sábado, 1 de noviembre de 2025

Iñaki Gutiérrez, el pibe de TikTok que revuelve el "Círculo Milei": triángulos, palcos y celos

 Panorama Político Nacional


El escenario


Iñaki Gutiérrez, el pibe de TikTok que revuelve el "Círculo Milei": triángulos, palcos y celos


El tiktoker de La Libertad Avanza (LLA), Iñaki Gutiérrez, junto a la secretaria general de Presidencia, Karina Milei, y el posible superministro del Interior, Santiago Caputo. (Dibujo: Fernando Rocchia para AGENCIA NOVA)




A 2 metros del poder y con un celular en la mano. Así se presenta Iñaki Gutiérrez, el joven de 24 años que pasó de militante anónimo a figura incómoda (para algunos) y mimado (para otros) dentro del ecosistema Javier Milei.


No cobra, dice, lo hace "ad honorem". Y mientras tanto maneja la cuenta de TikTok del prescindente, se saca fotos en Olivos y alimenta la nueva telenovela política que se vive detrás de los trajes y los discursos.


Iñaki no es un ministro, pero se mueve como si fuera parte de la guardia. "No soy funcionario, lo hago ad honorem", declaró en una entrevista cuando le preguntaron por su rol.


Sus defensores hablan de "mirada joven" y "flujo digital". Sus críticos hablan de ascensos meteóricos y choques de egos. ¿La realidad? Un pupilo digital que aprendió rápido a ocupar lugares estratégicos: palcos, redes y, sobre todo, las cámaras.


El triángulo que pica


En el centro del remolino hay un triángulo explosivo: Javier Milei, su hermana Karina Milei y el asesor Santiago Caputo. Iñaki se define como "militante de Javier Milei", pero no esquiva la foto ni el político cercano: ha compartido comidas en la residencia, ha estado a metros del discurso presidencial y hasta fue colocado en palco preferencial por decisiones que algunos interpretan como guiños de Karina para incomodar a Caputo.


¿Operación deliberada o simple casualidad? En el mundillo político ya circulan las interpretaciones más jugosas.


"Ignoren los rótulos: dentro del ecosistema Milei conviven distintas expresiones", intentó explicar Iñaki cuando le preguntaron si se alineaba con Karina o con el grupo ligado a Caputo.


Pero el propio chico, con la naturalidad de quien no necesita defender lo inevitable, soltó: "No hay sentido porque es un triángulo". Y ahí está la clave: nadie quiere definirse por completo porque todos necesitan estar del lado correcto del líder.


Karina, la hermana con mano en el tablero


Karina Milei, que ganó protagonismo y peso dentro del círculo íntimo, aparece en esta historia no como una mera pariente, sino como una jugadora que mueve fichas.


Que haya "elevado" a Iñaki a un lugar destacado (relatan fuentes internas) no es un gesto menor: es una señal pública, una manera de decir "éste es de los nuestros".


Si esto buscó desplazar la influencia de Caputo o simplemente fortalecer a un aliado es parte del runrún que alimenta sobremesas y pasillos.


Caputo, el asesor que no deja de inquietar


Santiago Caputo, por su parte, es para muchos la mano estratégica detrás de ciertas decisiones políticas.


No es un desconocido ni una figura menor; su peso en la operatoria y la estrategia lo convierte en un objetivo lógico para quienes intentan ganar terreno. Que Iñaki aparezca en posiciones incómodas para Caputo (sea por proximidad o por señales) suma tensión al ambiente.


¿Es sólo redes o ya hay guerra fría?


En los pasillos se discute si esto es apenas una disputa simbólica por la visibilidad en redes y palcos o si va más allá: ¿Hay una puja por influencia real dentro del Gobierno?


La respuesta corta es que todavía no está claro. Iñaki mismo se cuida de no enrostrar banderías: "Soy militante de Javier Milei", repite. Pero la política sabe leer silencios y colocaciones; y los palcos no siempre se ocupan por error.


El fenómeno Iñaki pone en evidencia dos realidades vigentes: la cada vez mayor importancia de la comunicación digital en la política y la vieja costumbre criolla de que, donde hay poder, también hay interna.


Un chico de TikTok, una hermana con mano fuerte y un asesor estratégico. Añadan los egos, los celos y la impronta mediática, y el resultado es un culebrón con aroma a estrategia y a conflicto.


Para algunos, Iñaki es el símbolo de la renovación: joven, conectado, práctico. Para otros, una ficha subida a la mesa para ajustar cuentas. Y para el público, que vive de titulares y escándalos, la historia ya tiene todo lo que pide: triángulo amoroso político, palcos calientes y una frase para enmarcar: "No hay sentido porque es un triángulo".


En el universo Milei, el poder ya no sólo se mide en votos o cargos. Hoy también se mide en seguidores, en quién aparece a dos metros, y en quién ocupa el palco que todos miran.


Y mientras Iñaki sube un TikTok, alguien en la sala de al lado calcula jugadas. ¿Quién ganará? En política, como en la farándula, la última palabra suele llegar cuando ya nadie la espera.

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