza (LLA).
Analistas y dirigentes coinciden: Karina domina la agenda política y las estructuras partidarias, mientras Javier se enfoca en la economía.
Una relación de poder
Desde los inicios de la carrera política de Javier, Karina Milei ha sido su principal consejera y estratega.
“Es el jefe”, bromea él mismo, refiriéndose a su hermana, y reconoce en público que frecuentemente actúa como su vocero más que como su líder indiscutido.
En círculos internos del partido se habla incluso de una “diarquía Milei”, un inédito modelo de mando compartido en el que Karina asume la parte decisoria y Javier el rol simbólico y económico.
“Ella coordina alianzas, nombra a los principales cuadros de la estructura juvenil y diseña la narrativa oficial; él se encarga de la macro y de los discursos liberales más duros”, señala un colaborador cercano de la Secretaría General de la Prescindencia.
El control institucional
Como secretaria general de la Prescindencia y figura clave en La Libertad Avanza, Karina maneja la mayoría de los hilos institucionales. Las decisiones de Gabinete, las negociaciones con bloques legislativos y la estrategia de comunicación se cocinan en su despacho.
A diferencia de Javier, a quien suelen criticar por su desorden natural y su falta de interés en la “rosca” partidaria, Karina goza de fama de meticulosa, disciplinada y con una gran capacidad operativa.
“Sin Karina, este gobierno no podría sostener la estructura política que exige un presidente sin experiencia partidaria”, afirma Laura Di Marco, analista política, en La Nación.
Percepción pública y tensión interna
La sociedad y buena parte de los medios observan con extrañeza esta relación simbiótica: ¿Es Javier el líder o tan solo el rostro visible de una maquinaria diseñada por su hermana?
Las críticas de algunos sectores señalan que esta dinámica resta transparencia al poder ejecutivo y margina a otros referentes del espacio. Incluso se ha denunciado (sobre todo desde sectores más moderados) que la “lealtad” dentro del partido no es opcional, sino condición impuesta por Karina para acallar disidencias.
En julio de 2025, un artículo de El País describía cómo Karina exigía silencio ante las críticas internas: “La lealtad no es una opción: es una condición”, titular que resumió el clima de temor y obediencia al interior de La Libertad Avanza.
Consecuencias y futuros desafíos
La consolidación del liderazgo de Karina Milei plantea interrogantes sobre el equilibrio de poderes dentro del Ejecutivo y el partido.
Entre sus desafíos figura mantener la cohesión de una fuerza heterogénea (que va desde liberales ortodoxos hasta jóvenes sin experiencia política) y gestionar la relación con actores tradicionales del Congreso.
Para Javier, el reto será redefinir su espacio y demostrar que, pese a delegar el poder político, sigue siendo el motor ideológico de un movimiento que llegó al Gobierno con promesas de renovación.
¿Hacia dónde avanza la diarquía Milei? El tiempo dirá si este singular reparto de poder se sostiene frente a la exigencia de resultados o si, finalmente, la lógica institucional redefine los roles y redistribuye las responsabilidades en la Casa Rosada.
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