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A Javier Milei se le extravió la ilusión: la reelección sin contrincantes en 2027
Perdió Milei. Extravió la ilusión, un símbolo, cierta pretensión futura. Se le perdió el unicornio azul del 2027: la reelección sin contrincantes, la falta de opositores, la alternativa de 4 años más de gobierno con la que soñaba y se jactaba hasta hace dos meses: la perennidad cultural de La Libertad Avanza.
Roberto García
DIARIO PERFIL
Perdió Milei. Extravió la ilusión, un símbolo, cierta pretensión futura. Se le perdió el unicornio azul del 2027: la reelección sin contrincantes, la falta de opositores, la alternativa de 4 años más de gobierno con la que soñaba y se jactaba hasta hace dos meses: la perennidad cultural de La Libertad Avanza.
Demasiada soberbia y exaltación, la misma que usa para calificar como el mejor ministro del mundo a ciertos colaboradores, discutibles varias de esas cocardas. Se había convencido, como muchos, de que no aparecían en la superficie rivales de fuste, en particular del kirchnerismo, para enfrentarlo por la Casa Rosada dentro de dos años.
Ni Cristina desde la prisión o su heredero natural, Máximo; tampoco Massa o Kicillof se perfilan con gallardía. Además, Mauricio Macri se ha desentendido de salvar a la patria desde ese cargo y aniquiló a posibles sucesores: Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich.
Por su parte, la UCR ultima su propio velatorio luego de varios años en terapia intensiva. Nada en el horizonte. Tampoco se le concedía relieve a la posibilidad de encumbrar a un empresario como outsider, sea un banquero triunfador o un exitoso tipo Marcos Galperin.
Pero algo ocurrió en el camino al foro ecuménico, imprevisto: en menos de 60 días surgen debajo de las baldosas figuras ambiciosas, treintañeras o septuagenarias. Para todos los gustos.
Un Milei exultante se mostró junto a Karina y llamó a votar el domingo: "Las encuestas coinciden en que estamos en una situación de empate"
Sin duda, es la derivación de una monumental crisis política y económica desatada en ese breve lapso y que mañana convierte en importante a un acontecimiento electoral de escasa envergadura. Un comicio en el cual casi nadie sabe a quién vota en la provincia de Buenos Aires y, si conoce a cierto famoso candidato municipal, no ignora que ese aspirante renuncia al día siguiente de ser elegido (ya lo anunció Verónica Magario, por ejemplo).
Comicio en el que se supone será decisivo el poder o aparato de los intendentes, comprometidos en su propia suerte, que en cada distrito puede aportar o garantizar una presencia propia de 20% de los votos. Y como se presagia escasa participación popular, como se sabe, el 20% de 70% no es lo mismo que el 20% de 50%. Importa el aparato en esta ocasión.
De repente, entonces, se abrió la pista para cinco gobernadores que ya se visten de etiqueta (lo cual no les vendría mal ante el vestuario que suelen exponer), convertidos ahora en estrellas para el 2027. Justo los que se unieron cuando ninguno de ellos disponía este año de combustible suficiente para cruzar de una orilla a la otra.
Más: si el propio Javier Milei hubiera sido generoso, hubiese podido asociarse con alguno de ellos. Tema que purgó el domingo pasado: llegó cuarto en la elección de Corrientes cuando podría haber compartido el podio ganador con el radical sui generis Juan Pablo Valdés, que arrasó en la provincia. Saldo: una provincia menos para la administración nacional.
El otro quinteto crisálido se compone, obviamente, de aquellos que enhebró un añejo consultor profesional para constituir Provincias Unidas, una alianza en busca de musculatura en el comicio del próximo 26 de octubre. Con más deseos que potencia, pero Milei, con sus últimos pecados —de acción u omisión—, se encargó de darle anabólicos como si fueran de la Suiza argentina a ese frente invertebrado.
La Justicia incrementa críticas y le coloca obstáculos a Javier Milei
Elevó a sires de posibles presidenciables a Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Ignacio Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy) y Claudio Vidal (Tierra del Fuego). También se integró al paquete Juan Schiaretti, ex mandamás mediterráneo que, a partir de la Cámara de Diputados desde diciembre, se postulará como hombre de reserva por si el país lo necesita ante una eventualidad institucional. Otro patriota.
Algo así como la garantía que ofrece Miguel Pichetto, ya que nadie apuesta a que si Milei se resfría, la vice Victoria Villarruel pueda suplirlo debido a la fiebre y al catarro consecuentes.
Son candidatos el atrevido y casi cuarentón Torres, a quien Schiaretti dobla en edad, mientras quienes se creen en madura plenitud son Llaryora y Pullaro, este último observado por el “círculo rojo” que siempre está a la búsqueda de un suplente.
Se advirtió mucho interés por el santafesino en la memorable noche de Clarín en el Colón, con un poder de convocatoria del grupo que denota un poder adicional. Con la curiosidad de que el CEO anfitrión, Héctor Magnetto, se preocupó por sacarse fotos con todos los invitados y no publicó ninguna de las instantáneas. Sea como un acto de igualdad democrática o de superioridad napoleónica. Vaya uno a saber.
Hasta ahora, estos gobernadores en modo postulantes participan de un mismo interés y van a tratar de alimentarse con los despojos de un Milei vapuleado por la economía y las denuncias de sus propios funcionarios, más reconocidos como amigos del campeón.
Estaba escrito. No aprendió el mandatario ni cuando despidió a su jefe de Gabinete, el breve Nicolás Posse, al que le reprochó haber hecho “inteligencia” (grabarla) sobre su hermana Karina y algún otro ministro. Un vodevil que se repite ahora con otros protagonistas, vergonzosos, a pesar de que judicialmente no encuadren para ser sancionados.
Parte de una Argentina en la que los medios se han solazado por recuperar videos de otra época, cuando una “orga” de intelectuales filo progresistas se burló de la jueza María Servini con el pegadizo jingle llamado “la jueza Burunburnbundia”, debido a una interpretación de censura previa en el programa de Tato Bores.
Quedó en la memoria la canción, pero no las disculpas que años después le transmitió por escrito a la magistrada, uno de los hijos del cómico. Todo pasa. No siempre para bien.
El tema volvió a la luz por una censura previa que ordenó, en la semana, un juez por instrucción de Patricia Bullrich, necia e inútilmente, sobre unos videos de Karina Milei. Ignorancia infantil sobre el mundo de los medios.
Igual, como todo tiene que ver con todo, los exaltados de ahora se olvidaron de que hubo felicitaciones en años pasados por haber aplicado censura previa a una solicitada a favor de los militares.
En el caso de ahora, en la sagrada defensa por la libertad de prensa se protegió, con intervención de las comisiones pertinentes del Congreso —en un acto de premura envidiable—, a un canal de streaming cuya propiedad, dicen, pertenece al segundo de la AFA, Pablo Toviggino, adláter del intocable Chiqui Tapia. Obvio, adalides de la libertad periodística para la SIP. Corresponde.
Como ambos dirigentes disponen de emprendimientos varios, ahora los reúne otra evidencia, fruto de sus habilidades profesionales: en la Liga Argentina de Fútbol hay tres punteros en cada zona; de esos seis equipos, uno es justamente de Chiqui Tapia, el otro de Toviggino, un tercero de Riquelme y algún otro de un cercano a Kicillof. Quizás son detalles que no son advertidos por la multitud que se queja de los arbitrajes.
LA NACION > Economía
Ante los errores propios, no hay ancla que alcance
El deterioro de las condiciones económicas y los escándalos de corrupción empiezan a hacer mella aun entre los más fieles
LA NACION
Florencia Donovan
“Tanto en mis recorridas, como en los mensajes en redes y en las reuniones con distintos sectores se expresa un malestar como nunca antes con esta gestión nacional”, decía, con preocupación, un funcionario de una provincia aliada al Gobierno, que en octubre pone en juego tres senadores. El deterioro de las condiciones económicas y los escándalos de corrupción empiezan a hacer mella aun entre los más fieles.
Algo similar recogen los barones del conurbano. En las encuestas que realizan en algunos distritos de la provincia de Buenos Aires de cara a la elección del 7 de septiembre reconocen que la imagen presidencial viene en caída, al menos hace tres meses. Entre los más humildes, explica un hombre que lleva años administrando un territorio, los recortes en discapacidad y las sospechas de corrupción en el manejo de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) no pasaron inadvertidos. “El problema es que ambas cosas lo dejan a Milei como un hombre malo”, describe.
En el Gobierno acusan el golpe. Algunas encuestas preliminares que manejan en el oficialismo muestran que al affaire Spagnuolo podría estar restándole a La Libertad Avanza al menos cinco puntos de cara a la elección de octubre. Para consultores privados podría ser aún más. Cualquiera sea el caso, lo cierto es que la noticia no es buena para una administración que, en público y en privado, considera que una eventual victoria electoral será la solución para todos sus males. Existe un riesgo creciente de que esa promesa termine siendo una simple expresión de deseo.
La lectura del mercado financiero definitivamente no es optimista. Al menos, el comportamiento del índice S&P Merval, el indicador líder de la Bolsa porteña, no permite ilusionarse tanto. El Merval tuvo una variación positiva el mes previo en 12 de las 15 elecciones que se dieron entre 2009 y 2023. Las mayores subas previas a una elección se dieron en 2009, antes de que el empresario Francisco De Narváez ganara en la provincia de Buenos Aires; para las PASO de 2013, cuando Sergio Massa, entonces opositor al kirchnerismo, arrasó en territorio bonaerense, y antes de las primarias de 2023, cuando Milei se posicionó como el candidato con más chances. En contrapartida, las tres veces que el mercado cayó el mes previo a una elección fueron antes de la PASO y en las generales de 2011, elección que Cristina Kirchner ganó con el 54% de los votos, y previo a la primaria de 2019, cuando Alberto Fernández arrasó frente a Mauricio Macri.
Este agosto, el indicador bursátil líder acumula una caída de más del 13%. Podría finalmente ser la excepción a la regla, pero es una muestra más de que los inversores, como los encuestadores, empiezan a oler cierta debilidad en el oficialismo. Ante la duda, mejor miran de afuera.
Y es que los escándalos de corrupción llegan justo en un momento en el que el ajuste pareciera finalmente agobiar a la población. Según una encuesta difundida en las últimas horas por Atlas Intel-Bloomberg, la figura de Milei tenía en agosto una desaprobación del 51,1%, contra el 47,8% de julio. Es el valor más alto en toda su gestión. En paralelo, señala, la confianza al consumidor cayó en un solo mes casi 10 puntos.
Son números que fácilmente encuentran correlato en la economía real. La mora entre las familias endeudadas en el sistema financiero, apunta en un informe Pablo Curat, exdirector del Banco Central y especialista en bancos, promedió en agosto el 8,1%, un ratio superior al de los máximos de 2019. Pero fuera del sistema financiero formal, la mora es más elevada. Entre las tarjetas no bancarias, la mora alcanza a casi 3 de cada 10 créditos. “Por ahora, la mayoría responde a que a la gente no le alcanza la plata, no tanto a que no tiene empleo”, dice Curat.
“Nosotros creemos que esta suba de tasas va a ser transitoria, porque las elecciones serán muy favorables para LLA”, escribió en “X” esta semana el ministro Luis Caputo. Las tasas reales en pesos –descontada la inflación– rondaron esta semana el 40% anual. No hay actividad que resista demasiado semejante costo del capital. Pero Economía deja en claro que prefiere no arriegarse a que haya pesos en el mercado que puedan correr hacia el dólar. En un año electoral, en la Argentina primero viene el dólar; después, todas las demás variables.
De hecho, para conseguir que los bancos participaran en la licitación de bonos del miércoles a precios por debajo de los del mercado, los defensores del liberalismo no tuvieron reparos en hacer llamados persuasorios entre los bancos más grandes. El director del Banco Central, Federico Furiase, y Felipe Núñez, en los papeles director del BICE pero en la práctica comunicador estrella del equipo económico, fueron los encargados de transmitir el mensaje. Días antes, ya habían definido la cuarta suba de encajes en 40 días. La aspiradora de pesos, implacable.
“Pareciera ser que los encajes integrables con títulos suben lo que haga falta para que el Ministerio de Economía pueda renovar los vencimientos, al menos hasta las elecciones”, evalúa la consultora 1816.
Dado que entre septiembre y octubre hay vencimientos por $21 billones, de los cuales algo más de la mitad está en poder de los bancos, la consultora cree que el Gobierno podría subir otros 10 puntos los encajes para forzar el roll-over (refinanciación) de los bancos. “De ser así –especula 1816– llegaríamos a las elecciones nacionales con encajes por encima del 60%, algo inédito desde los primeros años de Menem”. Los bancos más grandes suelen tener espalda para navegar mejor en aguas turbulentas. Las entidades chicas o especializadas son las que más están sufriendo el apretón monetario del Banco Central. Este jueves, a pedido de la Asociación de Bancos Especializados (ABE), el Banco Central recibió a algunos de ellos. “Hay preocupación, se les pidió flexibilizar la norma de encajes, que dejen integrar los encajes con bonos”, confiaron.
La economía sigue dando señales de desaceleración. En julio, según el indicador de la consultora Orlando Ferreres, la actividad se contrajo 1% contra junio. El índice suele adelantar los números que luego muestra el Indec. En los chats empresarios, el nerviosismo es evidente. Los grupos de Whatsapp que otrora bregaban por una dolarización están más activos que nunca.
Las tres anclas de las que tanto se jactó el Gobierno hasta ahora no parecieran ser suficientes para garantizarles a los inversores una estabilidad de mediano plazo. Muchos de ellos hacen malabares para mantener sus compañías funcionando, sin trastabillar. “Hay un nivel de frustración y preocupación muy grande, a todo nivel de empresariado. Está muy complicada la mano”, admite un empresario, que suele estar muy activo. “Todavía se banca, pero por el terror de lo que aún hay del otro lado”, desliza.
El impacto que tendrá la contracción del crédito es incuestionable. Hernán Finkelstein, CEO de Pareto, una empresa dedicada a préstamos al consumo, estima que, pese al escaso nivel de depósitos con respecto al PBI, entre julio de 2024 y junio pasado, el sistema financiero inyectó al sector privado financiamiento por unos US$1500 millones mensuales. Esto, explica, se cortó en julio, cuando el Gobierno empezó a restringir la liquidez de los bancos en un intento por contener la escalada del dólar. “Estas tasas de interés de corto plazo que vemos tan altas no tienen que ver con inflación ni con riesgo crédito, sino con una situación extrema de iliquidez. Cuando los bancos están necesitados de liquidez están dispuestos a pagar cualquier tasa para fondearse, y también pueden vender bonos para hacerse de pesos, elevando así sus rendimientos, y haciendo más caro después el financiamiento del Gobierno”, dice.
Pero aun en medio de semejante tembladeral financiero, no todos los números son negativos. En agosto, después de un julio de rojo financiero, el Estado nacional volverá a mostrar que sus ingresos superaron a sus gastos, incluso tras cumplir con el pago de la deuda. El ancla fiscal sigue presente.
Y hay operaciones que siguen avanzando, en medio de la incertidumbre. YPF lanzó la convocatoria entre bancos de inversión para vender su participación en Metrogas. Tal como sucedió con TGS, se espera que en las próximas semanas el Estado prorrogue por 20 años la licencia de la distribuidora que tiene por accionista a la petrolera estatal. Una vez concretada la prórroga, Metrogas podría salir a la búsqueda de interesados. Internamente estiman que esto podría suceder para octubre, a más tardar. Siempre y cuando, claro, la realidad lo permita.
Tal vez el principal activo que aún tiene la gestión libertaria es que del lado de la oposición no hay un liderazgo amenazante. Así, pese a que las encuestas no lo favorecen en la elección de la Provincia de Buenos Aires, aún lo mantienen con chances de una buena performance en la nacional de octubre. Dado el veloz deterioro de las expectativas, sin embargo, no queda claro ya que una victoria ese mes sea suficiente. El mercado especula con una revisión profunda del plan. Y la política mira de reojo la interna del oficialismo. La desarticulación del triángulo de hierro resultó ser destructiva para la gestión libertaria. No pocos extrañan la muñeca de Santiago Caputo. “Mientras la política la manejó él, no hubo problemas”, reconoció un hombre de mil batallas políticas. Quienes conocen de cerca a los hermanos Milei, sin embargo, creen que podría no haber vuelta atrás. Ya no todo marcha acorde al plan.
Por Florencia Donovan