Arte, moda, un mercado gastronómico y un vestidor solidario son algunas de las propuestas para este fin de semana
Septitembre llega con muchas actividades para disfrutar. Mirá nuestra agenda de actividades
CURSO: EL PODER DE LA PALABRA
En los 60 el llamado "boom" latinoamericano abrió las puertas a la lectura en español para todo un continente hasta entonces europeizado en sus lecturas. Hoy, en 2016, todavía nos queda mucho que pensar acerca de lo que este fenómeno nos dejó. ¿Se abrieron las puertas, de una vez y para siempre, a la Latinoamérica plural, la de la mezcla de culturas y de civilizaciones superpuestas? ¿Quiénes son esos autores que sentaron las bases, los que vinieron antes y los que continuaron escribiendo en Colombia, en Paraguay, en Bolivia, en México? El boom, la violencia de las ciudades, el indigenismo, la novela de dictador, son cinco clases para descubrir la literatura latinoamericana. El curso tiene un valor de $950.
Cuándo: del 7 septiembre al 4 de octubre, de 18 a 20.
Dónde: en el Centro de Estudios Latinoamericanos La Abadía, Gorostiaga 1908, Palermo, CABA.
HORSE PARADE DE ARTE
En el marco del festejo solidario por los 140 años del Hipódromo Argentino de Palermo, llega la primera edición de Horse Parade, una muestra de arte de esculturas de caballos intervenidas por prestigiosos artistas visuales. En la Galería de Arte del Hipódromo se exhibirán 15 esculturas de caballos, realizadas por Javier Goldschtein Casariego en fibra de vidrio y resina e intervenidas por Eugenio Cuttica, Milo Lockett, Eduardo Hoffmann, Ricardo Roux, Emilio Fatuzzo, Felipe Noble Herrera y Karina El Azem, entre otros. Luego, estas esculturas se rematarán a beneficio de las ONGs Panaacea, Banco de Bosques y Proyectar, que destinarán lo recibido a sus programas de salud, medio ambiente y educación. Además habrá moda y una muestra de pinturas. La entrada es libre y gratuita.
Cuándo: el sábado 3 de septiembre de 13 a 22.
Dónde: en Av. del Libertador y Dorrego. No se suspende por lluvia.
MERCADO EN PILAR
Este fin de semana vuelve Mercado La Aldea, un espacio para descubrir productos alimenticios saludables y gourmet, además de shows al aire libre y comida rica. Al estilo de los mercados callejeros de Madrid o Londres, Mercado la Aldea despliega un recorrido a través de sabores y tendencias en sus más de ochenta puestos. Además ofrece actividades como cata y degustación, talleres de cocina, charlas y espectáculos en vivo para chicos y grandes.
Cuándo: el sábado 3 y domingo 4 de septiembre. En caso de lluvia se reprograma.
Dónde: en el km 44 de Pilar.
PREMIO AL ENCUENTRO DE CIENCIA Y ESPIRITUALIDAD
Por primera vez en América Latina, la Fundación Columbia lanza el Premio Columbia de Investigación en Ciencia y Espiritualidad por el que distinguirá dos trabajos de investigación en el área de Ciencia y Espiritualidad realizados en América latina en los últimos cinco años. Porque está convencida de que el ser humano vive dentro de una realidad vasta, no inmediatamente perceptible a través de los sentidos, que brinda propósito y significado a la vida de las personas, la institución abre este certamen. Las investigaciones serán evaluadas por un jurado independiente. El primer ganador recibirá un premio de $60 mil, y el segundo, de $40 mil.
Cuándo: la inscripción estará abierta hasta el 31 de octubre (podés consultar las bases en este link). Los ganadores se anunciarán el 21 de noviembre.
Dónde: más información en el sitio web de la Fundación.
VESTIDOR SOLIDARIO
Se viene la 3era. edición de la Campaña solidaria "Un vestidor por una sonrisa". Por tercer año consecutivo, Renová tu vestidor, la comunidad online donde las mujeres abren sus vestidores para compartir, comprar y vender ropa, te invita a participar de "Un vestidor por una sonrisa". Esta edición ¡viene recargada! ¿En qué consiste la campaña? En convocar a mujeres referentes y conocidas (actrices, cantantes, modelos y conductoras, entre otras) a abrir sus vestidores y ofrecer su ropa y calzado a través de su plataforma online. Julieta Prandi, Jenny Martínez, Melina Lezcano, Lourdes Sánchez, Dalma y Giannina Maradona, Violeta Urtizberea y Manu Viale, ya confirmaron su participación. Si estás interesada en adquirir alguna de las prendas podés visitar el siguiente link. Este año la acción tiene lugar simultáneamente en Argentina, Chile y Colombia.
Todo lo recaudado en las ventas será destinado a los chicos que por enfermedades de alta complejidad tienen que estar lejos de sus hogares. El dinero obtenido se pondrá a disposición de la Asociación La Casa de Ronald McDonald, un "Hogar lejos del hogar" que permite que las familias estén juntas en uno de los momentos más difíciles de sus vidas.
Cuándo: la acción solidaria estará vigente durante todo septiembre.
Dónde: en el sitio de Renová tu vestidor.
CHARLA SOBRE MODA SUSTENTABLE
El Museo Nacional de la Historia del Traje te invita a reflexionar sobre las formas del vestir, el universo del traje, la moda como industria, y la indumentaria como elemento de comunicación social. ¿Cómo reducir el impacto socioambiental en la producción de prendas?, ¿Qué es la moda ética?, ¿Cómo consumir de manera sustentable? son algunas de las preguntas que abrirán la charla a cargo de la especialista Diana Batista. La entrada es gratuita, requiere inscripción previa en actividades.museodeltraje@gmail.com.
Cuándo: el sábado 3, a las 15.30
Dónde: en el Museo Nacional de la Historia del Traje, Chile 832.
SEMANA DE LA COCINA ITALIANA
Desde conciertos hasta películas, pasando por un mercado gastronómico con sabores que llegan desde Italia, este fin de semana llega la Semana de la Cocina Italiana. La música tendrá un lugar destacado: Paula Frondizi Dúo ofrecerá las más deliciosas melodías italianas y el cantor, guitarrista, compositor y arreglador Brian Chambouleyron presentará un espectáculo de confluencia entre música napolitana y los clásicos gardelianos.
Además, vas a poder probar comidas y bebidas típicas: pizzas y empanadas, el aperitivo Cinzano, caffé espresso italiano, pastas, friselle, taralli y otras recetas típicas del arte panadero del sur de Italia, mozzarella fiordilatte italiana, aceite de oliva a la trufa, entre otros productos. También estará presenta Street Food Italiano. También se proyectarán las películas "La Cena" y "Cuando Italia comía en blanco y negro".
Cuándo: el sábado 3 de septiembre a partir del mediodía. La entrada es libre.
Dónde: en la Usina del Arte, Agustín R. Caffarena 1, Buenos Aires.
ARTE DIRECTO
Llega la 5ta edición de la feria de arte contemporáneo "directo de artista" (BADA) que revolucionó la forma de comprar arte en nuestro mercado. Participan 250 artistas, consagrados y emergentes, que presentarán sus más recientes producciones de dibujo, pintura, escultura, textiles, fotografía, grabados, instalaciones, objetos de diseño y Street Art. Cada artista que participa en BADA lleva por lo menos 10 obras en formato chico, a un precio de hasta $1.500. Nik, el "padre" de Gaturro y tantos otros personajes, tendrá su "Espacio NIK" en el que presentará bocetos para mostrar a grandes y chicos cómo es el proceso creativo de sus historietas. ¡A no perdérselo!
Además, junto al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, artistas de Arte Urbano de BADA realizan intervenciones y murales en varios puentes de la ciudad, a plena luz del día. Vas a poder ver en detalle cómo trabajan y transforman la ciudad con magníficos murales que se incorporan al paisaje.
Esta 5ª edición tiene su costado solidario: vas a poder comprar los cuadernos de "Movimiento Darte", una institución dedicada a promover la educación de los más chicos a través de cuadernos. Se trata decuadernos "gemelos" confeccionados con materiales amigables con el medio ambiente, cosidos y terminados a mano. Cada vez que compres un cuaderno, su gemelo irá a la Fundación Ruta 40, para un niño que lo necesite.
Cuándo: del 1 al 4 de septiembre, de 14 a 21
Dónde: en La Rural Predio Ferial de Buenos Aires, Sarmiento 2704, CABA.
Fin de semana de compras en una boutique atendida por artistas
La feria, que vende obra directo de sus creadores, sin intermediarios, creció con los años y desembarcó ahora en La Rural
VIERNES 02 DE SEPTIEMBRE DE 2016
Artistas que venden sus obras de arte sin intermediarios; piezas de pequeño formato cuyo precio no supera los mil quinientos pesos. La quinta edición de la feria BADA (por Boutique de Arte Directo de Artista) abrió ayer en el pabellón verde del predio de la Rural con 250 artistas que permanecerán hasta el domingo, de 14 a 21.
Después de cuatro años de haberse lanzado en Pilar, BADA llegó a la ciudad con el doble de artistas y de superficie de stands (8000m2),y fue inaugurada por el ministro de Cultura porteño, Angel Mahler.
"Está dirigida a todos, pero en especial al público que no frecuenta los circuitos del arte tradicionales", dijo a LA NACION Ana Spinetto, artista plástica y organizadora de esta boutique, una idea que trajo de su paso por los EEUU hace unos siete años.
Cada artista alquila un stand y vende directamente su obra sin pagar comisiones a intermediarios. La condición es que entre las obras puestas a la venta haya diez de pequeño formato (20cm x 30cm)que cuesten menos de $ 1500. El resto de las piezas pueden ser demayor valor.
Los 250 artistas seleccionados por Spinetto entre 2500 respondieron a la convocatoria con dibujos, pinturas, esculturas, textiles, fotografías, grabados, instalaciones, objetos de diseño y arte urbano. Entre otros atractivos, once muralistas pintarán en vivo mientras dure la Feria. Es el caso de Alfredo Segatori, quien, subido a una grúa en el interior del pabellón, hará un mural de 6mx4m.
La entrada cuesta $ 120 y los menores de 12 años ingresan gratis.
Compromiso de ministro
"Me pondré a trabajar por una diferenciación y, tal vez, una excensión impositiva para que los artistas puedan vender sus obras", anticipó a LA NACION Angel Malher, ministro de Cultura porteño, en respuesta al pedido que Ana Spinetto y un grupo de artistas hicieron ayer de viva voz, en la apertura de BADA. "Tenemos que buscar alternativas para que la producción artística tenga privilegios. Si es necesario hacer una ley, nos pondremos en ese camino", agregó Mahler.
Comienza la temporada de festivales
Con propuestas que abarcan todos los espectros del rock, los grandes encuentros multitudinarios se multiplican en los próximos meses: del esperado regreso del BUE a una nueva edición del Lollapalooza, propuestas para todos los gustos
Huelen a libertad los festivales y hasta el próximo otoño va a haber varias oportunidades para sentir esa sensación. El punk tendrá a Rockout, el new metal a Maximus, el indie a BUE y Music Wins, los fans de Andrés Calamaro y No Te Va Gustar al Personal Fest y todo esto en Buenos Aires y en sólo tres meses. Para el año que viene, luego de los encuentros de verano, como el ya histórico Cosquín Rock, nos espera la cuarta edición de Lollapalooza Argentina (31 de marzo y 1° de abril).
Con el regreso del festival BUE, que tuvo tres ediciones entre 2004 y 2006 y la apuesta de los productores por encuentros de "nicho", la festivalitis sube este año a su pico más alto. La temporada pasada, con el país en un año electoral, fue la más floja de la década en este tipo de encuentros, aunque la inestabilidad comenzó en 2014. Ese año dejaron de organizarse tanto el Pepsi Music como el Quilmes Rock -que habitualmente se repartían entre el otoño y la primavera- y, Planeta Terra, un encuentro muy arraigado en Brasil que tuvo en 2013 su primera vez aquí (en Tecnópolis, con Lana del Rey y Beck al frente), no volvió a desembarcar entre nosotros. Para colmo, en 2015, Personal Fest, que una temporada antes había celebrado sus diez ediciones, se alejó del calendario y sólo promovió su versión gratuita y estival, con shows en la costa atlántica y un cierre porteño, en Figueroa Alcorta y La Pampa (con Tan Biónica y Miranda!).
El público del rock y el pop ya sabe que la temporada alta comienza en primavera y se extiende hasta el otoño. Sólo que hay temporadas más fuertes que otras. Daniel Grinbank coqueteó varias veces con el regreso del festival BUE y recién cuando declaró que volvía con Iggy Pop como primer músico confirmado, comenzamos a entusiasmarnos. Es que los que recordamos esas intensas jornadas en el Club Ciudad donde en una misma edición podían coincidir Morrissey, Blondie, Primal Scream, PJ Harvey y Pet Shop Boys (el dúo también será de la partida este año), anhelábamos su retorno. En su vuelta el encuentro también contará con las visitas de Wilco, The Flaming Lips, The Libertines y Toots & The Maytals, entre otros.
En la misma línea del BUE pero con una grilla y una producción más modesta se encuentra Music Wins. Y si en 2014 le dimos la bienvenida por su apuesta arriesgada, en la que Tame Impala se distinguía tibiamente, el Lollapalooza de este año les dio la razón al programar a la banda australiana, ahora con más expectativas y más público ávido por verlos. De alguna manera el Music Wins intenta ocupar el lugar que en Chicago posee el Pitchfork Music Festival, el de alumbrar a músicos emergentes.
En estos diez años de ausencia del BUE la ecuación de público cambió notablemente. Si 25 o 30 mil espectadores en el Club Ciudad reunían un número respetable, los 80 mil que este año albergó Lollapalooza en el Hipódromo de San Isidro suben bastante la vara. El festival creado por Perry Farrell en los 90 como gira despedida de su banda Jane's Addiction mutó en los 2000 a encuentro fijo en la ciudad de Chicago, Illinois. Y, como el brasileño Rock in Rio, se abrió al mundo y empezó a esparcir "primos". Primero nació la edición chilena, luego la brasileña, más tarde la argentina y, desde el año pasado, también la alemana (en Berlín, donde el próximo fin de semana tendrá lugar una nueva realización, con Radiohead, Major Lazer, Kings of Leon y New Order, entre otros).
En unas semanas sabremos cuáles serán las bandas que vestirán la grilla 2017 de Lollapalooza. El mix de músicos consagrados, bandas en ascenso y DJ está asegurado, así como esa adrenalina que lo lleva a uno a correr de un escenario a otro. Es que aún disfrutando de un muy buen show nadie está exento de pensar que lo mejor está ocurriendo en otro escenario. "Ya vi cinco temas de éstos. Ahora corro al escenario tal".
Pero no todo es música en un festival. Es más, digamos que es el cincuenta por ciento. Y los sub-25 así lo entienden: pueden estar tocando los Beatles y los Stones juntos (o sólo los Rolling si quieren un ejemplo más realista) que muchos prefieren estar tirados en el pasto, comiendo algo, charlando o simplemente descansando al sol.
De los recién llegados Rockout y Maximus al serrano Cosquín Rock (que comenzó casi en voz baja en 2000, en la plaza Próspero Molina de la Ciudad de Cosquín, se mudó en dos ocasiones y el próximo año tendrá su primera versión en el exterior, en Guadalajara, México), todos estos encuentros tienen un punto en común: sus nombres están exentos de un "main sponsor". El único que se mantiene fiel a una marca es Personal Fest, que este año apostará por dos figuras muy convocantes del Río de la Plata, Andrés Calamaro y los uruguayos No Te Va Gustar, además de, en una segunda línea, Richard Ashcroft, The Kooks y The Magic Numbers.
Algunos de los productores de estos festivales ya confirmaron, por lo bajo, que volverán a realizarlos en 2017. Lo que aún es una gran incógnita es lo que sucederá con la música electrónica. Este año no habrá edición porteña de Creamfields, como coletazo de la tragedia en Time Warp donde murieron cinco jóvenes por un cóctel mortal de drogas de diseño.
Un festival de rock es un cúmulo de emociones, que pueden nacer con el sol intenso del mediodía y transformarse en varias ocasiones hasta llegar a la brisa de la noche. Con lluvia o sin ella, con viento o sin él, con amigos, con pareja o con uno de esos flechazos que marcan un antes y un después en la vida de cualquiera. Y su público es muy particular. Después de disfrutar hasta el paroxismo con, por ejemplo, Robert Plant y Jack White tocando juntos, a la hora de volver a casa es capaz de empezar a preguntarse a quiénes les gustaría ver el año que viene.
El furor por los clubes de jazz
Música, comida y cócteles se combinan de manera exquisita en una docena de espacios porteños que atraen a un público ecléctico y cada vez más numeroso
Noche de jazz en San Telmo. Sobre el escenario de Bebop, los siete integrantes de The Dixieland Friends recrean imperecederos clásicos nacidos en el Nueva Orleáns de las primeras décadas del siglo pasado. En el auditorio, cómodamente sentado en torno de pequeñas mesas redondas, el público disfruta del show, pero también de la cena; copas de vino, cócteles y tapas son parte de la velada del último miércoles de agosto. "Hoy hay mucha variedad en la oferta de jazz en Buenos Aires. Yo me guío por el de boca en boca de mis amigos. Cuando me hablan de una banda entro a Internet, escucho un tema y si me gusta ¡ahí voy!", cuenta Nicolás Bruder, de 28 años, mientras sostiene en su mano una copa de Tinto Negro Malbec.
A la misma hora, en Palermo, Guido Pons ocupa una de las mesas de Monk, uno de los clubes de jazz porteños más nuevos, en el que los miércoles son noche de big bands. Repartidos arriba y debajo del escenario, los 17 miembros de la Artistry Big Bang se preparan para dar comienzo al show. "Me gusta el jazz instrumental, más que nada el más clásico tipo 1930. Si bien no soy fanático, tengo muchos amigos que les gusta el jazz y que van a ver jazz", comenta Guido, de 24 años, que dice que esta noche llegó a Monk buscando en Internet jazz.
Con clásicos como Thelonious, Notorious o Virasoro, locales más recientes como Bebop, Boris o Monk, y un creciente número de otros clubes de música de propuestas más eclécticas, pero que cada vez destinan más espacio a este género, las noches de jazz se han convertido en una salida ya no sólo para sus amantes, sino también para un número creciente de porteños (y de turistas) que encuentran en los clubes el lugar donde escuchar música, pero también donde reunirse con amigos o donde disfrutar de elaboradas propuestas gourmet.
"Es sorprendente lo que está sucediendo con el jazz en Buenos Aires", afirma Eduardo Canzobre, productor y musicalizador del programa Jazzblue, que se emite los domingos, a las 20, en FM Blue. "El número de clubes de jazz y la diversidad de propuestas han crecido en los últimos años. Cada semana, si uno mira las agendas en la Web se sorprende por la cantidad de shows que hay, y por el hecho de que hoy el jazz ya no es más sólo para los grandes, sino que el gran público ahora son los jóvenes", agrega.
Humphrey Inzillo, periodista especializado y fundador de la Red de Periodistas Musicales de Iberoamérica, coincide. "Hoy Buenos Aires ofrece la posibilidad de escuchar muy buenos conciertos de jazz todos los días de la semana. En esto tiene que ver la proliferación de los clubes de jazz, pero también con la cantidad de ciclos como Jazzología, del Centro Cultural San Martín, y el espacio que tiene el género en el CCK y en la Usina del Arte."
Inzillo, editor de la revista Brando, agrega: "Algo que también es importante es que existen varios espacios donde el jazz no sólo se escucha, ¡sino que también se baila! Hoy, en Villa Crespo, Swing City es un centro neurálgico de la movida del Lindy Hop, con clases y bailes con música en vivo".
"Buenos Aires tiene una oferta variada y muy interesante de jazz, tanto para los que gustan de lo más clásico como para los que se interesan por cosas más modernas. Incluso hay muchas bandas locales que circulan con temas propios, muy buenas", dice Soledad Lazares, licenciada en Comunicación, de 33 años, cuyo playlist cotidiano se nutre de grandes voces femeninas del jazz como Ella Fitzgerald, Billie Holliday y Diana Krall, y que asiste habitualmente a clubes de jazz. "Me gusta mucho Virasoro, es íntimo y generalmente sorprende con sus propuestas", agrega.
"Lo más interesante de la escena porteña de jazz, creo yo, es la diversidad de propuestas", afirma Inzillo, e improvisa una ilustrativa lista: "El pianista Manuel Fraga tiene un show buenísimo con su trío recreando algunas de las canciones que Woody Allen usó en la banda sonora de sus films; la pianista colombiana Tatiana Castro Mejía y el trombonista Francisco Salgado tienen un dúo donde versionan a Thelonious Monk; el saxofonista Eloy Michelini rinde tributo a John Coltrane; Marco Sanguinetti versiona a Radiohead en clave jazzística; el guitarrista Tomás Fraga se posiciona como una revelación, y el legendario Jorge López Ruiz toca, todavía, en un nivel superlativo."
Pero la música en ocasiones es una buena excusa para vivir una salida diferente. Aunque buena parte del público no conozca quién toca una noche, lo importante es que en los clubes de jazz se come bien. Es una cualidad que no pasa inadvertida en una noche porteña donde es difícil la combinación música + comida + bebida de calidad.
Un salto cualitativo
No hay dudas de que la diversidad es uno de los aspectos que distingue a la escena de Buenos Aires. Sin embargo, el cada vez más elevado nivel de los músicos que la conforman también es parte no menor de su crecimiento. "Hubo como un antes y un después de 2006, que es cuando se abrió una carrera de formación terciaria en jazz en el Conservatorio Manuel de Falla. Eso hizo que Buenos Aires se llenara de músicos interesados por el género, lo que terminó haciendo un clic en la escena", sostienen Sebastián Groshauf, de 40 años, baterista que integra el Andrés Boiarsky Cuarteto, el Carlos Lastra Cuarteto y el JH Proyect, proyecto propio que reinterpreta el repertorio de Joe Henderson.
"A partir del lanzamiento de la carrera -agrega Sebastián-, Buenos Aires empieza a poblarse de músicos, la competencia comienza a hacerse un poco fuerte, el nivel empieza a subir y los músicos empiezan a buscar espacios donde mostrar lo que hacen, que muchas veces no son los clubes tradicionales de jazz." Un ejemplo es Roseti Espacio Cultural, en el porteño barrio de Chacarita, que ofrece propuestas de distintas disciplinas artísticas y, en música, de diferentes géneros, entre los que se cuentan propuestas de autor en torno del jazz.
Esa diversidad de propuestas resulta tentadora para todo aquel que busca en Internet un plan para la noche de cualquier día de la semana, o incluso para los que paseando por Palermo, por ejemplo, se encuentran con un cartel en la vereda que indica que está por comenzar un show de una big band. "Hay mucho turista curioso que pasa por nuestra puerta, ve la palabra jazz en el cartel y dice: «¡Qué interesante!», eso nos pasa hoy con los turistas brasileños", comenta Marcos Vecchioli, uno de los propietarios de Monk, que señala que la riqueza de la escena porteña de jazz sobrepasa largamente la de otros países de la región: Buenos Aires es la capital sudamericana del jazz.
"Hay muy pocas ciudades en el mundo que exhiban la cantidad de propuestas de jazz que tiene hoy Buenos Aires", afirma Canzobre, que señala que periodistas especializados norteamericanos sostienen que la escena porteña es incluso más amplia que la de ciudades como... Nueva York.
"Si bien no tiene el legado histórico que sí tiene Nueva York, Buenos Aires está generando su propia mística -sostiene Inzillo-. Thelonious, Boris, Notorious y Bebop están creando un circuito que, junto a Virasoro y las noches de los martes en Sheldon, van construyendo sus habitués y mostrando esa diversidad de propuestas que hacen que Buenos Aires sea una de las capitales del jazz latinoamericano."
Sebastián Groshauf aporta una impresión muy personal al respecto: "El verano pasado fui como parte de un trío de jazz a trabajar a bordo de un crucero que dio la vuelta al mundo -recuerda-. Visitamos muchas de las grandes ciudades de distintos continentes, y ninguna tenía una propuesta cultural en torno del jazz como la de Buenos Aires".
Música y algo más
Uno de los aspectos que hace de los clubes de jazz una propuesta atractiva incluso para quienes no son fervientes cultores de este género musical es la posibilidad no sólo de asistir a un show, sino de hacer de la salida el momento del aperitivo, de la cena o del cóctel de medianoche. "Hay clubes de jazz donde la gastronomía tiene una pata tan importante como la música, a veces con precios bastante elevados, donde toda la salida se vuelve una experiencia gourmet", dice al respecto Inzillo.
Boris Club o Bebop son ejemplos claros de clubes que ponen especial énfasis en el costado gourmet de la experiencia. "Nuestro show central es a las 21.30, con lo cual la gente cena en Bebop. Para eso desarrollamos una propuesta gastronómica adaptada a un club de música, con tapas y sándwiches", dice Aldo Graziani, propietario de Bebop, que cuenta para ello con la cocina del restaurante Aldo's -que funciona en la planta de arriba del club- y que se caracteriza por su cuidada cocina, acompañada por una casi inabarcable carta de vinos.
En el resto de los clubes de jazz, las picadas, las pizzas y los sándwiches son el acompañamiento habitual de la música, y es donde la cerveza y los tragos directos reemplazan al vino y a la coctelería de autor. De alguna forma, la contraparte gourmet del show determina la edad (y el poder adquisitivo) del público de uno y otro lugar. En los clubes gourmets, comenta Inzillo, "es un público, digamos, sofisticado, que sin generalizar ronda los 40/50 años para arriba. Pero también hay un circuito alternativo, donde no se apunta tanto a la sofisticación, sino a la calidez. Y allí el público es un poco más joven".
Como sea hay propuestas para todos los gustos y bolsillos. Eso lo demuestran los carteles de "no hay más localidades" que hoy son habituales en las funciones centrales de los viernes y los sábados de la mayoría de los clubes de jazz porteños.
El público se renueva
"Hay un creciente interés de los jóvenes por el jazz, algunos incluso con cosas cercanas como el swing", comenta Gabriela Montero, diseñadora web y sommelier de 47 años, que suele ir a clubes de jazz como Notorious, Thelonious o Bix. "Veo mucho público joven, de 25 a 35 años, en especial en los clubes donde se toca jazz moderno, fusionado con otras músicas, a veces mezclado con electrónico", coincide Nicolás Bruder, que se dedica a la carpintería vintage en su firma Jauser Design.
El creciente interés por el jazz por parte de las nuevas generaciones de hipsters se respira en clubes como Monk. En la noche de big bands del miércoles último sólo Jorge Fajardo, el programador del club, superaba los 40 años. Banda y público se mueven cómodamente en la franja de los 25/35. "Al principio, en las primeras fechas, venía gente grande, en parte porque los que tocaban eran grupos de más tiempo, pero a medida que fuimos incorporando grupos nuevos, como hoy la Artistry Big Band, viene gente de 20 a 30 -cuenta Fajardo-. Es muy lindo ver a los chicos siguiendo el ritmo, todos concentrados en el show. Si bien en los clubes hay un segmento de público grande, también hay una movida joven que cada vez es mayor."
"El público depende del lugar y del tipo de jazz -comenta Hugo Hoffmann, de 30 años, mientras saca la entrada para ingresar a Monk-. Quizás una big band atraiga a gente más grande, pero el jazz contemporáneo, o con agrupaciones más reducidas, o una jam es lo que está más de moda en un público más joven."
Más jóvenes, menos jóvenes, lo que queda claro es que la mayor difusión del jazz a través de los clubes que atraen tanto a los fanáticos como a los turistas que pasan y se ven atraídos por el anuncio en la pizarra, o a los que buscan algún plan diferente para la noche de un miércoles (de un jueves, un viernes, un sábado...), hace hoy que este género trascienda a la élite tradicional que suele señalarse como su fiel y única consumidora.
"Creo que la fascinación por el jazz es cada vez más multigeneracional -concluye Inzillo-. Es auspiciosa la cantidad de jóvenes que, cada vez más, se acercan al género en sus distintas vertientes. La creciente convocatoria del Festival de Jazz de Buenos Aires, el cartel de "localidades agotadas" que suele colgarse en las boleterías del ciclo Jazzología es otra buena medida para entender que el interés por el jazz no se restringe ni a un grupo social ni etario en particular. Sin ser una música masiva, por la calidad de las propuestas y el interés del público, parece un fenómeno en expansión. Y eso es definitivamente saludable".
Los recomendados
Bebop
Moreno 364, San Telmo
Es el espacio más importante fuera del circuito de Palermo y tiene la buena comida de Aldo's como condimento adicional. No sólo apuesta al jazz, sino también a otros géneros
Thelonious
Salguero 1884, Palermo
El lugar de culto del jazz porteño, junto a Virasoro, permite tomar más tragos que comer algo elaborado. El menú consiste en pizzas o picadas
Boris Club
Gorriti 5568, Palermo
Con buena cocina, acústica y ubicación es otro de los lugares que funcionan como referencia del género, tanto para músicos locales como internacionales
Virasoro Bar
Guatemala 4328, Palermo
Pequeño, es uno de los lugares más queridos por los músicos del jazz local; el menú también es básico, aunque también hay sándwiches
Monk Club
Thames 1511, Palermo
Nuevo, suma una opción con un menú también básico y todavía le resta trabajar en la acústica, aunque la oferta musical es muy buena
Vicente El Absurdo
Julián Álvarez 1886, Palermo
Está orientado al free jazz y su menú también es más de bar que de restaurante
Una actriz y fotógrafa inaugura su propia muestra sobre el éxito de Mauricio Kartun
SÁBADO 03 DE SEPTIEMBRE DE 2016
Ella es actriz. Una deliciosa actriz,talentosa, elogiada, premiada. Pero la sensibilidad de Malena Figó, desde hace ya bastante tiempo, también fluye por otro costado artístico. El que puede yuxtaponer también la sensibilidad con la mirada: la fotografía. Y allí, en sus retratos, pone la emoción al que su oficio de actriz la conduce. También el amor la llevó a pasar muchas horas observando ensayos y funciones de Terrenal, el excepcional trabajo de Mauricio Kartun que tiene en su elenco a Claudio Da Passano, Claudio Martínez Bel y Rafael Bruza (antes Claudio Rissi). Malena Figó inaugura su muestra de fotos de Terrenal el próximo viernes, allí en el Teatro del Pueblo, donde la obra continúa en cartel, como uno de los principales éxitos de la escena independiente porteña.
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