ServiniDeCubria

Fue hace tiempo y a lo lejos, tan lejos como está Santa Cruz de Buenos Aires. Néstor entraba a la sala de su odontólogo, el Dr. Ramón Graneros (alias “Bochi”). “No me hagas doler Bochi, por favor” era su saludo. Antes de abrir la boca ya sentado en el sillón del dentista, repetía la frase sin ocultar el miedo que como muchos el “Lupo” le sentía a los tratamientos de conducto.
Graneros le ponía anestesia para caballos y al final el entonces gobernador le agradecía tener la boca insensible pero nada de dolor. Una vez le dijo: “¿Qué hacés militando con los radicales, unite a nosotros que vamos por todo”.
En 2003 Graneros estaba en Buenos Aires y Néstor le dio un cargo alto en el PAMI.  Pero el trato con Graciela Ocaña era una pesadilla, “la hormiguita” no es todo lo blanca y radiante como se dice, pero además muy caprichosa e imbancable en el trato personal. Esas personas que se suponen tener la verdad revelada por los Dioses, como la señorita Carrió.
Una tarde Néstor lo llamó Graneros a Presidencia pero no fue para preguntarle sobre su actividad. Tenía un terrible dolor de muelas. El Bochi le dio el nombre de un remedio recién salido al mercado, advirtiéndole que si seguía con problemas de úlcera no lo tomara porque esa droga le atacaba mal justo ahí.
Néstor lo tomó igual y su vieja dolencia volvió a sangrarle. Cuando lo llamó al Bochi para insultarlo (algo muy común el desprecio de Kirchner por los demás, aunque sean sus colaboradores), Graneros le comentó que se quería ir del PAMI, volvería a su consultorio en el sur.
Granero
Néstor le dio dos opciones, una embajada o la titularidad del SEDRONAR.  Bochi no se quería ir del país, y aceptó convertirse en una parodia del zar de la lucha antidrogas. Ahí empezó su pesadilla.
No tenía la menor idea de que se trataba. Se metió de cabeza en la cueva del lobo. Quiso entregarle algunas becas del SEDRONAR a gente de su confianza. Pero se encontró que un monigote ex periodista llamado Norberto Colominas (supuesto hombre de prensa del SEDRONAR) le bochaba los nombres y hasta tenía más poder ahí adentro. Colominas (pareja de Miriam Lewin, ex detenida en la ESMA y posterior colaboradora de la banda de Massera), era parte de la runfla de prensa donde estaban Martin Granovsky y otros pseudo izquierdistas),  y su poder era grande. Además su hombre en la SEDRONAR era un personaje con fuertes vínculos en el mundo narco: el turco Abboud.  Colominas se encargaba que en la prensa oficialista este jefe del servicio de inscripción de precursores químicos nunca apareciera nombrado. Al punto eran Lewin tan Masserista que el “Negro” le hizo el regalos de bodas y además ella salió con Astiz… Y si queremos seguir, ella siempre fue protegida por el TIgre Acosta para evitar que la chuparan otras fuerzas, es mas  las empresas de Grondona , fueron creadas a partir de la Plata y bienes de los detenidos desaparecidos de la Marina. Grondona fue testa , hasta ser el “Jefe”. su fortuna se la deben a la Marina.
Graneros era casi una figura de adorno en el SEDRONAR, así que se dedicó a gozar los placeres de un cargo público, sueldo de secretario de Estado y gastos reservados. Sus salidas con damiselas de la zona oeste del gran Buenos Aires eran frecuentes.
Volvía  al edificio de Sarmiento y Florida, firmaba todo lo que le decía Abboud y volvía a perderse en la multitud.
Se le ocurrió (por sugerencia de Abboud, enfrentarse en la polémica legalización sí o no) con un campeón de lucha en el barro como Aníbal Fernández. “La morsa” junto a la ex fiscal Carreño se lo comieron crudo.
Pero ahora Graneros va por la venganza.  La jueza Servini de Cubría no quiere retirarse sin llevar una hazaña en su legajo, y una grande.  “La Chuchi” no es como Oyarbide, ya superó las tormentas de los 90 por su vinculación con aquel “Yomagate”.  El gobierno mandó algún emisario para ver hasta donde quería llegar la jueza en la investigación efedrina-Casa de Gobierno.
Y Servini dice que hasta el fondo. Y Graneros va a declarar ante ella como procesado y está dispuesto a contar la pesadilla que se le viene a Cristina. Abboud, los Zacarías y Aníbal Fernández vinculados a lo peor de esta trama, el triple crimen de General Rodríguez.
Servini lo sabe y quiere escucharlo. Están operando para detener esta pesadilla desde “el chango” Icazuiriaga –jefe de inteligencia-  hasta un enigmático personaje ex embajada de EEUU en Buenos Aires.
”La Chuchi” suele decir que nunca se bancó que los Kirchner pusieran a todos los militares en la misma bolsa de los genocidas. Su marido fue un jefe Aeronáutico ya fallecido y en honor a su memoria –dicen en Tribunales de Comodoro Py-,  Servini quiere resolver este asunto macabro de drogas y crímenes.
Algo así como decirle a Cristina: “A ver quiénes son mas asesinos en democracia, porque General Rodríguez con Forza y sus socios nadie lo olvida.”.
Y Graneros está dispuesto a no comerse el garrón y le quiere devolver a “la morsa” y el turquito que le hacía firmar papeles que ni sabía de qué se trataba.
Y la cuenta pendiente con la familia Zacarías se la quiere cobrar también. Han hecho de un tipo simple, un odontólogo de pueblo, un Gotzillia que se los quiere llevar puestos a todos y a toda costa.
Por otro lado. Fernando Pocino, director de reunión interior de la Secretaria de Inteligencia ,  siempre tuvo en la mira a Aníbal Fernández, como competencia en “la chupada de email” ya que con los Hackers, el le  pedía que espiaran a todos, a las ordenes directas de Néstor Kirchner, es tan así, que e hilo se corto por lo delgado inculpando a Yofre, que la liga de rebote y al agente de Icia.  Iván Velázquez, refugiado en Uruguay.  De esta forma detrás de Graneros esta también Pocino.
Es más la jueza no quiere saber nada con la SIDE, porque sabe los que ahora le preguntan, fueron los que asaltaron  su despacho,  cuando robaron entre otros los textos de su defensa en un  Juri.
La trama es más compleja de lo que se muestra y pocos somos los que sabemos mas verdad completa, al punto que no declaramos en San Isidro porque la jueza es empleada de la SIDE, sólo debe saberse  en el Juicio Oral o con otro Juez.  Por esa razón la Justicia de Uruguay negó la extradición del Agente de Inteligencia a la Argentina, como principal acusado ES UNA CAUSA POLITICA falló la corte Suprema de ese país.
Lo único que puedo decirles es que el caso Boudou, es una estupidez a la verdad que sabemos, pero claro como hay demasiados pegados , pocos se animan a mostrar todo.

POR HECTOR ALDERETE
BUENOS MUCHACHOS
  • Nicolás Pizzi
El escándalo por el tráfico de efedrina, que obligó a renunciar al ex titular de la Sedronar José Granero y roza a la Casa Rosada, sumó una nueva irregularidad.
Hay llamadas clave para la investigación que siguen sin aparecer. La jueza federal María Servini de Cubría allanó la empresa Movistar, pero no encontró nada de lo que fue a buscar.
Nadie puede explicar por qué desaparecieron dos llamada s entre el empresario Augusto Abraham, de Farmacéuticos Argentinos (FASA), uno de los mayores importadores de efedrina, y el secretario de Granero, Miguel Zacarías, hermano de un secretario privado de Cristina Kirchner, Luis Zacarías. “Los llamados están como salientes de la línea de Abraham, pero desaparecieron del celular de Zacarías”, reveló ayer a Clarín un investigador. Se trata de dos comunicaciones registradas en febrero y junio de 2005.
El dato surgió a partir de un allanamiento en la casa de Abraham, donde la Policía encontró una tarjeta personal del ex titular de la Sedronar que tenía un número escrito a mano.
No es la única relación entre Granero y Abraham. Según el procesamiento dictado por Servini de Cubría, una ex pareja del empresario, Sandra Oyarzabal, era asesora del ex titular de la Sedronar, aunque no figuraba en los registros oficiales. También fue asesora de Granero, Susana Muzzio, luego empleada de la droguería Prefarm. “Ambas fueron puestas por Abraham para controlar el sistema de importaciones desde adentro de la Sedronar”, arriesgó una fuente judicial que conoce la causa desde sus inicios, en 2009.
Hasta la semana pasada, Movistar solo había aportado los registros del celular de Zacarías a partir de octubre de 2007. Con esos datos, los investigadores, no obstante, lograron detectar “ cientos de llamados” a la Casa Rosada y al PAMI. La enorme mayoría se producen en fechas clave, donde se aprueban cargamentos de 500 o 1000 kilos de efedrina, utilizada para la producción de drogas sintéticas.
Algo similar ocurrió con las llamadas del teléfono de Julio De Orue, otro de los ex funcionarios de la Sedronar procesados como “partícipe necesario del delito de haber introducido al país materias primas destinadas a la fabricación de estupefacientes”. Movistar envió al juzgado solo llamados entrantes y salientes de De Orue a partir del 21 de noviembre de 2007, aunque el abonado estaba activado desde 1998. La empresa de telefonía también había entregado información parcial del teléfono del ex Director de Planificación y Control del Tráfico Ilícito de Drogas y Precursores Químico, Gabriel Abboud. “Todas las llamadas que faltan siguen sin aparecer pese al allanamiento que hicimos”, contó ayer una fuente de la investigación.
Aunque la investigación está muy avanzada, hasta ahora no se pudo determinar qué teléfono utilizaba Granero, quien renunció en 2011 a la Sedronar y actualmente estaba en la empresa estatal Enarsa. Se investigó un celular asociado al funcionario que, llamativamente, “estaba a nombre de ATE y tenía muchas llamadas al PAMI”

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Desaparecen dos pistas claves para la causa de la efedrina
Hubo al menos dos llamados entre un empresario farmacéutico involucrado y un funcionario de la Sedronar. Sin embargo, el allanamiento ordenado por la jueza Servini de Cubría a una empresa de telefonía móvil arrojó resultados negativos.
La investigación por el caso de tráfico de efedrina en la que está procesado por narcotráfico el ex titular de la Sedronar, José Granero, sumó un nuevo capítulo. La prueba para una pista clave que seguía la jueza María Romilda Servini de Cubría desapareció misteriosamente de la noche a la mañana.
Se trata de dos llamadas telefónicas registradas en febrero y junio de 2005 entre el secretario de Granero, Miguel Zacarías, y el empresario importador de efedrina, Augusto Abraham, de Farmacéuticos Argentinos (FASA). El primero es además hermano de un secretario privado de Cristina Kirchner, Luis Zacarías.
Tras allanar las oficinas de la empresa Movistar, la jueza Servini de Cubría se encontró con una extraña irregularidad. Las llamadas salientes desde el teléfono de Abraham estaban registradas, pero no aparecen como recibidas en la línea de Zacarías, según informó una fuente vinculada a la investigación al diario Clarín.
La pista deriva del allanamiento en la casa y las oficinas de Abraham, donde la Policía encontró una tarjeta personal del ex titular de la Sedronar que a su vez tenía “escrito a mano un número de teléfono fijo y uno de celular con el nombre ‘Zacarías Miguel’, que resultaba ser el secretario privado de Granero, y dicho abonado celular, registra al menos dos comunicaciones telefónicas con Abraham”, según consta en la causa.
Hay otros datos que vinculan al empresario con el funcionario del organismo estatal. Sandra Oyarzábal, quien fuera asesora de Granero aunque no figuraba en los registros oficiales, era también la ex pareja de Abraham, información que el ex titular de la Sedronar omite en su declaración.
Algo similar sucede con Susana Muzzio, también secretaria de Granero, quien más tarde pasó a trabajar como empleada de la droguería Prefarm, vinculada con la investigación. Según la fuente consultada por el matutino, “ambas fueron puestas por Abraham para controlar el sistema de importaciones desde adentro de la Sedronar”.
Las comunicaciones entre empresarios, funcionarios y personas vinculadas al tráfico de efedrina con la Casa Rosada, el Pami, y el Registro Nacional de Precursores Químicos son múltiples, y coinciden con fechas clave en las que se autorizó el ingreso de grandes cantidades de droga. Se habla de cargamentos de entre 500 y mil kilos de efedrina.
La imputación contra Granero y otros funcionarios está basada en que “autorizaron el incremento de las importaciones de efedrina en un 1363% en solo 4 años. Se pasó de importar entre 1200 a 1500 kg de efedrina desde los años 1999 hasta 2003, a más de 20.000 kg solo en el año 2007″.
La jueza calificó de ilícita esa laxitud en los controles, al considerar que se ingresó “al país materias primas destinadas a la fabricación de estupefacientes, habiendo efectuado una presentación correcta ante la Aduana y alterando posteriormente su destino de uso”.
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