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Los recomendados
DOMINGO 06 DE NOVIEMBRE DE 2016
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Cine
Un museo en movimiento
Noviembre encuentra el Museo Municipal del Cine en pleno movimiento. El espectador tiene este mes tres ciclos para elegir en medio de una programación que abarca films sobre temáticas tan heterogéneas como las que pueden provenir de la escena. Del teatro al cine argentino: nuevo realismo, experimentación y absurdo es un programa que se desarrollará desde hoy, todos los domingos, a las 16, abarca grotesco, absurdo y humor y se abre esta tarde con Yepeto, film de Eduardo Calcagno basado en la celebrada pieza de Roberto Cossa que fue una notable creación de Pepe Soriano. Más adelante vendrán títulos omo El acompañamiento, sobre la pieza de Carlos Gorostiza, cuya adaptación dirigió Carlos Orgambide; La fiaca, versión de Fernando Ayala, sobre la obra de Ricardo Talesnik, y La nona, que Héctor Olivera dirigió sobre la festejada pieza de Roberto Cossa. Un segundo ciclo, titulado Mayores en acción, que ocupará la pantalla del Museo los sábados, a las 16, comprenderá films de corto y largo metraje que exponen experiencias vividas por adultos mayores e incluirá debates con la presencia de algunos de los realizadores. Y también continuará, (hasta el 16 de diciembre), el ciclo de preestrenos nacionales que se desarrolla los viernes a las 20 en el Auditorio del Colegio Público de Abogados, Corrientes 1441. Todas las funciones son con entrada libre y gratuita.
Noviembre en el museo
Tres ciclos gratuitos
Museo del Cine, Caffarena 51.
Fernando López
Un museo en movimiento
Noviembre encuentra el Museo Municipal del Cine en pleno movimiento. El espectador tiene este mes tres ciclos para elegir en medio de una programación que abarca films sobre temáticas tan heterogéneas como las que pueden provenir de la escena. Del teatro al cine argentino: nuevo realismo, experimentación y absurdo es un programa que se desarrollará desde hoy, todos los domingos, a las 16, abarca grotesco, absurdo y humor y se abre esta tarde con Yepeto, film de Eduardo Calcagno basado en la celebrada pieza de Roberto Cossa que fue una notable creación de Pepe Soriano. Más adelante vendrán títulos omo El acompañamiento, sobre la pieza de Carlos Gorostiza, cuya adaptación dirigió Carlos Orgambide; La fiaca, versión de Fernando Ayala, sobre la obra de Ricardo Talesnik, y La nona, que Héctor Olivera dirigió sobre la festejada pieza de Roberto Cossa. Un segundo ciclo, titulado Mayores en acción, que ocupará la pantalla del Museo los sábados, a las 16, comprenderá films de corto y largo metraje que exponen experiencias vividas por adultos mayores e incluirá debates con la presencia de algunos de los realizadores. Y también continuará, (hasta el 16 de diciembre), el ciclo de preestrenos nacionales que se desarrolla los viernes a las 20 en el Auditorio del Colegio Público de Abogados, Corrientes 1441. Todas las funciones son con entrada libre y gratuita.
Noviembre en el museo
Tres ciclos gratuitos
Museo del Cine, Caffarena 51.
Fernando López
Televisión
Auténticos realizadores
Cuatro jóvenes, provenientes de distintos lugares del país, estudiantes de cine en carreras de realización audiovisual, acaban de recibir un taller intensivo de diez días dictado por una autoridad de alcance mundial en la escritura y dirección de series de ficción televisiva. Se trata de Charles McDougall, director y guionista de series exitosas como Desperate Housewives, Sex and the City, The Tudors, The Good Wife, The Office y House Of Cards. McDougall ganó un Emmy por su trabajo en la dirección de la primera de estas y en cine su obra más destacada es la película Sunday, basada en hechos reales ocurridos en Irlanda del Norte, en 1972, cuando cerca de veinte personas desarmadas fueron asesinadas por fuerzas británicas durante una manifestación a favor de los derechos humanos.
Los jóvenes que fueron elegidos para participar de esta experiencia son 4 varones y 4 mujeres, provenientes de Jujuy, Tierra del Fuego, Santa Cruz, Córdoba, Santiago del Estero, Santa Fe, Entre Ríos y la ciudad autónoma de Buenos Aires. Ellos mismos escribieron, produjeron, dirigieron y editaron sus cortos, bajo la supervisión de McDougall. De ese material se realizó un documental de cuatro episodios que se emitirán desde esta semana y que refleja el ambiente de colaboración para un proyecto prometerdor.
El mentor, bajo la mirada de un maestro
Serie documental.
Los sábados, a las 20.
Cuatro episodios, por TV Pública.
Ricardo Marín
Auténticos realizadores
Cuatro jóvenes, provenientes de distintos lugares del país, estudiantes de cine en carreras de realización audiovisual, acaban de recibir un taller intensivo de diez días dictado por una autoridad de alcance mundial en la escritura y dirección de series de ficción televisiva. Se trata de Charles McDougall, director y guionista de series exitosas como Desperate Housewives, Sex and the City, The Tudors, The Good Wife, The Office y House Of Cards. McDougall ganó un Emmy por su trabajo en la dirección de la primera de estas y en cine su obra más destacada es la película Sunday, basada en hechos reales ocurridos en Irlanda del Norte, en 1972, cuando cerca de veinte personas desarmadas fueron asesinadas por fuerzas británicas durante una manifestación a favor de los derechos humanos.
Los jóvenes que fueron elegidos para participar de esta experiencia son 4 varones y 4 mujeres, provenientes de Jujuy, Tierra del Fuego, Santa Cruz, Córdoba, Santiago del Estero, Santa Fe, Entre Ríos y la ciudad autónoma de Buenos Aires. Ellos mismos escribieron, produjeron, dirigieron y editaron sus cortos, bajo la supervisión de McDougall. De ese material se realizó un documental de cuatro episodios que se emitirán desde esta semana y que refleja el ambiente de colaboración para un proyecto prometerdor.
El mentor, bajo la mirada de un maestro
Serie documental.
Los sábados, a las 20.
Cuatro episodios, por TV Pública.
Ricardo Marín
Teatro
Lo nuevo de Lola Arias
Después de haber realizado experiencias de teatro documental como Mi vida después, donde convocó a jóvenes que reconstruían la vida de sus padres en los años 70 a partir de fotos, cartas o ropa usada; El año en que nací, proyecto desarrollado en Chile en el que un grupo de muchachos nacidos en tiempos de dictadura daban cuenta de sus biografías o El arte de hacer dinero, en Alemania, protagonizada por mendigos, músicos de la calle y prostitutas, Lola Arias presentará en Buenos Aires su nueva creación, Campo minado. Estrenado en Londres en mayo, este trabajo reúne a veteranos de la Guerra por las Malvinas, tanto argentinos como ingleses, y les propone recordar momentos de aquel pasado doloroso. Está interpretado por Lou Armour, Rubén Otero, David Jackson, Gabriel Sagastume, Sukrim Raif y Marcelo Vallejo. En Campo minado aparecerán las siguientes preguntas: ¿qué es un veterano?, ¿un sobreviviente?, ¿un héroe?, ¿un loco? El proyecto confronta distintas visiones de la guerra, juntando a viejos enemigos para contar una misma historia. Es una coproducción de la Unsam, el LIFT y Royal Court Theatre, Brighton, Theaterformen, Le Quai Angers, Kunstlerhaus Mousonturm, CDN Montpellier y el Athens and Epidaurus Festival. Además cuenta con el apoyo del British Council Argentina.
Campo minado
De Lola Arias
Centro de las Artes de la Unsam, Sánchez de Bustamante 75.
Jueves a domingos, a las 21.
Carlos Pacheco
Lo nuevo de Lola Arias
Después de haber realizado experiencias de teatro documental como Mi vida después, donde convocó a jóvenes que reconstruían la vida de sus padres en los años 70 a partir de fotos, cartas o ropa usada; El año en que nací, proyecto desarrollado en Chile en el que un grupo de muchachos nacidos en tiempos de dictadura daban cuenta de sus biografías o El arte de hacer dinero, en Alemania, protagonizada por mendigos, músicos de la calle y prostitutas, Lola Arias presentará en Buenos Aires su nueva creación, Campo minado. Estrenado en Londres en mayo, este trabajo reúne a veteranos de la Guerra por las Malvinas, tanto argentinos como ingleses, y les propone recordar momentos de aquel pasado doloroso. Está interpretado por Lou Armour, Rubén Otero, David Jackson, Gabriel Sagastume, Sukrim Raif y Marcelo Vallejo. En Campo minado aparecerán las siguientes preguntas: ¿qué es un veterano?, ¿un sobreviviente?, ¿un héroe?, ¿un loco? El proyecto confronta distintas visiones de la guerra, juntando a viejos enemigos para contar una misma historia. Es una coproducción de la Unsam, el LIFT y Royal Court Theatre, Brighton, Theaterformen, Le Quai Angers, Kunstlerhaus Mousonturm, CDN Montpellier y el Athens and Epidaurus Festival. Además cuenta con el apoyo del British Council Argentina.
Campo minado
De Lola Arias
Centro de las Artes de la Unsam, Sánchez de Bustamante 75.
Jueves a domingos, a las 21.
Carlos Pacheco
Música
El orgullo "rolinga"
El orgullo de los rolingas locales podrá crecer hasta límites insospechados con el largo tramo que los Rolling Stones les dedican a ellos y al país en Olé Olé Olé! A Trip Across Latin American, el documental sobre la última gira de la banda que se estrenó en festivales internacionales y que acá puede verse (mañana será la última chance) por On DirecTV . Es Jagger mismo quien dice que la Argentina fue su puerta de entrada a la región, la que les permitió entender lo que se cocinaba por aquí, mientras pasea por el cementerio de la Recoleta, mientras Richards por su lado invita a recorrer las habitaciones del hotel que ya es su "casa local" y se asoma al balcón asombrándose una vez más de la fidelidad de los fans, un furor que le cuesta entender luego de tantas visitas. También están las palabras de los "rolingas" cumpliendo su papel casi en plan Capusotto. Pero para el verdadero fan el momento imperdible de este documental es aquel en el que, en Brasil, Jagger y Richards recuerdan su primera vez allí, en 1968, suerte de escapada loca en la que compusieron "Honky Tonk Women", a los detalles anecdóticos sigue una versión despojadísima del tema que revela su adn country, con Jagger arrastrando la letra y Richards acompañando en guitarra y coros. Hay más claro en el paso por Colombia, Uruguay, Perú, México hasta el final en Cuba, suerte de epopeya rockera. Ese concierto, el de La Habana, podrá verse, el viernes, a las 21, por el mismo canal.
Rolling Stones, Olé Olé Ole!
Mañana, a las 18, por OnDirecTV.
Adriana Franco
El orgullo "rolinga"
El orgullo de los rolingas locales podrá crecer hasta límites insospechados con el largo tramo que los Rolling Stones les dedican a ellos y al país en Olé Olé Olé! A Trip Across Latin American, el documental sobre la última gira de la banda que se estrenó en festivales internacionales y que acá puede verse (mañana será la última chance) por On DirecTV . Es Jagger mismo quien dice que la Argentina fue su puerta de entrada a la región, la que les permitió entender lo que se cocinaba por aquí, mientras pasea por el cementerio de la Recoleta, mientras Richards por su lado invita a recorrer las habitaciones del hotel que ya es su "casa local" y se asoma al balcón asombrándose una vez más de la fidelidad de los fans, un furor que le cuesta entender luego de tantas visitas. También están las palabras de los "rolingas" cumpliendo su papel casi en plan Capusotto. Pero para el verdadero fan el momento imperdible de este documental es aquel en el que, en Brasil, Jagger y Richards recuerdan su primera vez allí, en 1968, suerte de escapada loca en la que compusieron "Honky Tonk Women", a los detalles anecdóticos sigue una versión despojadísima del tema que revela su adn country, con Jagger arrastrando la letra y Richards acompañando en guitarra y coros. Hay más claro en el paso por Colombia, Uruguay, Perú, México hasta el final en Cuba, suerte de epopeya rockera. Ese concierto, el de La Habana, podrá verse, el viernes, a las 21, por el mismo canal.
Rolling Stones, Olé Olé Ole!
Mañana, a las 18, por OnDirecTV.
Adriana Franco
Clásica
El efecto mariposa
Los soldados norteamericanos empezaban a subir en Sicilia para despejar un frente de la Segunda Guerra, y las madres italianas ya tenían preparada su advertencia. Cuando sus hijas sintieran el flechazo de un corazón en inglés, simplemente les recordarían Butterfly. Con su emotivo mensaje de colonización sentimental, la ópera de Puccini, nacida cuarenta años antes, había hecho lagrimear a los argentinos en su vuelo de estreno, en 1904. Luego se repitió en 29 temporadas como un espectáculo de presencia imprescindible. Fue una demostración de que el efecto mariposa también se cumplía en la música.
Ahora, sus aleteos la llevaron hasta el Teatro Avenida, donde ocupará el escenario Juventus Lyrica a partir del viernes, que Cio-Cio San tendrá que otear el horizonte marino a la espera de la nave en que Pinkerton regrese a Nagasaki. Cintia Velázquez y Laura Polverini, alternándose en las funciones como Butterfly, y Marcelo Gómez y Norberto Fernández, como Pinkerton, en un elenco de probada calidad frecuente, esta versión de la entidad operística, tiene dos buenas razones para confiar en un resultado gratificante para el espectador: la dirección escénica de la sensible regista Ana D' Anna y Antonio María Russo, un músico argentino de cultura operística excepcional, en la dirección orquestal.
Madame Butterfly
Juventus Lyrica
Teatro Avenida, Avenida de Mayo 1222.
Funciones, 11, 17 y 19 de este mes.
Jorge Aráoz Badí
El efecto mariposa
Los soldados norteamericanos empezaban a subir en Sicilia para despejar un frente de la Segunda Guerra, y las madres italianas ya tenían preparada su advertencia. Cuando sus hijas sintieran el flechazo de un corazón en inglés, simplemente les recordarían Butterfly. Con su emotivo mensaje de colonización sentimental, la ópera de Puccini, nacida cuarenta años antes, había hecho lagrimear a los argentinos en su vuelo de estreno, en 1904. Luego se repitió en 29 temporadas como un espectáculo de presencia imprescindible. Fue una demostración de que el efecto mariposa también se cumplía en la música.
Ahora, sus aleteos la llevaron hasta el Teatro Avenida, donde ocupará el escenario Juventus Lyrica a partir del viernes, que Cio-Cio San tendrá que otear el horizonte marino a la espera de la nave en que Pinkerton regrese a Nagasaki. Cintia Velázquez y Laura Polverini, alternándose en las funciones como Butterfly, y Marcelo Gómez y Norberto Fernández, como Pinkerton, en un elenco de probada calidad frecuente, esta versión de la entidad operística, tiene dos buenas razones para confiar en un resultado gratificante para el espectador: la dirección escénica de la sensible regista Ana D' Anna y Antonio María Russo, un músico argentino de cultura operística excepcional, en la dirección orquestal.
Madame Butterfly
Juventus Lyrica
Teatro Avenida, Avenida de Mayo 1222.
Funciones, 11, 17 y 19 de este mes.
Jorge Aráoz Badí
20
de noviembre
es la fecha reprogramada del show que Ricardo Montaner tenía agendado en el Luna Park para el 12 de este mes.
de noviembre
es la fecha reprogramada del show que Ricardo Montaner tenía agendado en el Luna Park para el 12 de este mes.
3
son las sedes
que tiene el festival de cine Mujeres en Foco: del 10 al 13, en el C.C. Conti, Casa por La Identidad y el Centro Comunitario Barrio Mitre.
son las sedes
que tiene el festival de cine Mujeres en Foco: del 10 al 13, en el C.C. Conti, Casa por La Identidad y el Centro Comunitario Barrio Mitre.
5
años
los últimos cinco de la vida de David Bowie son el foco del documental que en enero próximo estrenará la BBC.
años
los últimos cinco de la vida de David Bowie son el foco del documental que en enero próximo estrenará la BBC.
A beneficio
Juntos por el museo Casa Carlos Gardel
Hoy, a las 12.30, varios cantores y músicos se reunirán en el local Cátulo Tango, Anchorena 647, para ofrecer un almuerzo-show a beneficio del Museo Casa Carlos Gardel. El encuentro, que es organizado por la Asociación Amigos del Museo Casa Carlos Gardel costará 400 pesos. Actuarán de Esteban Riera, Jesús Hidalgo, Hernán Genovese, Hugo Pagano, Claudio Garcés, Lucrecia Merico y Juan Iruzubierta. La participación de los artistas es totalmente desinteresada.
Festival
Música antigua en San Ignacio de Loyola
Hasta el 6 de diciembre, todos los martes se realiza en la Iglesia San Ignacio de Loyola, Bolívar 225, el XI Festival de Música Antigua, Barroco-Iberoamericano. Con programas que suelen incluir obras de los archivos de las reducciones misionales jesuíticas de los siglos VXII y XVIII, quedan por delante cuatro conciertos. Pasado mañana, a las 20, estará La Barroca del Suquía, excepcional agrupación que dirige el violinista Manfredo Kraemer. La entrada es de 200 pesos.
Semimontado
Un sainete por La Casa del Teatro
Mañana continúa el ciclo Teatrísimo 2016 con el sainete lírico Los disfrazados, de Carlos Mauricio Pacheco, adaptado por Guillermo Camblor y dirigido por Santiago Doria. El elenco estará integrado por Silvina Bosco, Claudia Lapacó, Alejo García Pintos, Horacio Peña, Gabriel Rovito, Fito Yanelli, Emanuel Duarte, Oscar Lajad, Roberto Mosca, Aldo Pastur, Luciana Ulrich, Gustavo Bassani, Sebastián Pozzi y Julio Viera. En el Regina, Santa Fe 1235. $ 100 y $ 80.
Otra vez lunes
La mecánica repetición diaria
La rutina, el trabajo y las obligaciones. Seres obcecados, ciegos de su propio deseo, responden autómatas al trajín cotidiano sin cuestionarse el porqué. Se entregan obedientes a una voz que les demanda siempre más. Otra vez lunes es una obra de Pablo Bellocchio, con dirección de él mismo y Cecilia Gruner. Con Fernando Del Gener, Nicolás Dezzotti, Antonela Granati y Christian Inglize, entre muchos más, Lunes, a las 21, en Nún Teatro Bar, Juan Ramírez de Velasco 419 (4854-2107). $ 150.
arteBA Focus: el gran salto
La feria porteña sigue celebrando su cuarto de siglo. El próximo fin de semana estrenará en el Distrito de las Artes una edición especial dedicada a 80 artistas de 30 galerías argentinas. Aquí, una selección de imperdibles
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Celina Chatruc
LA NACION
DOMINGO 06 DE NOVIEMBRE DE 2016
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Celina Chatruc
DOMINGO 06 DE NOVIEMBRE DE 2016
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HERNÁN MARINA
Domesticación humana
Un clavadista similar al que ilustra esta nota llamará la atención en la Arenera. La obra exhibida por Henrique Faria está realizada en neón, al igual que Hermes, el mensajero, intervención que ilumina desde hace dos años la fachada del Espacio Fundación Telefónica. En los últimos días, el pie alado que parece dispuesto a volar sobre la plaza Vicente López pasó a formar parte de la colección de la empresa española. En el caso de la serie de gimnastas y nadadores, según la curadora Florencia Battiti, se trata de "figuras vacías, impersonales, que refieren a la domesticación del hombre en la sociedad contemporánea".
Domesticación humana
Un clavadista similar al que ilustra esta nota llamará la atención en la Arenera. La obra exhibida por Henrique Faria está realizada en neón, al igual que Hermes, el mensajero, intervención que ilumina desde hace dos años la fachada del Espacio Fundación Telefónica. En los últimos días, el pie alado que parece dispuesto a volar sobre la plaza Vicente López pasó a formar parte de la colección de la empresa española. En el caso de la serie de gimnastas y nadadores, según la curadora Florencia Battiti, se trata de "figuras vacías, impersonales, que refieren a la domesticación del hombre en la sociedad contemporánea".
NICOLÁS BACAL
La medida del tiempo
Recién llegado de ArtBO, Ignacio Liprandi exhibirá en arteBA Forum una escultura de Nicolás Bacal con forma de estrella. Fue realizada con placas de parquet usado, material que evoca el hogar, en sintonía con trabajos anteriores en los que relacionó cuerpos celestes (soles, estrellas) y universos personales (espacios íntimos, como una habitación). "Bacal siente especial interés por lo relativa (o paradójica) que resulta la percepción del tiempo, especialmente si se lo intenta medir en relación con los afectos o los sentimientos", observa Battiti.
La medida del tiempo
Recién llegado de ArtBO, Ignacio Liprandi exhibirá en arteBA Forum una escultura de Nicolás Bacal con forma de estrella. Fue realizada con placas de parquet usado, material que evoca el hogar, en sintonía con trabajos anteriores en los que relacionó cuerpos celestes (soles, estrellas) y universos personales (espacios íntimos, como una habitación). "Bacal siente especial interés por lo relativa (o paradójica) que resulta la percepción del tiempo, especialmente si se lo intenta medir en relación con los afectos o los sentimientos", observa Battiti.
MATÍAS ERCOLE
El otro lado del espejo
Tras haber montado una instalación del artista en su sede de Montevideo 1723, Miranda Bosch llevará a la feria dibujos de la serie Te creo, te destruyo, ya exhibidos en el Centro Cultural Recoleta. En el límite entre la figuración y la abstracción, esos paisajes monocromáticos llegan hasta el piso. "Pareciera que se abren, como en Alicia a través del espejo -dice la curadora Mariana Rodríguez Iglesias- y somos invitados a pasar al otro lado. Lo que nos espera dentro de cada pintura es un territorio contrario a la calma, donde la luz y la más absoluta negrura son protagonistas de un drama que sucede en vivo."
El otro lado del espejo
Tras haber montado una instalación del artista en su sede de Montevideo 1723, Miranda Bosch llevará a la feria dibujos de la serie Te creo, te destruyo, ya exhibidos en el Centro Cultural Recoleta. En el límite entre la figuración y la abstracción, esos paisajes monocromáticos llegan hasta el piso. "Pareciera que se abren, como en Alicia a través del espejo -dice la curadora Mariana Rodríguez Iglesias- y somos invitados a pasar al otro lado. Lo que nos espera dentro de cada pintura es un territorio contrario a la calma, donde la luz y la más absoluta negrura son protagonistas de un drama que sucede en vivo."
LEO BATTISTELLI
Huellas del hacer
El artista rosarino radicado en Río de Janeiro realizará una instalación con algunas de las piezas exhibidas hace un año en la galería Del Infinito. Realizadas en cerámica, están relacionadas con Exú, una deidad muy popular en el candomblé, que oficia de mediador entre el mundo real y el divino y busca la elevación espiritual de los hombres. "Para Battistelli resulta crucial que en sus piezas se perciban las imperfecciones propias de la actividad manual, las huellas del hacer artesanal", señala Battiti.
Huellas del hacer
El artista rosarino radicado en Río de Janeiro realizará una instalación con algunas de las piezas exhibidas hace un año en la galería Del Infinito. Realizadas en cerámica, están relacionadas con Exú, una deidad muy popular en el candomblé, que oficia de mediador entre el mundo real y el divino y busca la elevación espiritual de los hombres. "Para Battistelli resulta crucial que en sus piezas se perciban las imperfecciones propias de la actividad manual, las huellas del hacer artesanal", señala Battiti.
GABRIELA GOLDER
Gritos desde la cárcel
La galería Walden presentará Ensayo para Ulrike, videoinstalación en la que dos niñas de once años leen una adaptación del texto "Yo, Ulrike, grito", de Darío Fo y Franca Rame. Narra la situación que vivió Ulrike Meinhof, presa en una cárcel alemana entre 1972 y 1976, que denuncia desde su encierro la peor de las torturas: "la privación de lo sensorial". Esta obra integró la muestra dedicada a la artista meses atrás en el Centro Cultural Recoleta.
Gritos desde la cárcel
La galería Walden presentará Ensayo para Ulrike, videoinstalación en la que dos niñas de once años leen una adaptación del texto "Yo, Ulrike, grito", de Darío Fo y Franca Rame. Narra la situación que vivió Ulrike Meinhof, presa en una cárcel alemana entre 1972 y 1976, que denuncia desde su encierro la peor de las torturas: "la privación de lo sensorial". Esta obra integró la muestra dedicada a la artista meses atrás en el Centro Cultural Recoleta.
ELBA BAIRON
Sueño impenetrable
Entre las esculturas que presentará la galería Nora Fisch se incluye una figura a escala humana, de la serie que se exhibió en el Malba en 2013/2014, y que llevará el año próximo a la feria ARCO de Madrid. Realizada con pasta de papel, evoca las clásicas esculturas europeas de mármol. "Con breves señalamientos de rasgos humanos, está cargada de ambigüedad y cierto misterio por lo impenetrable del sueño en que parece sumida", señala Rodríguez Iglesias.
Sueño impenetrable
Entre las esculturas que presentará la galería Nora Fisch se incluye una figura a escala humana, de la serie que se exhibió en el Malba en 2013/2014, y que llevará el año próximo a la feria ARCO de Madrid. Realizada con pasta de papel, evoca las clásicas esculturas europeas de mármol. "Con breves señalamientos de rasgos humanos, está cargada de ambigüedad y cierto misterio por lo impenetrable del sueño en que parece sumida", señala Rodríguez Iglesias.
MARIE ORENSANZ
La parte y el todo
De la artista marplatense radicada en París, la galería Ruth Benzacar traerá hasta La Boca obras de la serie Fragmentismo. Este concepto alude "a lo inacabado e incompleto que, sin embargo, intenta aunarse con el todo", explica Battiti. Son "fragmentos de pensamientos" expresados a través de intervenciones con cifras misteriosas o palabras enigmáticas sobre trozos de mármol, material con el que Orensanz trabaja desde que vivió cerca de Carrara en la década de 1970.
La parte y el todo
De la artista marplatense radicada en París, la galería Ruth Benzacar traerá hasta La Boca obras de la serie Fragmentismo. Este concepto alude "a lo inacabado e incompleto que, sin embargo, intenta aunarse con el todo", explica Battiti. Son "fragmentos de pensamientos" expresados a través de intervenciones con cifras misteriosas o palabras enigmáticas sobre trozos de mármol, material con el que Orensanz trabaja desde que vivió cerca de Carrara en la década de 1970.
LUIS FELIPE NOÉ
Expansión del caos
Uno de los grandes referentes del arte argentino, que integró el grupo Nueva Figuración y representó a la Argentina en la Bienal de Venecia (2009), exhibe sus pinturas recientes por partida doble: en esta edición especial de arteBA y en la sede de la galería Rubbers (Av. Alvear 1595), donde el jueves se inauguró la muestra Tres veces Noé, con obras propias y de sus dos hijos, Gaspar y Paula (ver aparte). "Es una serie de pinturas en las que se reconoce su persistente obsesión por el caos -señala Battiti- pero también su intención de abordar la contemporaneidad con una mirada fresca."
Expansión del caos
Uno de los grandes referentes del arte argentino, que integró el grupo Nueva Figuración y representó a la Argentina en la Bienal de Venecia (2009), exhibe sus pinturas recientes por partida doble: en esta edición especial de arteBA y en la sede de la galería Rubbers (Av. Alvear 1595), donde el jueves se inauguró la muestra Tres veces Noé, con obras propias y de sus dos hijos, Gaspar y Paula (ver aparte). "Es una serie de pinturas en las que se reconoce su persistente obsesión por el caos -señala Battiti- pero también su intención de abordar la contemporaneidad con una mirada fresca."
LETICIA OBEID
Una América unida
Versión original de la exhibida en la Bienal de Venecia del 2011, Dictados es un ensayo audiovisual realizado a propósito del Bicentenario de la Independencia. La obra exhibida por Isla Flotante documenta la acción de la artista de copiar a mano, durante un viaje en tren desde el microcentro porteño hasta el conurbano, la Carta de Jamaica (1815) de Simón Bolívar, en la cual el político venezolano expuso por primera vez su proyecto de una América unida. De esta manera, Obeid "encuentra en la escritura un modo de ir pensando", dice Karina Granieri, curadora de las piezas de video.
Una América unida
Versión original de la exhibida en la Bienal de Venecia del 2011, Dictados es un ensayo audiovisual realizado a propósito del Bicentenario de la Independencia. La obra exhibida por Isla Flotante documenta la acción de la artista de copiar a mano, durante un viaje en tren desde el microcentro porteño hasta el conurbano, la Carta de Jamaica (1815) de Simón Bolívar, en la cual el político venezolano expuso por primera vez su proyecto de una América unida. De esta manera, Obeid "encuentra en la escritura un modo de ir pensando", dice Karina Granieri, curadora de las piezas de video.
SABRINA MERAYO NUÑEZ
La tentación de Narciso
Tras una maratón de ferias en Brasil, Canadá y Chile, Gachi Prieto exhibe en arteBA una instalación de esta artista nacida en 1980, a la que también dedica una muestra individual en su sede de Aguirre 1017. Mientras allí conmueve con una poética resignificación de los muebles y sus materiales, en la Arenera sorprenderá con espejos basculantes que le recuerdan a Battiti la laguna en la cual se ahogó Narciso. En ambos casos, observa la curadora, la artista "problematiza el espacio entre arte y diseño, entre una pieza sin funcionalidad y otra que sí tiene función específica."
La tentación de Narciso
Tras una maratón de ferias en Brasil, Canadá y Chile, Gachi Prieto exhibe en arteBA una instalación de esta artista nacida en 1980, a la que también dedica una muestra individual en su sede de Aguirre 1017. Mientras allí conmueve con una poética resignificación de los muebles y sus materiales, en la Arenera sorprenderá con espejos basculantes que le recuerdan a Battiti la laguna en la cual se ahogó Narciso. En ambos casos, observa la curadora, la artista "problematiza el espacio entre arte y diseño, entre una pieza sin funcionalidad y otra que sí tiene función específica."
Llega el Filbita: puentes de libros para construir un "nosotros"
Con el eje en "literatura y migraciones", el Filbita 2016 pone el acento en las historias como un refugio y un lugar de encuentro
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Natalia Gelós
PARA LA NACION
DOMINGO 06 DE NOVIEMBRE DE 2016
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"No soy de aquí", dice Eloísa y el aquí es una ciudad habitada por bichos que asisten a clase, que hacen las compras, que salen a pasear. Ella, humana, en esa ciudad de cascarudos, hormigas y abejorros, es la recién llegada. La que por alguna razón tuvo que migrar. El libro se llama Eloísa y los bichos, es del colombiano Jairo Buitrago y se ha convertido en un clásico a la hora de ver de qué hilos puede tirar la literatura infantil para hablar de migración. Hay otro libro igual de potente y también latinoamericano: Migrar, de los mexicanos José Manuel Mateo y Javier Martínez Pedro. Realizado en papel amate, se despliega como si fuera un acordeón y a lo largo de un solo dibujo extenso cuenta la historia de un niño que junto con su hermana y su madre dejan México para cruzar a Estados Unidos en busca de su padre y de un futuro mejor.
Al leerlo, en 2011, Elena Poniatowska escribió en el diario La Jornada: "¿Qué significa subirse a un tren a escondidas? ¿Por qué hay que dejar la tierra e irse al otro lado? Algunos niños que ni saben leer se van solos, con apenas una dirección, un teléfono imposible de marcar o unas señas que a nadie ni a nada responden. Viajan ilusos a un país en donde todo los margina. Lo único que sí saben es que hay que ocultarse". Hablaba de los 20.000 niños mexicanos repatriados cada seis meses; también, de todos los otros: esos ojos asustados que van y vienen y se mueven por las sacudidas del mundo adulto. Veintiocho millones de chicos en el mundo, según Unicef, han abandonado sus países y hogares a la fuerza, escapando de la violencia y la inseguridad.
La migración es uno de los grandes temas de nuestro tiempo. Por eso, el Festival de Literatura Infantil Filbita (del jueves al domingo próximos) recoge el guante y se estructura a partir de ese eje. Abre así la oportunidad de pensar qué nido teje la literatura infantil para hablar de ello.
Niños sirios que cruzan el mar para llegar a Europa; niños latinoamericanos que atraviesan el desierto para llegar a Estados Unidos. Por trabajo, para buscar sueños, a veces vencidos de antemano. En la Argentina viven 182.349 niños y adolescentes que nacieron en otros países. Son tiempos difíciles para ser "el otro", y el "nosotros" es cada vez más arisco. Carola Martínez es especialista en literatura infantil y juvenil y flamante autora de la novela Matilde, que desde la mirada de una niña chilena reconstruye los años de terrorismo de Estado y exilio. Martínez dice que éste es un momento especial: "Es parte de la conversación. No es gratuito que salgan tantos libros sobre esto al mismo tiempo. La inmigración engloba un montón de cosas: pobreza, desarraigo, discriminación. Todas cosas muy terribles y todas muy literarias".
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Natalia Gelós
DOMINGO 06 DE NOVIEMBRE DE 2016
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"No soy de aquí", dice Eloísa y el aquí es una ciudad habitada por bichos que asisten a clase, que hacen las compras, que salen a pasear. Ella, humana, en esa ciudad de cascarudos, hormigas y abejorros, es la recién llegada. La que por alguna razón tuvo que migrar. El libro se llama Eloísa y los bichos, es del colombiano Jairo Buitrago y se ha convertido en un clásico a la hora de ver de qué hilos puede tirar la literatura infantil para hablar de migración. Hay otro libro igual de potente y también latinoamericano: Migrar, de los mexicanos José Manuel Mateo y Javier Martínez Pedro. Realizado en papel amate, se despliega como si fuera un acordeón y a lo largo de un solo dibujo extenso cuenta la historia de un niño que junto con su hermana y su madre dejan México para cruzar a Estados Unidos en busca de su padre y de un futuro mejor.
Al leerlo, en 2011, Elena Poniatowska escribió en el diario La Jornada: "¿Qué significa subirse a un tren a escondidas? ¿Por qué hay que dejar la tierra e irse al otro lado? Algunos niños que ni saben leer se van solos, con apenas una dirección, un teléfono imposible de marcar o unas señas que a nadie ni a nada responden. Viajan ilusos a un país en donde todo los margina. Lo único que sí saben es que hay que ocultarse". Hablaba de los 20.000 niños mexicanos repatriados cada seis meses; también, de todos los otros: esos ojos asustados que van y vienen y se mueven por las sacudidas del mundo adulto. Veintiocho millones de chicos en el mundo, según Unicef, han abandonado sus países y hogares a la fuerza, escapando de la violencia y la inseguridad.
La migración es uno de los grandes temas de nuestro tiempo. Por eso, el Festival de Literatura Infantil Filbita (del jueves al domingo próximos) recoge el guante y se estructura a partir de ese eje. Abre así la oportunidad de pensar qué nido teje la literatura infantil para hablar de ello.
Niños sirios que cruzan el mar para llegar a Europa; niños latinoamericanos que atraviesan el desierto para llegar a Estados Unidos. Por trabajo, para buscar sueños, a veces vencidos de antemano. En la Argentina viven 182.349 niños y adolescentes que nacieron en otros países. Son tiempos difíciles para ser "el otro", y el "nosotros" es cada vez más arisco. Carola Martínez es especialista en literatura infantil y juvenil y flamante autora de la novela Matilde, que desde la mirada de una niña chilena reconstruye los años de terrorismo de Estado y exilio. Martínez dice que éste es un momento especial: "Es parte de la conversación. No es gratuito que salgan tantos libros sobre esto al mismo tiempo. La inmigración engloba un montón de cosas: pobreza, desarraigo, discriminación. Todas cosas muy terribles y todas muy literarias".
Ser migrante
La migración es un elemento más de esa brasa ardiente que es el mundo actual. Los niños no son ajenos. Por eso, dice Larisa Chausovsky, coordinadora del Filbita, decidieron que era momento de incluirlo en el Festival: "Es un fenómeno constitutivo del ser humano. Históricamente las personas se han movido en busca de nuevos destinos, o del bienestar, o por motivos ajenos a sus deseos, y es, al mismo tiempo, un fenómeno de absoluta actualidad que nos atraviesa a todos. La literatura y la actualidad de las migraciones nos abren las miradas hacia los otros, y queremos rescatar que eso es una oportunidad y no una amenaza".
Martínez señala la importancia de que los libros sobre migración lleguen a los niños que reciben a los migrantes porque ahí se produce el cambio, la integración. Coincide con la mirada del Grupo de Investigación de Literatura Infantil y Juvenil de la Universidad Autónoma de Barcelona, donde estudian las maneras en las que la literatura puede aportar a la identidad cultural y brindar a los docentes los recursos para hacer más amoroso ese encuentro. La literatura contribuyó a la identidad nacional y ahora es el turno de contribuir a las diversidades culturales, aseguran en el libro que editaron, La literatura que acoge: inmigración y lectura de álbumes, coordinado por Teresa Colomer y Martina Fittipaldi.
¿Qué se deja atrás? La novela de Carola Martínez lo muestra bien. No sólo son los afectos, la tierra, la tibieza de saberse seguro. A veces, parte de la identidad resiste en una valija que va y viene o en un par de llamadas telefónicas. Aunque, en su caso, lo político maneja el timón y la migración tuvo el trasfondo de la dictadura pinochetista, hay miradas que trascienden: "También es la historia de una nena a la que nadie le cuenta nada, que está a merced de las decisiones de un montón de gente no se toma el trabajo de explicarle", dice. Y apunta a una zona agria: los niños no se mudan; son mudados.
El lenguaje también sufre los coletazos del desarraigo. Hay golpes suaves, que apenas rozan, un "galletita" por un "masita", supongamos, cuando se viene del interior a la gran ciudad, y hay topetazos bruscos, que ponen en jaque el modo de conectar con el mundo. Cuando ni el alfabeto es familiar, la poesía y la ilustración son brazos abiertos en los que refugiarse. Lo dicen los holandeses Marije y Ronald Tolman, autores de La casa en el árbol, que, realizado por padre e hija, prescinde de las palabras para narrar los encuentros, las idas y venidas que se dan en una casa construida sobre un árbol. Ambos también hicieron La isla, donde un oso sale a recorrer distintos mundos. "Cuando la comunicación es difícil entre los diferentes idiomas, la ilustración sin texto puede ser el comienzo para escuchar a los demás", dice Marije, antes de venir a la Argentina para participar del Filbita.
La poeta Mar Benegas, que también vendrá al Festival, escribió una vez: "Que la cuna del hombre la mecen con cuentos". Con la idea de que lo poético alumbra cuando el mundo cambia, asegura: "En ese vértigo en lo que todo sucede tan rápido pero nada parece cambiar, la que nombra sin palabras ni lenguaje, las que nos hace y construye, es la poesía. Por su propio código, abierto, flexible y en comunión con la experiencia vital, va de la experiencia íntima y personal a lo colectivo". Para la autora de 44 poemas para leer con niños, "el poético es el lenguaje del exilio", por eso es clave para hablar de migración.
Prosa, poesía, ilustración, los libros que encaran el tema son varios. Aunque siempre estuvieron ahí (Heidi, de la suiza Johanna Spyri, o Marco, de los Apeninos a los Andes de Edmundo de Amicis, hablan del destierro, la sombra del mundo nuevo y su lado luminoso) en los últimos años han salido libros como El color de la arena, de la española Elena O'Callaghan i Duch, que cuenta la historia en un campamento de refugiados a través de Abdulá, o Lucía no tardes, de Sandra Siemmens, que narra tres momentos en la vida de una chica que atraviesa las distancias de un mar que es abismo y silencio.
Es esa cuestión de la migración como herencia la que retoma Cecilia Pisos en la novela Como si no hubiera que cruzar el mar, que tiene como protagonista a una chica de 14 años. Cuando la comenzó a escribir, ella misma estaba en situación de mudanza desde la Argentina hacia México, fusionó su experiencia con la de su bisabuela inmigrante y logró algo más: "En estos temas, el discurso de la literatura va por un camino diferente del discurso periodístico, del académico y del de la propaganda, porque contiene una persona hablando en voz baja con otra, en una comunicación secreta y personal, de corazón a corazón", dice la autora.
La migración es un elemento más de esa brasa ardiente que es el mundo actual. Los niños no son ajenos. Por eso, dice Larisa Chausovsky, coordinadora del Filbita, decidieron que era momento de incluirlo en el Festival: "Es un fenómeno constitutivo del ser humano. Históricamente las personas se han movido en busca de nuevos destinos, o del bienestar, o por motivos ajenos a sus deseos, y es, al mismo tiempo, un fenómeno de absoluta actualidad que nos atraviesa a todos. La literatura y la actualidad de las migraciones nos abren las miradas hacia los otros, y queremos rescatar que eso es una oportunidad y no una amenaza".
Martínez señala la importancia de que los libros sobre migración lleguen a los niños que reciben a los migrantes porque ahí se produce el cambio, la integración. Coincide con la mirada del Grupo de Investigación de Literatura Infantil y Juvenil de la Universidad Autónoma de Barcelona, donde estudian las maneras en las que la literatura puede aportar a la identidad cultural y brindar a los docentes los recursos para hacer más amoroso ese encuentro. La literatura contribuyó a la identidad nacional y ahora es el turno de contribuir a las diversidades culturales, aseguran en el libro que editaron, La literatura que acoge: inmigración y lectura de álbumes, coordinado por Teresa Colomer y Martina Fittipaldi.
¿Qué se deja atrás? La novela de Carola Martínez lo muestra bien. No sólo son los afectos, la tierra, la tibieza de saberse seguro. A veces, parte de la identidad resiste en una valija que va y viene o en un par de llamadas telefónicas. Aunque, en su caso, lo político maneja el timón y la migración tuvo el trasfondo de la dictadura pinochetista, hay miradas que trascienden: "También es la historia de una nena a la que nadie le cuenta nada, que está a merced de las decisiones de un montón de gente no se toma el trabajo de explicarle", dice. Y apunta a una zona agria: los niños no se mudan; son mudados.
El lenguaje también sufre los coletazos del desarraigo. Hay golpes suaves, que apenas rozan, un "galletita" por un "masita", supongamos, cuando se viene del interior a la gran ciudad, y hay topetazos bruscos, que ponen en jaque el modo de conectar con el mundo. Cuando ni el alfabeto es familiar, la poesía y la ilustración son brazos abiertos en los que refugiarse. Lo dicen los holandeses Marije y Ronald Tolman, autores de La casa en el árbol, que, realizado por padre e hija, prescinde de las palabras para narrar los encuentros, las idas y venidas que se dan en una casa construida sobre un árbol. Ambos también hicieron La isla, donde un oso sale a recorrer distintos mundos. "Cuando la comunicación es difícil entre los diferentes idiomas, la ilustración sin texto puede ser el comienzo para escuchar a los demás", dice Marije, antes de venir a la Argentina para participar del Filbita.
La poeta Mar Benegas, que también vendrá al Festival, escribió una vez: "Que la cuna del hombre la mecen con cuentos". Con la idea de que lo poético alumbra cuando el mundo cambia, asegura: "En ese vértigo en lo que todo sucede tan rápido pero nada parece cambiar, la que nombra sin palabras ni lenguaje, las que nos hace y construye, es la poesía. Por su propio código, abierto, flexible y en comunión con la experiencia vital, va de la experiencia íntima y personal a lo colectivo". Para la autora de 44 poemas para leer con niños, "el poético es el lenguaje del exilio", por eso es clave para hablar de migración.
Prosa, poesía, ilustración, los libros que encaran el tema son varios. Aunque siempre estuvieron ahí (Heidi, de la suiza Johanna Spyri, o Marco, de los Apeninos a los Andes de Edmundo de Amicis, hablan del destierro, la sombra del mundo nuevo y su lado luminoso) en los últimos años han salido libros como El color de la arena, de la española Elena O'Callaghan i Duch, que cuenta la historia en un campamento de refugiados a través de Abdulá, o Lucía no tardes, de Sandra Siemmens, que narra tres momentos en la vida de una chica que atraviesa las distancias de un mar que es abismo y silencio.
Es esa cuestión de la migración como herencia la que retoma Cecilia Pisos en la novela Como si no hubiera que cruzar el mar, que tiene como protagonista a una chica de 14 años. Cuando la comenzó a escribir, ella misma estaba en situación de mudanza desde la Argentina hacia México, fusionó su experiencia con la de su bisabuela inmigrante y logró algo más: "En estos temas, el discurso de la literatura va por un camino diferente del discurso periodístico, del académico y del de la propaganda, porque contiene una persona hablando en voz baja con otra, en una comunicación secreta y personal, de corazón a corazón", dice la autora.
Raíces y derechos
En respuesta a las olas de refugiados de África y Medio Oriente que llegan a la isla de Lampedusa, en Italia, se creó en 2012 el proyecto "Libros silenciosos" que dio lugar a la primera biblioteca para niños locales e inmigrantes. El objetivo fue tender puentes. Crear un tejido desde lo literario. Parte de ese espíritu coincide con la mirada del Filbita de este año. "La literatura y la migración son derechos de todas las personas y entre todos debemos ocuparnos de abrir los espacios, de encontrar la palabras y propiciar las situaciones para que todos tengan acceso a esos derechos", dice Chausovsky.
En la Argentina, la Comisión Argentina para los Refugiados y Migrantes (Caref) trabaja con niños y jóvenes para buscar herramientas que renueven el sentido de las historias migratorias. Hace poco comenzaron a explorar las posibilidades que ofrece la literatura y este año se articularán con el Filbita para realizar un trabajo en el Centro de Salud n° 19 del Bajo Flores. Todo surgió de una idea simple: aprovechar los minutos de espera en las salas donde a diario aguardan familias para recibir leche, para ser atendidas por algún médico. Así, iniciaron una búsqueda para, como dice Laura Paredes, del área de Capacitación de Caref, "transformar esa ?espera' en una oportunidad de reconectar con cuentos, con leyendas y con historias, con relatos de nuestra tierra". Una apuesta, dice, "por la integración de las personas migrantes y en defensa de su derecho a recuperar, resignificar y compartir su legado".
En la Ley Nacional de Educación, la "diversidad cultural" y el "respeto por la diversidad" son subrayados, pero los docentes deben resolver en la práctica los desafíos que surgen de los grupos multiculturales. Carola Martínez señala: "Los docentes no están formados, aunque todo siempre es relativo, para los chicos de hoy. Siguen formándose como hace cincuenta años y las marcas de innovación no se notan. No están preparados para aulas en la que el 60 % de la población es migrante, para niñas trans, para hijos de padres homosexuales. Recién se está empezando a hablar de todo eso".
¿Qué papel jugaría la literatura infantil? Mar Benegas dice que serviría para no dejarlos "a la intemperie del ignoto camino del lenguaje". Y Martínez indica: "Los niños están creciendo tremendamente solos en un mundo en el que los adultos no podemos darles ninguna respuesta. Educar chicos en este momento es complejo porque mi sensación es que todo se desmorona. Como las cosas se caen, quienes escribimos para chicos tratamos de decir a través de los libros: 'Sí, se está cayendo todo a pedazos pero no estás solo'. Es como hacerles un mimo. Es decirle al niño que lo que le pasa a él, les pasa a otros y por eso soy capaz de escribirlo". Quizá porque siempre hay un desierto o un mar que atravesar, y crecer es parte de ello, la literatura sigue ahí, disponible para cobijar o remendar los sueños que habitan en la infancia.
En respuesta a las olas de refugiados de África y Medio Oriente que llegan a la isla de Lampedusa, en Italia, se creó en 2012 el proyecto "Libros silenciosos" que dio lugar a la primera biblioteca para niños locales e inmigrantes. El objetivo fue tender puentes. Crear un tejido desde lo literario. Parte de ese espíritu coincide con la mirada del Filbita de este año. "La literatura y la migración son derechos de todas las personas y entre todos debemos ocuparnos de abrir los espacios, de encontrar la palabras y propiciar las situaciones para que todos tengan acceso a esos derechos", dice Chausovsky.
En la Argentina, la Comisión Argentina para los Refugiados y Migrantes (Caref) trabaja con niños y jóvenes para buscar herramientas que renueven el sentido de las historias migratorias. Hace poco comenzaron a explorar las posibilidades que ofrece la literatura y este año se articularán con el Filbita para realizar un trabajo en el Centro de Salud n° 19 del Bajo Flores. Todo surgió de una idea simple: aprovechar los minutos de espera en las salas donde a diario aguardan familias para recibir leche, para ser atendidas por algún médico. Así, iniciaron una búsqueda para, como dice Laura Paredes, del área de Capacitación de Caref, "transformar esa ?espera' en una oportunidad de reconectar con cuentos, con leyendas y con historias, con relatos de nuestra tierra". Una apuesta, dice, "por la integración de las personas migrantes y en defensa de su derecho a recuperar, resignificar y compartir su legado".
En la Ley Nacional de Educación, la "diversidad cultural" y el "respeto por la diversidad" son subrayados, pero los docentes deben resolver en la práctica los desafíos que surgen de los grupos multiculturales. Carola Martínez señala: "Los docentes no están formados, aunque todo siempre es relativo, para los chicos de hoy. Siguen formándose como hace cincuenta años y las marcas de innovación no se notan. No están preparados para aulas en la que el 60 % de la población es migrante, para niñas trans, para hijos de padres homosexuales. Recién se está empezando a hablar de todo eso".
¿Qué papel jugaría la literatura infantil? Mar Benegas dice que serviría para no dejarlos "a la intemperie del ignoto camino del lenguaje". Y Martínez indica: "Los niños están creciendo tremendamente solos en un mundo en el que los adultos no podemos darles ninguna respuesta. Educar chicos en este momento es complejo porque mi sensación es que todo se desmorona. Como las cosas se caen, quienes escribimos para chicos tratamos de decir a través de los libros: 'Sí, se está cayendo todo a pedazos pero no estás solo'. Es como hacerles un mimo. Es decirle al niño que lo que le pasa a él, les pasa a otros y por eso soy capaz de escribirlo". Quizá porque siempre hay un desierto o un mar que atravesar, y crecer es parte de ello, la literatura sigue ahí, disponible para cobijar o remendar los sueños que habitan en la infancia.
Para agendar
El Filbita tendrá lugar entre el 10 y el 13 de noviembre, con entrada libre. Aquíestá el programa. Las actividades se realizarán en el Centro Cultural de la Cooperación, el Espacio Cultural del Sur y el Parque Avellaneda.
El Filbita tendrá lugar entre el 10 y el 13 de noviembre, con entrada libre. Aquíestá el programa. Las actividades se realizarán en el Centro Cultural de la Cooperación, el Espacio Cultural del Sur y el Parque Avellaneda.
Edgardo Rudnitzky: "Mi obsesión era poner en escena el sonido, volverlo visible"
Argentino residente en Berlín, exhibe una instalación sonora en el Museo de la Universidad de Tres de Febrero. Está convencido de que la percepción es "más poderosa que el conocimiento"
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Pablo Gianera
LA NACION
DOMINGO 06 DE NOVIEMBRE DE 2016
0
Border Music, el nombre del trabajo que Edgardo Rudnitzky presentó en Más allá del sonido, la muestra en la sede Hotel de Inmigrantes del Museo de la Universidad de Tres de Febrero (Muntref), es casi una declaración de principios. Del corazón de la música contemporánea, Rudnitzky fue a sus bordes, y en esos bordes se encontró con el arte contemporáneo. En esto se hizo cargo de la gran tradición del llamado arte sonoro.
En una conferencia de 2002, la musicóloga Helga de la Motte-Haber fijó la condición actual del arte sonoro, que se situó primero en una región intermedia entre los géneros tradicionales del arte; finalmente, se disolvió también esa posición intermedia. En cualquier caso, ese campo pone una lente de aumento en el problema de la percepción.
Tal vez el símil más a mano sea la escultura: una escultura transitable y sonora. Es lo que pasa en el teatro imaginario que propone Hans Peter Kuhn, con quien Rudnitzky trabaja en Berlín, la ciudad en la que además vive desde hace varios años; y es lo que pasa también en Border Music: cinco loops de alambre de púas de diferente duración; es una especie de "partitura expandida en el tiempo y en el espacio", una composición sin instrumentos que se inscribe como aspecto material de la obra.
Ese objeto tiene varias posibilidades. Se recrea. "Sí, la obra es un objeto. Hago objetos ahora. Abandoné", dice Rudnitzky, un poco en broma. Pero no es cierto, no abandonó la música en el sentido restringido. "La verdad es que no me interesan los objetos. El otro día algunos alumnos me decían en una charla que di en la Untref: «Pero esos objetos que hacés son muy bellos». Puede ser. Pero a mí me preocupa el sonido. Necesito el objeto para que suene. Mi cabeza no cambió. En todo caso, lo que hice fue inscribir la obra en un objeto."
El arte sonoro se sitúa en un "entre", pero en un "entre" que terminó teniendo carta de ciudadanía propia en el terreno del arte. ¿Cómo te ubicás vos en relación con esa zona intermedia y hasta qué punto Border Music profundiza una línea de trabajo?
Tendría que revisar mi historia? Me inicié como instrumentista. Cuando empecé a estudiar composición, me pasé a la percusión y fui percusionista durante diez años. Fue mi lugar de militancia en la música contemporánea. Tocábamos en los ciclos de Gerardo [Gandini] y de Francisco [Kröpfl], los dos extremos de la música contemporánea argentina. Con Francisco aprendí a manejar un sintetizador. Y Carmelo Saitta fue como mi papá; con él descubrí verdaderamente la composición, me enseñó a escuchar. Lo que tenía Gerardo era una apertura de mente enorme. Caí en una familia disfuncional pero muy amable. Después, sentí un hartazgo ideológico de la música contemporánea y un cansancio de las orquestas, porque eran organismos que no se preguntaban si lo que hacían era o no una performance, que era una pregunta que a mí me preocupaba cada vez más.
No es muy común que los músicos se hagan esa pregunta.
Deberían. El concierto en vivo tiene un valor. Si no, dediquémonos a grabar discos solamente. Yo creo que hay un valor agregado y los músicos de rock lo tuvieron siempre clarísimo. Esa pregunta por la performance que empecé a formularme me empujó a hacer música para la danza primero, para teatro después, y por fin para el cine. Fue un intento de expansión, de corrimiento. La danza fue ya una liberación. Empecé a entender otros oídos; por ejemplo, lo que escuchan los coreógrafos, que no es lo que escuchamos los músicos. Y de ellos, paradójicamente, aprendí mucha música. El teatro fue un período muy largo de mi vida también. Me di cuenta de que mi obsesión era poner en escena el sonido, volverlo visible. Pero no porque se toque un do y se vea, qué sé yo, amarillo?
En su conferencia de mediados de la década de 1960 sobre el teatro instrumental, Mauricio Kagel había visto el trabajo para la escena como una liberación posible de la claustrofobia en la que había caído el pensamiento musical. "Gente que habla en esperanto sobre el esperanto", decía.
Kagel era un genio. Tenía una claridad teórica impresionante. Muchas cosas que hice en la Fundación San Telmo fueron obras de teatro instrumental de Kagel. Eso queda en algún lugar. Me hizo ver esa posibilidad. Curiosamente, no llegué a tener ningún vínculo personal con él.
Helga de la Motte-Haber insistía en que lo que llamamos arte sonoro derivó del sound art, que definía inicialmente la migración al sonido de artistas provenientes de las artes visuales. Pero tu caso fue inverso. ¿Hubo fricciones en ese cambio de orilla un poco a contracorriente?
Das en el clavo: es una pelea muy fuerte. En Essex escuché una clase sobre la transmedia desde el Renacimiento. No es algo del siglo XX. En términos generales, la música es la música y el concierto es el concierto, el lugar de la música. Y en el teatro es un "adorno". Pero cuando esto se supera, empieza a aparecer un personaje invisible, que actúa con independencia. Me atraía además el diálogo con escenógrafos, iluminadores, directores. Acá empecé a encontrarme con el sonido como objeto.
¿Podría decirse que trabajás en el horizonte de una disolución de los límites entre arte y arte?
Sí. Esto se volvió claro cuando dimos en la Fundación Antorchas un seminario con Rubén Szuchmacher para músicos, escritores, directores de teatro y artistas visuales. Ahí lo conocí a Jorge Macchi. Yo no sabía quién era, te juro. Me habían dicho que hacía arte conceptual, que a mí me tenía ya bastante cansado. Pero cuando empiezo a mirar la carpeta que había presentado en Antorchas para el seminario me doy cuenta de que no hacía para nada arte conceptual. Ahí empezamos a hablar. Yo no tenía hasta entonces un vínculo muy intenso con las artes visuales, y a partir de la relación con Macchi eso empezó a cambiar. Me encontré con un mundo que fue alucinante para mí. Y en algún momento empezamos a trabajar juntos.
Macchi iba en la misma dirección que vos, pero al revés, desde el otro lado?
Sí, aunque él tiene también una formación musical y toca el piano, por ejemplo. Fueron caminos que se cruzaron. Y en el trabajo con Jorge sí apareció una disolución de los límites entre artes. Además, nosotros hemos disuelto nuestros egos, que es la cosa más complicada de todas. Te digo la verdad: cuando trabajamos juntos no se discute de quién es la idea. Lo raro es que el 70% del mundo del arte, y hablo de artistas, instituciones, museos, nunca pudieron entender que nuestras obras fueran realmente en colaboración. Los galeristas, porque quieren que sea sólo de Macchi porque su firma es más pesada; otros, porque es más famoso que yo en ese mundo; y otros, porque se preguntan qué estuvo primero, si la música o la parte visual. En realidad nada estuvo primero que lo otro.
¿Será que cuesta mucho pensar la singularidad de un objeto que no está hecho de dos partes?
Exactamente. Cuesta, y en realidad no hay dos partes, o si las hay son dos partes que se necesitan mutuamente. Ni Jorge ni yo podríamos trabajar de otra manera. No es el caso de Buenos Aires Tour, una obra de Macchi en la que colaboramos María Negroni y yo. Pero es la única. Incluso cuando hicimos la instalación en el Malba, ya cambió, porque ahí volvimos a trabajar juntos y ya no se podía decir qué cosa era de cada uno. ¿Cómo pensé el sonido? No lo pensé. Pensamos juntos un objeto o una situación.
¿Cómo fue cambiando tu relación con los instrumentos? Me refiero a la tensión electrónico/acústico.
Bueno, aparecieron las computadoras y todo eso, y de a poco empecé a alejarme de los instrumentos acústicos. Pero después ese alejamiento me dolió. En la música para teatro siempre había algún instrumento acústico. Además, con las computadoras me empezó a pasar algo raro. Con una computadora, vos, yo, la señora que pasa por la calle podemos hacer lo que se nos cante: en realidad, lo hace ella. Con un piano o un violín no podés hacer eso.
Me da la impresión de que la categoría de "obra" es más persistente en la música que en las artes visuales, que, ya desde las vanguardias, lograron desasirse de la superstición de "la obra", "el opus". Después de todo, una instalación sonora es también efímera. ¿Cómo es para vos, que tenés tu origen en la música, desprenderse de esa idea?
Bueno, yo tengo ya 60 años. Soy viejo. Más en serio, es cierto que la música mantiene una alta posición. En el primer taxi que tomé en Berlín, que debe haber sido en 2003, el taxista, que hablaba poco inglés, me preguntó qué hacía yo. Le dije que era compositor. "¿Compositor de música?", me dijo. "¿En serio? ¿Le puedo decir a mi familia que un compositor de música se sentó en mi taxi?". Te juro que fue así. Acá subís a un taxi y decís que sos compositor y te preguntan: "¿Podés vivir de eso?" La música tiene una jerarquía particular. Si yo hubiera dicho que era artista visual no pasaba nada. Eso tiene que ver con la idea de "opus" de la que vos hablabas: la megaobra, que puede ser también una microobra, como pasa con Webern.
¿Qué continuidad encontrás entre Nocturno, el trabajo que presentaste hace unos años en Fundación Proa, y Border Music?
En un momento, cuando nació mi hijo, me tomé un año sabático. Me prohibía pensar para no trabajar. Ahí se me ocurrió una idea. Trabajar con sonido acústico, sin cables. No quería un solo cable en la obra. Quería recuperar viejos mitos: el fuego, el movimiento perpetuo, la acústica. De ahí salió Nocturno, la obra que hice en Proa. Puros imanes, casi sin ningún contacto entre los elementos. La presenté en la galería en la que trabajo en Berlín y le fue bien. ¡Me la pedían para festivales de música electrónica!
Salir de la sala de conciertos para ir a la galería, ¿qué cambia en la recepción? O mejor dicho, ¿qué esperás vos que pase?
La clave es la siguiente, y por eso me sirvió volver a la acústica: todas estas últimas obras mías tienen volumen muy bajito. La de Muntref la escuchó solamente mi papá, que se sentó al lado. Me volví a relacionar con el sonido como si fuera el primer día. Hice incluso una lista con las características del sonido. Dejé de leer teoría. Hice foco y me concentré en el fenómeno de la percepción, que siempre fue básico para mí pero ahora me lo tomé en serio. El otro día, en una charla, conté una historia verdadera. Yo salía de la habitación de un hotel y llegaba la señora que limpia. Yo la veía todos los días. Me estoy yendo y me dice: "Mire que se nubló y se puso fresco. Mañana no va a salir el sol". Y yo, que le arruiné el día a la señora, le digo: "El sol nunca sale ni se pone". Me miró y siguió limpiando. Pero yo me quedé pensando en esto: todos sabemos que la tierra gira alrededor del sol, pero como no lo sentimos? Seguimos con la ilusión. Por eso decimos: vamos a ver la puesta del sol. A mí la anécdota me sirve para decir una falacia, a medias falsa: la percepción es más poderosa que el conocimiento. Sabemos algo, pero la percepción nos da una información diferente y creemos en ella. Creo en esto verdaderamente. Siempre creía, pero ahora explotó. El sonido pequeño se vincula con el modo en que la mínima expresión ocupa todo el espacio. Empiezo a bajar el volumen. Es lo que pasó en Proa: había que silenciarse para saber de dónde venía cada sonido.
¿El pianissimo demanda más atención que el forte?
¡Pero claro! El forte viene a vos e invade todo. El pianissimo hay que buscarlo. Requiere ser buscado. Y eso me ayudó a recuperar la espacialidad. El sonido es en el espacio, y es por eso algo público. Ésa es la dimensión que quiero recuperar. En esta dimensión del sonido volví a encontrarme conmigo mismo. Cuando presenté Nocturno me costó. Eso me costó: encontrarme conmigo mismo.
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Pablo Gianera
DOMINGO 06 DE NOVIEMBRE DE 2016
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Border Music, el nombre del trabajo que Edgardo Rudnitzky presentó en Más allá del sonido, la muestra en la sede Hotel de Inmigrantes del Museo de la Universidad de Tres de Febrero (Muntref), es casi una declaración de principios. Del corazón de la música contemporánea, Rudnitzky fue a sus bordes, y en esos bordes se encontró con el arte contemporáneo. En esto se hizo cargo de la gran tradición del llamado arte sonoro.
En una conferencia de 2002, la musicóloga Helga de la Motte-Haber fijó la condición actual del arte sonoro, que se situó primero en una región intermedia entre los géneros tradicionales del arte; finalmente, se disolvió también esa posición intermedia. En cualquier caso, ese campo pone una lente de aumento en el problema de la percepción.
Tal vez el símil más a mano sea la escultura: una escultura transitable y sonora. Es lo que pasa en el teatro imaginario que propone Hans Peter Kuhn, con quien Rudnitzky trabaja en Berlín, la ciudad en la que además vive desde hace varios años; y es lo que pasa también en Border Music: cinco loops de alambre de púas de diferente duración; es una especie de "partitura expandida en el tiempo y en el espacio", una composición sin instrumentos que se inscribe como aspecto material de la obra.
Ese objeto tiene varias posibilidades. Se recrea. "Sí, la obra es un objeto. Hago objetos ahora. Abandoné", dice Rudnitzky, un poco en broma. Pero no es cierto, no abandonó la música en el sentido restringido. "La verdad es que no me interesan los objetos. El otro día algunos alumnos me decían en una charla que di en la Untref: «Pero esos objetos que hacés son muy bellos». Puede ser. Pero a mí me preocupa el sonido. Necesito el objeto para que suene. Mi cabeza no cambió. En todo caso, lo que hice fue inscribir la obra en un objeto."
El arte sonoro se sitúa en un "entre", pero en un "entre" que terminó teniendo carta de ciudadanía propia en el terreno del arte. ¿Cómo te ubicás vos en relación con esa zona intermedia y hasta qué punto Border Music profundiza una línea de trabajo?
Tendría que revisar mi historia? Me inicié como instrumentista. Cuando empecé a estudiar composición, me pasé a la percusión y fui percusionista durante diez años. Fue mi lugar de militancia en la música contemporánea. Tocábamos en los ciclos de Gerardo [Gandini] y de Francisco [Kröpfl], los dos extremos de la música contemporánea argentina. Con Francisco aprendí a manejar un sintetizador. Y Carmelo Saitta fue como mi papá; con él descubrí verdaderamente la composición, me enseñó a escuchar. Lo que tenía Gerardo era una apertura de mente enorme. Caí en una familia disfuncional pero muy amable. Después, sentí un hartazgo ideológico de la música contemporánea y un cansancio de las orquestas, porque eran organismos que no se preguntaban si lo que hacían era o no una performance, que era una pregunta que a mí me preocupaba cada vez más.
No es muy común que los músicos se hagan esa pregunta.
Deberían. El concierto en vivo tiene un valor. Si no, dediquémonos a grabar discos solamente. Yo creo que hay un valor agregado y los músicos de rock lo tuvieron siempre clarísimo. Esa pregunta por la performance que empecé a formularme me empujó a hacer música para la danza primero, para teatro después, y por fin para el cine. Fue un intento de expansión, de corrimiento. La danza fue ya una liberación. Empecé a entender otros oídos; por ejemplo, lo que escuchan los coreógrafos, que no es lo que escuchamos los músicos. Y de ellos, paradójicamente, aprendí mucha música. El teatro fue un período muy largo de mi vida también. Me di cuenta de que mi obsesión era poner en escena el sonido, volverlo visible. Pero no porque se toque un do y se vea, qué sé yo, amarillo?
En su conferencia de mediados de la década de 1960 sobre el teatro instrumental, Mauricio Kagel había visto el trabajo para la escena como una liberación posible de la claustrofobia en la que había caído el pensamiento musical. "Gente que habla en esperanto sobre el esperanto", decía.
Kagel era un genio. Tenía una claridad teórica impresionante. Muchas cosas que hice en la Fundación San Telmo fueron obras de teatro instrumental de Kagel. Eso queda en algún lugar. Me hizo ver esa posibilidad. Curiosamente, no llegué a tener ningún vínculo personal con él.
Helga de la Motte-Haber insistía en que lo que llamamos arte sonoro derivó del sound art, que definía inicialmente la migración al sonido de artistas provenientes de las artes visuales. Pero tu caso fue inverso. ¿Hubo fricciones en ese cambio de orilla un poco a contracorriente?
Das en el clavo: es una pelea muy fuerte. En Essex escuché una clase sobre la transmedia desde el Renacimiento. No es algo del siglo XX. En términos generales, la música es la música y el concierto es el concierto, el lugar de la música. Y en el teatro es un "adorno". Pero cuando esto se supera, empieza a aparecer un personaje invisible, que actúa con independencia. Me atraía además el diálogo con escenógrafos, iluminadores, directores. Acá empecé a encontrarme con el sonido como objeto.
¿Podría decirse que trabajás en el horizonte de una disolución de los límites entre arte y arte?
Sí. Esto se volvió claro cuando dimos en la Fundación Antorchas un seminario con Rubén Szuchmacher para músicos, escritores, directores de teatro y artistas visuales. Ahí lo conocí a Jorge Macchi. Yo no sabía quién era, te juro. Me habían dicho que hacía arte conceptual, que a mí me tenía ya bastante cansado. Pero cuando empiezo a mirar la carpeta que había presentado en Antorchas para el seminario me doy cuenta de que no hacía para nada arte conceptual. Ahí empezamos a hablar. Yo no tenía hasta entonces un vínculo muy intenso con las artes visuales, y a partir de la relación con Macchi eso empezó a cambiar. Me encontré con un mundo que fue alucinante para mí. Y en algún momento empezamos a trabajar juntos.
Macchi iba en la misma dirección que vos, pero al revés, desde el otro lado?
Sí, aunque él tiene también una formación musical y toca el piano, por ejemplo. Fueron caminos que se cruzaron. Y en el trabajo con Jorge sí apareció una disolución de los límites entre artes. Además, nosotros hemos disuelto nuestros egos, que es la cosa más complicada de todas. Te digo la verdad: cuando trabajamos juntos no se discute de quién es la idea. Lo raro es que el 70% del mundo del arte, y hablo de artistas, instituciones, museos, nunca pudieron entender que nuestras obras fueran realmente en colaboración. Los galeristas, porque quieren que sea sólo de Macchi porque su firma es más pesada; otros, porque es más famoso que yo en ese mundo; y otros, porque se preguntan qué estuvo primero, si la música o la parte visual. En realidad nada estuvo primero que lo otro.
¿Será que cuesta mucho pensar la singularidad de un objeto que no está hecho de dos partes?
Exactamente. Cuesta, y en realidad no hay dos partes, o si las hay son dos partes que se necesitan mutuamente. Ni Jorge ni yo podríamos trabajar de otra manera. No es el caso de Buenos Aires Tour, una obra de Macchi en la que colaboramos María Negroni y yo. Pero es la única. Incluso cuando hicimos la instalación en el Malba, ya cambió, porque ahí volvimos a trabajar juntos y ya no se podía decir qué cosa era de cada uno. ¿Cómo pensé el sonido? No lo pensé. Pensamos juntos un objeto o una situación.
¿Cómo fue cambiando tu relación con los instrumentos? Me refiero a la tensión electrónico/acústico.
Bueno, aparecieron las computadoras y todo eso, y de a poco empecé a alejarme de los instrumentos acústicos. Pero después ese alejamiento me dolió. En la música para teatro siempre había algún instrumento acústico. Además, con las computadoras me empezó a pasar algo raro. Con una computadora, vos, yo, la señora que pasa por la calle podemos hacer lo que se nos cante: en realidad, lo hace ella. Con un piano o un violín no podés hacer eso.
Me da la impresión de que la categoría de "obra" es más persistente en la música que en las artes visuales, que, ya desde las vanguardias, lograron desasirse de la superstición de "la obra", "el opus". Después de todo, una instalación sonora es también efímera. ¿Cómo es para vos, que tenés tu origen en la música, desprenderse de esa idea?
Bueno, yo tengo ya 60 años. Soy viejo. Más en serio, es cierto que la música mantiene una alta posición. En el primer taxi que tomé en Berlín, que debe haber sido en 2003, el taxista, que hablaba poco inglés, me preguntó qué hacía yo. Le dije que era compositor. "¿Compositor de música?", me dijo. "¿En serio? ¿Le puedo decir a mi familia que un compositor de música se sentó en mi taxi?". Te juro que fue así. Acá subís a un taxi y decís que sos compositor y te preguntan: "¿Podés vivir de eso?" La música tiene una jerarquía particular. Si yo hubiera dicho que era artista visual no pasaba nada. Eso tiene que ver con la idea de "opus" de la que vos hablabas: la megaobra, que puede ser también una microobra, como pasa con Webern.
¿Qué continuidad encontrás entre Nocturno, el trabajo que presentaste hace unos años en Fundación Proa, y Border Music?
En un momento, cuando nació mi hijo, me tomé un año sabático. Me prohibía pensar para no trabajar. Ahí se me ocurrió una idea. Trabajar con sonido acústico, sin cables. No quería un solo cable en la obra. Quería recuperar viejos mitos: el fuego, el movimiento perpetuo, la acústica. De ahí salió Nocturno, la obra que hice en Proa. Puros imanes, casi sin ningún contacto entre los elementos. La presenté en la galería en la que trabajo en Berlín y le fue bien. ¡Me la pedían para festivales de música electrónica!
Salir de la sala de conciertos para ir a la galería, ¿qué cambia en la recepción? O mejor dicho, ¿qué esperás vos que pase?
La clave es la siguiente, y por eso me sirvió volver a la acústica: todas estas últimas obras mías tienen volumen muy bajito. La de Muntref la escuchó solamente mi papá, que se sentó al lado. Me volví a relacionar con el sonido como si fuera el primer día. Hice incluso una lista con las características del sonido. Dejé de leer teoría. Hice foco y me concentré en el fenómeno de la percepción, que siempre fue básico para mí pero ahora me lo tomé en serio. El otro día, en una charla, conté una historia verdadera. Yo salía de la habitación de un hotel y llegaba la señora que limpia. Yo la veía todos los días. Me estoy yendo y me dice: "Mire que se nubló y se puso fresco. Mañana no va a salir el sol". Y yo, que le arruiné el día a la señora, le digo: "El sol nunca sale ni se pone". Me miró y siguió limpiando. Pero yo me quedé pensando en esto: todos sabemos que la tierra gira alrededor del sol, pero como no lo sentimos? Seguimos con la ilusión. Por eso decimos: vamos a ver la puesta del sol. A mí la anécdota me sirve para decir una falacia, a medias falsa: la percepción es más poderosa que el conocimiento. Sabemos algo, pero la percepción nos da una información diferente y creemos en ella. Creo en esto verdaderamente. Siempre creía, pero ahora explotó. El sonido pequeño se vincula con el modo en que la mínima expresión ocupa todo el espacio. Empiezo a bajar el volumen. Es lo que pasó en Proa: había que silenciarse para saber de dónde venía cada sonido.
¿El pianissimo demanda más atención que el forte?
¡Pero claro! El forte viene a vos e invade todo. El pianissimo hay que buscarlo. Requiere ser buscado. Y eso me ayudó a recuperar la espacialidad. El sonido es en el espacio, y es por eso algo público. Ésa es la dimensión que quiero recuperar. En esta dimensión del sonido volví a encontrarme conmigo mismo. Cuando presenté Nocturno me costó. Eso me costó: encontrarme conmigo mismo.
Biografía
Edgardo Rudnitzky nació en 1956 en Buenos Aires, donde se formó como compositor y percusionista. Como diseñador sonoro realizó trabajos vinculados con el cine, la danza, el teatro y las artes visuales. En 2005 colaboró con Jorge Macchi en una instalación exhibida en la Bienal de Venecia. Reside en Berlín.
Edgardo Rudnitzky nació en 1956 en Buenos Aires, donde se formó como compositor y percusionista. Como diseñador sonoro realizó trabajos vinculados con el cine, la danza, el teatro y las artes visuales. En 2005 colaboró con Jorge Macchi en una instalación exhibida en la Bienal de Venecia. Reside en Berlín.
¿Por qué lo entrevistamos?
Porque es uno de los artistas argentinos que mejor trabajan en el cruce entre varias disciplinas
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En la trastienda
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Celina Chatruc
DOMINGO 06 DE NOVIEMBRE DE 2016
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Visita guiada por la ciudad
Sin respiro. El jueves coincidieron las inauguraciones de la Bienal de la Imagen en Movimiento en el Muntref, de la muestra de Yuyo Noé en Rubbers y de las obras de Michelangelo Pistoletto, Silvana Lacarra y Edgardo Giménez en el Centro Cultural Kirchner. También esta semana abrieron las muestras de Nicola Costantino en Barro, de Marcos Zimmermann y de Patricio Reig en FoLa y de Richard Sturgeon en Elsi del Rio. En tanto, la muestra de Yoko Ono en Malba cerró con 153.600 visitantes; fue la tercera más visitada del museo, donde el 24 desembarcará otra dedicada al arte brasileño de la Colección Fadel. Mientras tanto, el Museo Nacional de Bellas Artes inaugurará el martes un homenaje a Ernesto de la Cárcova.
Argentinos por el mundo
Ana Gallardo participa hasta febrero de la muestra Changarrito en acción, en el Museo de la Ciudad de México. Así se celebran los doce años de este proyecto cultural sin fines de lucro, que realiza intervenciones callejeras para promover el arte emergente.
#eltuitdelasemana
"Se viene #WikiArte en el @BellasArtesAR La cita es el sábado 12 de noviembre a partir de las 11 am Inscripción - http://bit.ly/WikiArteMNBA" Wikimedia Argentina (@wikimedia_ar)
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DOMINGO 06 DE NOVIEMBRE DE 2016
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Management
El Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad de Buenos Aires anuncia que se realizará la V Bienal de Management "Liderazgo multidimensional: Desafíos y urgencias de un nuevo tiempo", el 10 y 11 de noviembre. Hablarán, entre otros, Javier Casas Rúa, Director General de la Escuela de negocios de PWC; Claudio Drescher, Presidente de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria; Fernando Joselevich, Gerente General de Emirates para Argentina, Uruguay y Chile; Gabriel Aramouni, Director de la Escuela de Administración y Negocios de la Universidad de San Andrés. Informes: 2016 5382-9296/9591
Talleres previsionales
Mercer, consultora en Recursos Humanos, invita a participar del Taller Previsional acerca de la Ley de Reforma Previsional - Reparación Histórica, que se realizará el 9 de noviembre y del Taller Previsional acerca de las regulaciones que afectan a Directores de S.A, que se realizará el 17 de noviembre. Ambos dirigidos a representantes de Recursos Humanos de empresas. También se realizará un Desayuno para empleados de empresas próximos a su jubilación, el 23 de noviembre, de 9.30 a 11.30. La participación es sin cargo, con inscripción previa; las vacantes, limitadas. Inscripción: 40000900,andrea.gaccetta@mercer.com
Premio Nobel
El miércoles 16 de noviembre a las 18. Alvin Roth, Premio Nobel de Economía 2012, brindará una conferencia en la Universidad del CEMA: Who gets what and why: the new economics of matchmaking and market design. El encuentro es organizado por la Maestría en Economía de la UCEMA. Entrada libre y gratuita en Auditorio Reconquista 775, previa inscripción.
SOS de un CFO
La Asociación de Emprendedores de Argentina (ASEA) y el estudio Barrero & Larroudé (B&L) lanzarán la primera edición de CFOstartup, una incubadora orientada a emprendedores tecnológicos que comienzan a formalizar su empresa y buscan acompañamiento en sus primeros años de un Director Financiero o CFO. Es el próximo 10 de noviembre a las 9 am en Wayra (Costa Rica 5546). Más información en https://www.eventbrite.com.ar
Horarios y TV del domingo: del clásico San Lorenzo-Huracán al partido de Boca ante Gimnasia, en La Plata
Continúa la fecha 9 del torneo; además, Barcelona visita a Sevilla en la Liga de España
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