lunes, 21 de julio de 2025

¿Qué te pasa, Milei, estás nervioso?

 Editorial

El peronismo no murió

¿Qué te pasa, Milei, estás nervioso?

A Javier Milei se le complicó el escenario en la provincia de Buenos Aires de cara a las elecciones legislativas. (Dibujo: NOVA)

Este fin de semana, el candente cierre de listas bonaerenses de cara a las legislativas del 7 de septiembre le disparó la presión arterial a Javier Milei, quien hasta hace poco aseguraba que el peronismo estaba muerto. Incluso, había canchereado con ponerle “el último clavo” al cajón de Cristina Fernández de Kirchner. Pero, en este caso, a rey muerto, no hay rey puesto. Los hilos del poder opositor se siguen moviendo en las sombras. Y aunque el perro está encerrado, la rabia se ha esparcido.

Esta realidad política también puede leerse en el tweet que posteó el prescindente luego de la conformación de las candidaturas, al postear que “cuando pasan cosas como las de anoche me pregunto qué pensarán los imbéciles que acusan de violentar a la República porque los modales no son de su agrado. No dimensionan el monstruo que enfrentamos. De hecho, el monstruo vive porque cuando lo ven se orinan en las patas”.

Previamente, había escrito: “Kirchnerismo o libertad, status quo vs. cambio, pobreza vs. progreso”, otorgándole entidad como enemigo al “monstruo” k.

En la provincia de más peso electoral en el país, la estrategia para el armado de un frente competitivo fue atraer a referentes del PRO, quienes siguen siendo cuestionados por huir hacia el espacio oficialista. Finalmente, la alianza quedó sellada. En paralelo, tras varias horas de extrema tensión interna entre Máximo Kirchner (cristinismo), Axel Kicillof y Sergio Massa, un peronismo acéfalo, que hasta ahora aparecía desmembrado, logró fusionar intereses en un frente homogéneo en pos de un objetivo común: derrotar a LLA y ganar espacio en el Congreso.

De este modo, ambos bandos intentarán polarizar la campaña en la cuenta regresiva hacia los comicios desdoblados de septiembre, cuyos resultados tendrán un impacto directo sobre el panorama que le espera a Milei. Si su espacio sale bien parado, se le allanará el camino hacia las generales de octubre; si, por el contrario, pierde terreno, se le complicará la aprobación de leyes clave que el Gobierno tiene en carpeta, como la reforma laboral y la reforma impositiva, que perjudicará aún más la disponibilidad de fondos para las provincias, que ya vienen desgastadas.

En este contexto, la gran pregunta es qué opción tendrán los votantes no peronistas decepcionados con la gestión libertaria que, según estimaciones, abarcan aproximadamente el 20 por ciento del electorado.

La alternativa que se filtra en la grieta es la nueva coalición Somos Buenos Aires, que reúne a dirigentes del peronismo disidente y la UCR, entre otras corrientes minoritarias que aspiran a captar la mayor cantidad de votos posible.

Por otro lado, el modelo económico que viene implementando la casta libertaria está lejos de garantizarle adeptos en las urnas.

En ese sentido, el tercer trimestre del año será un período clave para el oficialismo: deberá contener no solo la suba del dólar -que ya rozó los 1300 pesos-, sino también seguir encontrando argumentos para justificar la negación de fondos para los jubilados, los discapacitados, la salud, las universidades, los científicos, las provincias y la obra pública. Es que en realidad, sí hay plata: la maquinita de emitir billetes está más activa que nunca. Pero los odiadores de la justicia social la ponen en sus propios intereses políticos y económicos.

Mientras tanto, las tensiones internas no ceden. Karina Milei está obsesionada en correr definitivamente a Santiago Caputo del comando del poder desmedido que se le ha otorgado a pesar de su rol de asesor sin cargo público, puja que se profundizó cuando disparó contra Martín Menem y su familia por sus maniobras corruptas en la preadjudicación del Banco Nación a la empresa Tech Security para prestar servicios por casi 4 mil millones de pesos.

La destrucción que los libertarios aplican hacia afuera les está estallando en el seno de su propio espacio. El impulsor de la mega estafa cripto deberá ingeniárselas para ver cómo pilotea la crisis interna, el creciente descontento social y a una oposición cada vez más fortalecida y resistente a sus medidas autoritarias.

“Jamoncito” no la tiene fácil, quedó atrapado dentro de una sandwichera cada vez más caliente.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario