El verdadero "maligno"

La metáfora del demonio ha reencarnado varias veces en distintas figuras a juzgar por los discursos sucesivos de Javier Milei, antes y después de asumir en Casa Rosada.
Durante la campaña presidencial, acusó al papa Francisco de “imbécil” y “representante del maligno en la Tierra, ocupando el trono en la Casa de Dios”. Tras asumir, viajó a la Santa Sede para darle un abrazo ante espectadores del mundo entero. Para entonces, ya había empezado a mostrar la hilacha.
En 2024, tildó de “comunista asesino” al mandatario de Colombia, Gustavo Petro, provocando tensiones con el país vecino, y declaraciones similares fueron contra Andrés López Obrador, a quien calificó “ignorante”. “No comprendo cómo los argentinos, siendo tan inteligentes, votaron por alguien que desprecia al pueblo", fue la reacción del presidente mexicano en X.
Poco después, “Jamoncito” llamó a Lula Da Silva como “corrupto y comunista”, tras lo cual éste lo instó a “pedirle disculpas a Brasil y a mí". Más tarde fue el turno de Gabriel Boric, mandatario de Chile, a quien llamó “empobrecedor”. El pedido del otro lado de la cordillera fue “tener un poquito más de humildad”.
Begoña Gómez, esposa del presidente español Pedro Sánchez, tampoco zafó de los insultos del falso León, tras llamarla “corrupta”, generando un escándalo diplomático con la nación europea.
La lista de agravios es interminable: “enano diabólico”, “pichón de Stalin” y “pelotudo” a Axel Kicillof, “fracasado” a Mauricio Macri, “pedazo de mierda” a Martín Kulfas, “zurdo de mierda, sorete, gusano arrastrado, pelado asqueroso de mierda” a Horacio Rodríguez Larreta, “sorete” a Wado de Pedro, “inútil, mentiroso h.d.p.” a Martín Guzmán, “corrupta” y “asesina” a Cristina Fernández de Kirchner, “nido de ratas” al Congreso, “traidores” a los legisladores, “imbéciles y ratas” a los periodistas, “parásitos mentales” a los dirigentes de la oposición, “montonera y pone bombas” a Patricia Bullrich, quien hoy integra su gabinete, por citar algunos ejemplos.
La semana pasada, el prescindente volvió a apelar a su ira verbal durante la inauguración de una iglesia evangélica en Chaco, donde aseguró que "el Estado es la representación del maligno en la Tierra". Evidentemente, en el delirio teológico que dirige su propio infierno interior hay una idea fija que no lo deja dormir.
¿Acaso se refiere al mismo Estado que tiene bajo su órbita al Hospital Garrahan, que tiene como misión salvar la vida de cientos de niños cada año? ¿Al mismo que vio nacer al CONICET, organismo emblema en materia de investigación; a las universidades públicas que han sido ejemplo de calidad académica en Latinoamérica; a las rutas que favorecen la conectividad dentro del territorio nacional; a los gasoductos que permiten llevar calidad de vida a los hogares? ¿YPF también entra en el rango maléfico?
Bajo la pantalla de la oratoria violenta de Milei, se activa la mecánica del ajuste permanente sobre la salud, la educación, la ciencia, la cultura y los sectores más indefensos de la sociedad, como los discapacitados y los jubilados. ¿Hay algo más despiadado que eso? En la nación que cuenta con un tesoro como Vaca Muerta, el dueño de la motosierra libera el precio de las garrafas y deja a medio país sin gas en plena ola polar. ¿Hay algo más vil que eso?
Quien tiene las herramientas para accionar en favor del pueblo y debe defender los intereses de nuestro país, lo único que hace es detonar granadas. Un fanático de la destrucción. Ese personaje insensible, irrespetuoso y cruel es quien conduce a la Argentina hacia un futuro cada vez más incierto.
Por ahora, toda la porquería que lanza el ex de gatitas voluptuosas como Fátima y Yuyito le volvió en forma de excremento al diputado libertario José Luis Espert en la puerta de su casa. Veremos a quién le toca la próxima.
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